El Rey del Rock and Roll retornó al mundo musical tras probar suerte en Hollywood.
Ese día, Elvis Presley resucitó. Con una mirada penetrante y su característico labio curvado, muy a juego con el traje de cuero negro que adornaba su cuerpo,el Rey del Rock and Roll se plantó frente a su público. Tras siete años alejado de los escenarios, un fugaz nerviosismo fue imposible de evitar. Nada que su poderosa voz no pudiera tumbar luego de un par de canciones. Y así fue. Aquel 27 de junio de 1968, en un icónico comeback, Presley de entonces 33 años, demostró por qué el título era suyo.
Desde 1961, el Rey había optado por abrirse paso en Hollywood, pero su búsqueda por conquistar la industria cinematográfica llevó a su carrera musical a caer en picada. De ser considerado el hito del rock and roll, Elvis Presley pasó a ser un actor más de comedias musicales más. La crítica fue dura con sus cintas y en ocasiones ridiculizaron sus participaciones. Modestos presupuesto y decadentes bandas sonoras acompañaron su trabajo en la pantalla grande. Aunque es verdad que en taquilla, cualquier cinta que tuviera a Presley en sus créditos, eran un éxito en ventas.
En una época en donde el rock alcanzó su punto máximo, en un movimiento audaz y bastante preciso, el legendario coronel Tom Parker, su manager, se reunió con la cadena NBC. En mente tenía un especial de televisión de El Rey cantando villancicos. El acuerdo no tardó en cerrarse, con Steve Binder como director y Bones Howe como productor, fue entonces que la idea revolucionó. Optaron por desechar el ángulo navideño y en lugar de eso, le dieron a Presley un regreso digno para el ídolo del rock and roll. Elvis quedó encantado, pero antes de comenzar con el proyecto tomó una vacaciones junto a su esposa Priscilla en Hawaii.
A su regreso, Elvis Presley estaba radiante. Había perdido peso y el bronceado que había conseguido en la playa le quedaba fenomenal. Era como si el Elvis de 1956, ese que llegó al número uno de las listas con su primer sencillo “Heartbreak Hotel”, se apoderara nuevamente del escenario. Los ensayos comenzaron a inicios del mes de junio, la idea consistía en grabar a El Rey durante una presentación en vivo, en la que a través de sus canciones contará su paso por la música, para armar un set que se estrenaría en diciembre. Poco a poco, el espectáculo fue tomando forma, la selección de canciones retomó cada uno de los éxitos de Presley y sus inseparables músicos también estaban dentro del plan.
El gran día llegó. Un pequeño escenario similar a un cuadrilátero, aguardaba por Presley. Las cámaras cubrían cada ángulo posible y algunas líneas de sillas rodeaban en lugar. En punto de las 18:00 horas el espectáculo comenzó, la cercanía entre El Rey y su público era mínima, en las primeras filas solo se percibían rostros femeninos hipnotizados por el evidente atractivo físico. Las letras comenzaron a escapar por su boca e inmediatamente sus caderas comenzaron a moverse a tono. Hombres y mujeres enloquecieron ante esa sexy y agresiva imágen. Habían pasado los años, pero Elvis Presley estaba más activo que nunca.
“Heartbreak Hotel”, “Lawdy Miss Clawdy”, “Trouble” y “Baby, What You Want Me Do to Do”, fueron algunas de las canciones que sonaron durante esos 76 minutos. El Rey comenzó a tener una notable evolución sobre el escenario, poco a poco se olvidó del pánico e hizo lo que sabía hacer, ser él. Durante los ensayos Steve Binder se había dado cuenta que todo iba perfecto con el programa, Presley seguía los tiempos a la perfección. Sin embargo, la naturalidad y gracia que él mismo había sumado en antiguas presentaciones, eran los factores que faltaban en ELVIS, como nombraron al especial. Detenido en esto, el director optó por dar más libertad al Rey del Rock and Roll sobre el escenario.
Entre canciones, Elvis Presley hacía pausas para dirigir preguntas al público o para charlas con sus músicos. Su gracioso sentido del humor no pudo faltar cuando decidió recordar un show en Florida. Era 1960 y un juez de Jacksonville, le ordenó moderar sus movimientos. Le advirtieron que podrían arrestarlo por ser demasiado sexual en público. El erotismo en sus presentaciones era algo que no podía faltar, sin embargo en aquel tiempo, no todos comprendían que la sensualidad era factor clave para su rock. Aquella vez, la policía asistió al espectáculo y, por supuesto, vigilaron cada uno de sus movimiento. Pero esta vez no fue así, Elvis y el escenario eran uno solo, él se divertía y su público disfrutaba.
Exitos como “Can’t Help Falling In Love”, “Jailhouse Rock” y “Don’t Be Cruel”, no pudieron faltar. Incluso, El Rey dedicó parte del especial a “Blue Christmas”, a petición de Tom Parker. ELVIS estaba por consolidarse como un éxito total, esa oportunidad que permitiría a Presley escapar de una temprana decadencia. Aparentemente, no necesitaba nada más. Pero entonces, el Rey del Rock and Roll entonó “If I Can Dream”, un tema inédito que representaba por completo el segundo aire de su carrera.
La pasión con la que Presley interpretó la canción escrita por arreglista vocal Earl Brown a petición de Binder fue única. Su rostro, su voz, todo era perfecto. El sonido de la orquesta lo acompañó por poco más de tres minutos. El público enloqueció. Elvis Presley estaba de regreso. Luego de filmar algunos pendientes cinematográficos, El Rey consiguió retomar su paso por la música, pero las cosas no resultaron como esperaba. Luego del divorcio con Priscilla en 1973, su vida fue en picada y su salud fue una de las partes más afectadas. Hasta que el 16 de agosto de 1977, la muerte de Elvis Presley, de 42 años, estremeció el mundo.
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