Aunque sabía que México no era un país de jazz, él decidió insistir en ello.
Eugenio Toussaint tenía muy claro que debía irse del país si quería dedicarse al jazz. Desde sus primeros acercamientos con la música en México, le gritonearon por tocar “de oído”, pues desde que tenía ocho se aprendía de memoria las teclas que tocaba su maestra, y cuando ella descubrió que no sabía leer las notas lo regañó tanto, que él continuó por su cuenta.
“México no es un país de jazz. En Estados Unidos la información de jazz corre como la espuma. Hay revistas, conciertos y es donde están los grupos. Si nosotros queríamos ser un grupo de jazz conocido, el camino era irse para allá”, dijo Toussaint en el año 2000 en entrevista para Telemundo.
Para 2006, la prensa estadounidense comparaba a Eugenio Toussaint con Mozart, Beethoven y Liszt como compositor. Él estaba por estrenar internacionalmente su propio concierto para piano, improvisado como solista junto a la Orquesta Filarmónica de las Américas. Gracias a su extensa obra como compositor, arreglista y director de grupos, el mundo tenía puesta su atención en el mexicano.
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Eugenio Toussant nació el 9 de octubre de 1954 en la Ciudad de México y formó de manera autodidacta en el piano. Sin embargo durante la década de los setenta, su padre lo obligó a dedicarse a una profesión distinta. Las expectativas del progreso nacional dependían de carreras consideradas serias y él eligió estudiar dibujo publicitario.
De forma paralela, con sus hermanos Enrique y Fernando, formó la agrupación de jazz, Sacbé. Mientras se hacían de fama local, Eugenio ahorraba dinero para ir a estudiar música en Berklee. Sin embargo en 1976, justo cuando alcanzó a reunir el monto necesario, la moneda se devaluó al finalizar el sexenio de Luis Echeverría, y el músico tuvo que quedarse en México.
Perfeccionó sus talentos como arreglista y compositor, y en 1972 se convirtió en pianista profesional con el grupo Odradek. Al mismo tiempo continuó sus estudios de armonía para piano con los maestros Jorge Pérez y Néstor Castañeda. Para 1978, Sacbé había logrado suficiente reconocimiento entre el público mexicano, por lo que se aventuraron a viajar hacia Estados Unidos, donde su música fue distribuida entre las radiodifusoras de California.
De vuelta en México, a inicios de la década de los ochenta, obtuvo una beca en un instituto creado por López Portillo para apoyar a la cultura y las artes, y gracias a ello Toussaint pudo volver a Los Angeles.
De regreso en Estados Unidos, Toussaint se codeó con el jazzista Clare Fisher, quien facilitó las cosas para que Sacbé grabara su primer disco en ese país. Ahí también conoció a Abraham Laboriel y a Chick Corea, quienes lo pusieron en contacto con el trompetista Herb Alpert. Más adelante Michelle Colombier fungió como intermediario entre los Toussaint y Paul Anka. Sin embargo, regresó a México en 1986 por cuestiones personales, rechazando la propuesta de ser director musical de Barry Manilow.
De regreso en su país se dedicó a hacer jingles y a trabajar como arreglista de comerciales y programas de televisión, algunos que perduraron hasta 16 años.
Con el tiempo comenzó a componer música de concierto y regresaba de manera intermitente al jazz. En 1990 le comisionaron diecisiete arreglos sinfónicos de música popular mexicana para la serie discográfica México de mis amores. También publicó obras para orquesta como Popol Vuh, un poema sinfónico compuesto en 1991 y que ha sido interpretado por la Orquesta Nacional de Bélgica.
En 1993 Eugenio Toussaint compuso el disco Paisajes, en el que fusionó el piano con sintetizadores y percusión étnica. “Estoy convencido de que en la música se puede innovar. Aunque cada vez es más difícil, creo que con las doce notas y los instrumentos existentes hay posibilidades de encontrar caminos nuevos o al menos refrescantes”, decía.
Según sus propias palabras, al haberse entrenado en las calles con la música popular, su aproximación a la música de concierto era diferente a la que alguien con un bagaje académico podría tener. “Nacer en la Ciudad de México me permitió estar en contacto con muchos tipos de música, incluido el jazz, que definitivamente tuvo un impacto en cómo escribo y percibo la música. Insisto, no intento mexicanizar mi música a través del uso de patrones obvios”, dijo Toussaint sobre sus distintas composiciones.
En 1995 hizo junto a Sacbé el proyecto The Painters, dedicado a varios pintores del siglo XX. Él compuso también el Popurrí Pérez Prado, que fue interpretado en el Zócalo de la Ciudad de México para recibir el nuevo milenio frente a 60 mil personas.
Mucho tiempo después de que la economía mexicana frustrara su sueño de estudiar ahí, fue invitado por el colegio Berklee a dar conferencias y conciertos sobre su música y sobre jazz. Además, la Orquesta de Jazz de esa institución en Boston interpretó su obra Hijo de la Ciudad.
En 2001 Toussaint estuvo nominado a los Premios Grammy Latinos por la mejor grabación clásica del año con Gauguin. Posteriormente grabó El Pez Dorado, un disco que marcó su retorno como pianista y por el que fue reconocido en Japón. En ese país visitó varios viñedos que lo dejaron fascinado y al vino le dedicó, Oinos. Música para beber vino en 2008, pues creía en el maridaje que podría hacer con el jazz.
Su música es fácil de digerir, aún para quienes no están familiarizados con el jazz o la música de concierto y Toussaint siempre ha cruzado los límites entre géneros en sus composiciones.
Para él, hacerlo significaba tener lo mejor de dos mundos que amaba: la improvisación del jazz y la libertad de componer música. El problema que Eugenio Toussaint veía con la música clásica es que necesitaba renovarse y apostaba por las culturas del “tercer mundo”. “No tengo nada contra la tradición europea, pero creo que algunos aspectos de la escena clásica de ese continente es un poco estancada”, decía.
Además, creía que la separación entre ambos géneros existía por una agenda de marketing. “Las compañías de discos, revistas, críticos, quieren decirle a la gente que hay una separación entre los géneros musicales. Para mí, la música es música. Punto”, afirmaba Toussaint.
El 8 de febrero de 2011, el músico falleció en la Ciudad de México y dejó tras de sí una extensa discografía.
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