Mick Jagger estuvo ahí para ver el rock nacer y quizás lo vea morir
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Música

Mick Jagger estuvo ahí para ver el rock nacer

Y quizás lo vea morir…

Tiempo de lectura: 5 minutos

Michael Phillip Jagger nació en el Hospital Livingstone de Dartford, Inglaterra, el 26 de julio de 1943. Creció en los suburbios de Kent junto a su mejor amigo Keith Richards.

Aunque dejaron de frecuentarse durante algunos años, en la adolescencia se reencontraron en una estación de tren y hablaron de discos de rhyhtm & blues. Para ese entonces Jagger ya se sentía atraído hacia los escenarios, así que se unieron para alcanzarlos.

Practicaban durante los fines de semana y tocaban en conciertos una vez al mes entre los 15 y 16 años de edad. Cuando alcanzaron un poco de fama, Jagger dejó la Escuela de Economía de Londres para dedicarse a la música junto a Brian Jones, Charlie Watts y Bill Wyman en los Rolling Stones.

La fama de la banda explotó cuando grabaron “Satisfaction” en la década de 1960, al dejar de lado los covers a otras bandas de rock and roll que hicieron en sus primeros discos. “Satisfaction” cambió el año 1965 al convertirse en la gran rival de “I Want To Hold Your Hand” de The Beatles.

“Please allow me to introduce myself

I’m a man of wealth and taste

I’ve been around for a long, long year

 Stole many a man’s soul and faith”

Mick Jagger comenzaba a cantar durante el festival Altamont en 1969, cuando después de las siguientes líneas de “Sympathy for the devil” los Hell’s Angels entraron en conflicto con el público.

“And I was ’round when Jesus Christ

Had his moment of doubt and pain”

Mick Jagger Feijenoord

Mick Jagger en concierto en el estadio Feijenoord, Rotterdam, 2 de junio de 1982.

Fueron las últimas líneas que alcanzó a entonar antes de detenerse por completo, aunque la música siguió.  “Pleased to meet you, hope you guess my name”, era la frase que seguía, pero Jagger cesó su canto para acercarse a la multitud y detectar el origen del problema, mientras el tumulto se agrandaba. Altamont fue un festival de música gratuito al norte de California con casi 300 mil asistentes.  Para el evento se contrataron a 100 miembros del club de motociclistas Hell’s Angels, que supuestamente funcionarían como un cuerpo de seguridad.

Uno de los motociclistas, Alan Passaro, perseguía entre la gente a Meredith Hunter, quien portaba una pistola. El que llevara un arma le pareció suficiente razón para acuchillarlo seis veces por la espalda a unos metros del escenario.

El documental, Gimme Shelter de Albert y David Maysles (1970), incluye una toma no del todo clara en la que, supuestamente, Meredith apunta el arma contra su novia. Por su parte, una crónica de la revista Rolling Stone reportó que Meredith apuntaba la pistola hacia el cielo justo antes de que lo acuchillaran. “No iba a dispararle”, fueron las últimas palabras de Meredith Hunter hacia Passaro antes de perder la consciencia. Previo al estreno del documental, Passaro fue absuelto del homicidio de Hunter.

El documental también muestra a Mick Jagger quien observa el material audiovisual meses después del concierto y su cara es la de un niño pálido asustado, contrario a la figura satánica que le adjudicaron los medios.

La prensa criticó duramente a los Rolling Stones por la falta de empatía hacia la víctima y por abordar el tema como si se tratara de ellos y no de la muerte de Hunter.

Para el ensayista de rock, Greil Marcus, Altamont se trató del “asesinato de un hombre negro en medio de un público blanco, por matones blancos, mientras hombres blancos tocaban su versión de música negra”.

Mick Jagger dijo en 1995 que “Sympathy for the devil”, canción que quedó para siempre vinculada a esa muerte, es una samba “que contiene ritmos africanos primitivos, sudamericanos, afro-como-quieras-llamarle” y sugirió que es por eso que la canción tiene “para los blancos, algo muy siniestro”. A partir de entonces, los Rolling Stones quedaron relacionados con un misticismo diabólico que nunca los abandonó.

Ellos dejaron de tocar “Sympathy for the devil” durante las siguientes décadas. La canción, basada en las obras de Charles Baudelaire, tenía inicialmente un sonido más folk, parecido al de Bob Dylan. Fue Keith Richards quien sugirió que tuviera un ritmo de samba y fue así que sacudió la historia de la música.

En 1967 los Rolling Stones ya habían jugado con la idea de malicia en su sexto disco, Their Satanic Majesties Request, por incluir ritmos africanos, efectos de sonido y psicodélicos que en ese entonces resultaban tan perturbadores como atractivos.

“El imaginario satánico fue exagerado. Realmente no queríamos ir por ese camino y sentí que la canción había hecho suficiente. No quise hacer una carrera de ella, aunque otras bandas lo hicieron después. Si lees la letra, no habla de magia negra tal cual”, explicó Mick Jagger al periodista Jann Wenner en 1995.

Tras la tragedia de Altamont la prensa comenzó a referirse a esa fecha de 1969 como un momento de pérdida de inocencia en medio de la era del amor y la paz entre los jóvenes.

The Rolling Stones

The Rolling Stones en la sala de prensa del aeropuerto de Amsterdam Schiphol, rodeados de periodistas, el 26 de marzo de 1966. / Esta es una versión recortada y retocada (rasguños y manchas, colores ajustados) de la imagen original del Nationaal Archief.

***

Mick Jagger y los Rolling Stones continúan de gira en 2019, a 50 años de “perder la inocencia”. La imagen diabólica jamás se borró de sus figuras, pero la han sabido utilizar a su conveniencia. Más allá del Rock and Roll, el  ritmo de los Rolling Stones tomó sonidos del pop, tuvo una época cercana al disco y definitivamente nunca se alejaron del blues.

“El rock and roll, es más que nada algo muy tosco y atrae al lado duro masculino. No creo que los Rolling Stones sean solo una banda de rock. También pueden ser otras cosas, pueden ser muy femeninos”, dijo Mick Jagger en la entrevista con Wenner. En los sesenta resultaba revolucionario ponerse delineador en los ojos solo para desafiar los aires machistas del rock and roll. En ese contexto, el impacto de la personalidad, estilo y energía de Jagger fue mucho más allá de la música.

En su momento, la gente criticaba sus bailes, al considerar que no eran mas que imitaciones de Elvis Presley o Buddy Holly, a quien tachaban de afeminado. Sin embargo, Mick ha dicho que sus movimientos fueron influencia de James Brown y de Gene Vincent. Una vez que se abrió paso como referente estético, su aspecto andrógino fue inspiración de David Bowie, Pete Townshend y miles de seguidores.

En la década de los noventa, Mick Jagger se reconocía sorprendido de que el rock o los Rolling Stones siguieran vigentes entre la juventud y sus fans iniciales. Sobre todo porque ya no apantallaban como lo hicieron cuando tocaron “Satisfaction” por primera vez. Cuando evangelizaban con el rock and roll.

“El rock no había existido ni diez años cuando comenzamos a tocarlo. Así que estábamos tocando algo nuevo. Imagino que fue como llegar a Nueva Orleans a ocho años de que existiera el jazz. Estuve ahí, en el inicio”, ha dicho Jagger.

Para él, el rock ha mantenido su misma esencia desde los años sesenta a diferencia de otros géneros que han evolucionado o experimentado con nuevos sonidos, incluso el propio jazz.

Al respecto, Mick Jagger piensa que el rock and roll no es tan intelectualmente complejo como otros géneros y en retrospectiva, no le parece desafiante. “Te vuelve intelectualmente perezoso”, asegura.

“En ese entonces teníamos un fervor intelectual. El rock era excitante y nadie sabía de qué se trataba o si iba a durar. Hoy ya tiene 40 años de edad. Aún me encanta tocarlo, pero hace tiempo que dejó de ser evangélico”.

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