Muere Tom Wolfe, el padre del Nuevo Periodismo

Muere Tom Wolfe, padre del «nuevo periodismo»

Tom Wolfe, escritor y periodista, padre del «nuevo periodismo americano», murió a los 88 años.

Tiempo de lectura: 3 minutos

El martes 15 de mayo es un día de luto para los periodistas y escritores. Murió uno de los maestros más importantes para los que gustan de indagar en las historias, de cambiar de sujeto, de hacer perfiles y crónicas; para los que hacen el llamado nuevo periodismo. El martes 15 de mayo murió Tom Wolfe y todos los hijos de la corriente guardan luto.

Tom Wolfe nació el 2 de marzo de 1930 en Richmond, Virginia, aunque vivió en Nueva York la mayor parte de su vida: desde 1962 que comenzó a trabajar en The New York Herald Tribune como reportero. Estudió literatura y periodismo en la Universidad de Washington and Lee. Se quiso dedicar al baseball pero su condición física no lo dejó, así que decidió sumergirse en la sociedad contemporánea e intentar retratarla con palabras.

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Se dejó inspirar por John Steinbeck, Charles Dickens, Emile Zola y Honoré de Balzac. De ellos salió la prosa fluída, constructiva, el monomito y el viaje del héroe: la literatura. Esas herramientas las utilizó para construir sus narraciones periodísticas que, después de un elaborado y minucioso reporteo, levantaba con puntuaciones y estilos atrevidos, poco comunes, que hasta ese momento pertenecieron en la literatura, mas no en el periodismo.

“El estilo de su prosa es normalmente tipo escopeta barroca, a veces un poco ametralladora rococó, como en su artículo sobre Las Vegas en que comienza por repetir la palabra ‘hernia’ 57 veces”, escribió Joseph Epstein en The New Republic.

Muere Tom Wolfe, int 2

Wikicommons: MoShle

Ese estilo incendiario y extravagante de escribir también aplicaba en su vida diaria, como cuentan Deirdre Carmody y William Grimes en el obituario que escribieron al periodista publicado en The New York Times, que se le podía ver caminando por las calles neoyorquinas vestido con su traje hecho a la medida de tres piezas color vainilla, camisa de seda a rayas y cuello alto y almidonado, el pañuelo brillante que se asomaba del bolsillo del pecho, reloj de faltriquera, polainas falsas y zapatos blancos. Estilo que una vez él mismo describió como “neo-pretencioso”.

Además de los artículos, notas y reportajes publicados en medios estadounidenses, Wolfe publicó 14 libros, cuatro de ellos novelas y otros diez de no ficción. El primero fue The Kandy-Kolored Tangerine-Flake Streamline Baby (1965), en el que hace un análisis profundo de la sociedad estadounidense y el status-quo de los años 60, las formas de arte emergentes, y cómo la élite se había transformado. Unos años después, en 1968, publicó The Electric Kool-Aid Acid Test, en el que narra su reportería por California con Ken Kesey y Merry Pranksters mientras se sumergían en los efectos del LSD. Esta crónica es una de las pioneras en estilo gonzo, en el cual el periodista es sujeto y objeto al mismo tiempo y que después fue retomado e impulsado por Hunter S. Thompson.

En 1979, publicó The Right Stuff, en la que contó la historia de los primeros astronautas estadounidenses y el programa espacial Mercurio. El libro, que se adaptó a película en 1983, convirtió al piloto Chuck Yeager en un héroe cultural.

Muere Tom Wolfe, int 1

Tras ésta publicación, Wolfe decidió aventurarse en la novela, pues se cuestionaba si escribir no ficción era solamente una forma de evadir la alternativa. Escribió The Bonfire of the Vanities en 1987 y a esa le siguieron A Man in Full (1998), I am Charlotte Simmons (2994) y Back to Blood (2012). Antes, durante y después de éstos, escribió mucha más no ficción: The Pump House Gang (1968), Radical Chic & Mau-Mauing the Flak Catchers (1970), The Painted Word (1975), The purple decades (1982), Hooking Up (2001), entre otros.

Publicó para las revistas Esquire, New York y Harper’s. Sus crónicas y reportajes construyeron una nueva manera de mostrar el mundo, de hacer periodismo; dejó de ser tan sólo un oficio y se volvió en un arte. Una despedida al maestro del nuevo periodismo, de la no ficción literaria, que buscó, por sobre todas las cosas, contar qué pasaba en el mundo con cadencia y profundidad, con minuciosa dedicación.

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