Por la tarde de ayer, aún circulaba agua por la enorme red de tuberías que hay debajo del Valle de México, pero una vez cerrado el suministro —que contra la fuerza de gravedad— brinda aproximadamente 16 mil litros de agua por segundo a la capital mexicana, poco a poco la escasez, o la sensación de ella, se ha apoderado de los lugares donde ya no brotan abundantes chorros sino pequeñas gotas. Los habitantes de 480 colonias ya padecen el desabasto.
Desde que se anuncio el corte de agua, hace casi un mes y porque “más vale prevenir que lamentar”, muchos recolectaron agua en cubetas y botes para minimizar la ansiedad o el caos que puede traer la falta del líquido y llenaron hasta el tope cisternas y tinacos, siguiendo medidas de uso mínimo.
En la alcaldía Benito Juárez, donde habrá 50 colonias sin suministro del vital líquido durante los días del corte, Doña Sara, quien tiene una jarcieria en el Mercado Lázaro Cárdenas en la Colonia Del Valle, fue una de las primeras beneficiadas del mantenimiento que se dará al sistema de bombeo del Sistema Cutzamala.
Desde hace más de 30 años Sara trabaja ahí vendiendo escobas, esponjas y recipientes de todo tipo. Ante al anuncio y con experiencia en el negocio, me cuenta que se dio a la tarea de conseguir más botes y cubetas de las que tenía en su bodega para satisfacer la demanda de las personas le pidieron estos productos para “apartar agua”.
Me cuenta que “el negocio no va mal, a pesar de tener un supermercado cerca, pero estas son oportunidades que hay que saber aprovechar”, dice.
Discretamente, cuenta que hace una semana las coloridas cubetas —todas hechas en México— aún tenían un precio de entre 60 y 80 pesos, pero que subieron a 100 o 140, entre más se acercaba la fecha del corte que comenzó la mañana del 31 de octubre. Con las manos en los bolsillos de un delantal floreado, suelta entre risas su confesión comercial: “ya sabes lo de la oferta y la demanda”.
Con este principio económico por delante, confirma que lo más vendido estas semanas fueron los botes de hasta 120 litros de capacidad, que logró vender hasta en 450 pesos. “Yo ya había vendido todo desde el domingo en la mañana, pero dentro del mercado se mancharon, los estaban vendiendo hasta en 700 pesos”, acusa mirando hacia varios lados, para descartar que alguien más la estuviera escuchando.
Mientras tanto en la alcaldía Cuauhtémoc, donde hay anuncios que la señalan como “el corazón de México” y donde la Comisión Nacional del Agua instaló cerca de 10 tinacos de gran capacidad para aliviar la crisis, Jonathan Ramos de 27 años, quien trabaja en una taquería en la vital, turística y en constante reparación, Zona Rosa, dice que el corte no afectará tanto a su negocio. Lo dice a pesar de que el agua se usa para todo, pero sobretodo para la limpieza del establecimiento que los fines de semana cierra hasta las 3 de la mañana. Lo "trabajoso", dice, será que los siete empleados del restaurante tendrán que llegar una hora antes y estar pendientes de que las pipas lleguen a tiempo.
“Ya pedimos el doble de garrafones por cualquier cosa. Usamos el agua para preparar y lavar la comida, hacer las salsas, pero ya nos prometieron los de la delegación venirnos a surtir con pipas. Es algo normal, ya nos acostumbramos, hace poco cerraron porque estaban reparando las calles”, concluye. Se estima que este fin de semana el corte tendrá consecuencias económicas, sobretodo en las pequeños locales que no cuentan con instalaciones para almacenar agua.
En el baño de esta taquería tapizada con mosaicos con girasoles, a unos pasos del Ángel de la Independencia, no brota ni una gota de agua del lavamanos. Mientras tanto, a unas cuadras, en el moderno y geométrico edificio Reforma 222, que tiene un Centro Comercial, un Hotel y un edificio de departamentos con alberca, los baños del gimnasio localizado en el interior, parecen estar más ocupados que nunca. En una larga fila se acomodan aquellos que desde muy temprano se levantaron para hacer ejercicio y otros que con la intención de ahorrar el agua que habían recolectado en su casa, se fueron a bañar al sus instalaciones, donde pusieron como condición y por conciencia "usar la regadera sólo por cinco minutos".
Ahí, Martín, un maestro de inglés de 49 años, cuenta que ya no había agua en su casa, ubicada en la colonia Doctores. "Y no hay nada para despertarse como un buen regaderazo, es mejor que un café”, afirma.
Entre las alcaldías más afectadas se encuentra Álvaro Obregón, donde 77 colonias tendrán algún grado de desabasto. Esta alcaldía, que creció entre barrancas, cerros y lomas, ha tenido —a ratos— problemas de abasto, pues algunas colonias, construidas a mediados del siglo pasado, se erigieron antes de que los servicios fueran instalados y algunas otras no cuentan con cisternas. En la colonia Olivar del Padre, muy cerca del Desierto de los Leones, y a al poniente de la Ciudad, Susana Medina, de 42 años, cuenta que todavía la mañana del primero de noviembre tuvo agua y su familia se pudo bañar normalmente. Pero que las autoridades de la alcaldía le avisaron que el corte podría durar hasta ocho días, por lo que había que tener precaución.
“Nosotros llenamos otro tinaco que teníamos vacío, así que estamos listos para cualquier cosa, pero estamos cuidando el agua porque para que una pipa suba hasta acá está complicado”, dice.
Las autoridades de Álvaro Obregón anunciaron que 40 pipas darán servicio gratuito estos cinco días en esa demarcación, para aliviar la escasez. Se anunció también que miembros de la contraloría estarán vigilando que no se cobre “absolutamente nada” a los más de 260 mil habitantes que padecerán la falta de agua y que el servicio se podrá pedir a través de Locatel o a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, al igual que en las demás alcaldías.
Las autoridades prometen que el mantenimiento que se le dará en estos días al Sistema Cutzamala, que este año cumplió 36 años, lo volverá más eficiente, pues se está construyendo una tercera línea de abastecimiento para evitar otro corte similar en el futuro.
Mientras tanto, esta situación pondrá a prueba a los habitantes de la CDMX, que según pronósticos, podría sufrir una severa crisis de agua en 2030.
*Fotografías vía redes sociales.
No items found.
No items found.
No items found.
No items found.
Para algunos el corte de agua ha significado una tragedia, para otros, una oportunidad de negocio.
Por la tarde de ayer, aún circulaba agua por la enorme red de tuberías que hay debajo del Valle de México, pero una vez cerrado el suministro —que contra la fuerza de gravedad— brinda aproximadamente 16 mil litros de agua por segundo a la capital mexicana, poco a poco la escasez, o la sensación de ella, se ha apoderado de los lugares donde ya no brotan abundantes chorros sino pequeñas gotas. Los habitantes de 480 colonias ya padecen el desabasto.
Desde que se anuncio el corte de agua, hace casi un mes y porque “más vale prevenir que lamentar”, muchos recolectaron agua en cubetas y botes para minimizar la ansiedad o el caos que puede traer la falta del líquido y llenaron hasta el tope cisternas y tinacos, siguiendo medidas de uso mínimo.
En la alcaldía Benito Juárez, donde habrá 50 colonias sin suministro del vital líquido durante los días del corte, Doña Sara, quien tiene una jarcieria en el Mercado Lázaro Cárdenas en la Colonia Del Valle, fue una de las primeras beneficiadas del mantenimiento que se dará al sistema de bombeo del Sistema Cutzamala.
Desde hace más de 30 años Sara trabaja ahí vendiendo escobas, esponjas y recipientes de todo tipo. Ante al anuncio y con experiencia en el negocio, me cuenta que se dio a la tarea de conseguir más botes y cubetas de las que tenía en su bodega para satisfacer la demanda de las personas le pidieron estos productos para “apartar agua”.
Me cuenta que “el negocio no va mal, a pesar de tener un supermercado cerca, pero estas son oportunidades que hay que saber aprovechar”, dice.
Discretamente, cuenta que hace una semana las coloridas cubetas —todas hechas en México— aún tenían un precio de entre 60 y 80 pesos, pero que subieron a 100 o 140, entre más se acercaba la fecha del corte que comenzó la mañana del 31 de octubre. Con las manos en los bolsillos de un delantal floreado, suelta entre risas su confesión comercial: “ya sabes lo de la oferta y la demanda”.
Con este principio económico por delante, confirma que lo más vendido estas semanas fueron los botes de hasta 120 litros de capacidad, que logró vender hasta en 450 pesos. “Yo ya había vendido todo desde el domingo en la mañana, pero dentro del mercado se mancharon, los estaban vendiendo hasta en 700 pesos”, acusa mirando hacia varios lados, para descartar que alguien más la estuviera escuchando.
Mientras tanto en la alcaldía Cuauhtémoc, donde hay anuncios que la señalan como “el corazón de México” y donde la Comisión Nacional del Agua instaló cerca de 10 tinacos de gran capacidad para aliviar la crisis, Jonathan Ramos de 27 años, quien trabaja en una taquería en la vital, turística y en constante reparación, Zona Rosa, dice que el corte no afectará tanto a su negocio. Lo dice a pesar de que el agua se usa para todo, pero sobretodo para la limpieza del establecimiento que los fines de semana cierra hasta las 3 de la mañana. Lo "trabajoso", dice, será que los siete empleados del restaurante tendrán que llegar una hora antes y estar pendientes de que las pipas lleguen a tiempo.
“Ya pedimos el doble de garrafones por cualquier cosa. Usamos el agua para preparar y lavar la comida, hacer las salsas, pero ya nos prometieron los de la delegación venirnos a surtir con pipas. Es algo normal, ya nos acostumbramos, hace poco cerraron porque estaban reparando las calles”, concluye. Se estima que este fin de semana el corte tendrá consecuencias económicas, sobretodo en las pequeños locales que no cuentan con instalaciones para almacenar agua.
En el baño de esta taquería tapizada con mosaicos con girasoles, a unos pasos del Ángel de la Independencia, no brota ni una gota de agua del lavamanos. Mientras tanto, a unas cuadras, en el moderno y geométrico edificio Reforma 222, que tiene un Centro Comercial, un Hotel y un edificio de departamentos con alberca, los baños del gimnasio localizado en el interior, parecen estar más ocupados que nunca. En una larga fila se acomodan aquellos que desde muy temprano se levantaron para hacer ejercicio y otros que con la intención de ahorrar el agua que habían recolectado en su casa, se fueron a bañar al sus instalaciones, donde pusieron como condición y por conciencia "usar la regadera sólo por cinco minutos".
Ahí, Martín, un maestro de inglés de 49 años, cuenta que ya no había agua en su casa, ubicada en la colonia Doctores. "Y no hay nada para despertarse como un buen regaderazo, es mejor que un café”, afirma.
Entre las alcaldías más afectadas se encuentra Álvaro Obregón, donde 77 colonias tendrán algún grado de desabasto. Esta alcaldía, que creció entre barrancas, cerros y lomas, ha tenido —a ratos— problemas de abasto, pues algunas colonias, construidas a mediados del siglo pasado, se erigieron antes de que los servicios fueran instalados y algunas otras no cuentan con cisternas. En la colonia Olivar del Padre, muy cerca del Desierto de los Leones, y a al poniente de la Ciudad, Susana Medina, de 42 años, cuenta que todavía la mañana del primero de noviembre tuvo agua y su familia se pudo bañar normalmente. Pero que las autoridades de la alcaldía le avisaron que el corte podría durar hasta ocho días, por lo que había que tener precaución.
“Nosotros llenamos otro tinaco que teníamos vacío, así que estamos listos para cualquier cosa, pero estamos cuidando el agua porque para que una pipa suba hasta acá está complicado”, dice.
Las autoridades de Álvaro Obregón anunciaron que 40 pipas darán servicio gratuito estos cinco días en esa demarcación, para aliviar la escasez. Se anunció también que miembros de la contraloría estarán vigilando que no se cobre “absolutamente nada” a los más de 260 mil habitantes que padecerán la falta de agua y que el servicio se podrá pedir a través de Locatel o a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, al igual que en las demás alcaldías.
Las autoridades prometen que el mantenimiento que se le dará en estos días al Sistema Cutzamala, que este año cumplió 36 años, lo volverá más eficiente, pues se está construyendo una tercera línea de abastecimiento para evitar otro corte similar en el futuro.
Mientras tanto, esta situación pondrá a prueba a los habitantes de la CDMX, que según pronósticos, podría sufrir una severa crisis de agua en 2030.
*Fotografías vía redes sociales.
Para algunos el corte de agua ha significado una tragedia, para otros, una oportunidad de negocio.
Por la tarde de ayer, aún circulaba agua por la enorme red de tuberías que hay debajo del Valle de México, pero una vez cerrado el suministro —que contra la fuerza de gravedad— brinda aproximadamente 16 mil litros de agua por segundo a la capital mexicana, poco a poco la escasez, o la sensación de ella, se ha apoderado de los lugares donde ya no brotan abundantes chorros sino pequeñas gotas. Los habitantes de 480 colonias ya padecen el desabasto.
Desde que se anuncio el corte de agua, hace casi un mes y porque “más vale prevenir que lamentar”, muchos recolectaron agua en cubetas y botes para minimizar la ansiedad o el caos que puede traer la falta del líquido y llenaron hasta el tope cisternas y tinacos, siguiendo medidas de uso mínimo.
En la alcaldía Benito Juárez, donde habrá 50 colonias sin suministro del vital líquido durante los días del corte, Doña Sara, quien tiene una jarcieria en el Mercado Lázaro Cárdenas en la Colonia Del Valle, fue una de las primeras beneficiadas del mantenimiento que se dará al sistema de bombeo del Sistema Cutzamala.
Desde hace más de 30 años Sara trabaja ahí vendiendo escobas, esponjas y recipientes de todo tipo. Ante al anuncio y con experiencia en el negocio, me cuenta que se dio a la tarea de conseguir más botes y cubetas de las que tenía en su bodega para satisfacer la demanda de las personas le pidieron estos productos para “apartar agua”.
Me cuenta que “el negocio no va mal, a pesar de tener un supermercado cerca, pero estas son oportunidades que hay que saber aprovechar”, dice.
Discretamente, cuenta que hace una semana las coloridas cubetas —todas hechas en México— aún tenían un precio de entre 60 y 80 pesos, pero que subieron a 100 o 140, entre más se acercaba la fecha del corte que comenzó la mañana del 31 de octubre. Con las manos en los bolsillos de un delantal floreado, suelta entre risas su confesión comercial: “ya sabes lo de la oferta y la demanda”.
Con este principio económico por delante, confirma que lo más vendido estas semanas fueron los botes de hasta 120 litros de capacidad, que logró vender hasta en 450 pesos. “Yo ya había vendido todo desde el domingo en la mañana, pero dentro del mercado se mancharon, los estaban vendiendo hasta en 700 pesos”, acusa mirando hacia varios lados, para descartar que alguien más la estuviera escuchando.
Mientras tanto en la alcaldía Cuauhtémoc, donde hay anuncios que la señalan como “el corazón de México” y donde la Comisión Nacional del Agua instaló cerca de 10 tinacos de gran capacidad para aliviar la crisis, Jonathan Ramos de 27 años, quien trabaja en una taquería en la vital, turística y en constante reparación, Zona Rosa, dice que el corte no afectará tanto a su negocio. Lo dice a pesar de que el agua se usa para todo, pero sobretodo para la limpieza del establecimiento que los fines de semana cierra hasta las 3 de la mañana. Lo "trabajoso", dice, será que los siete empleados del restaurante tendrán que llegar una hora antes y estar pendientes de que las pipas lleguen a tiempo.
“Ya pedimos el doble de garrafones por cualquier cosa. Usamos el agua para preparar y lavar la comida, hacer las salsas, pero ya nos prometieron los de la delegación venirnos a surtir con pipas. Es algo normal, ya nos acostumbramos, hace poco cerraron porque estaban reparando las calles”, concluye. Se estima que este fin de semana el corte tendrá consecuencias económicas, sobretodo en las pequeños locales que no cuentan con instalaciones para almacenar agua.
En el baño de esta taquería tapizada con mosaicos con girasoles, a unos pasos del Ángel de la Independencia, no brota ni una gota de agua del lavamanos. Mientras tanto, a unas cuadras, en el moderno y geométrico edificio Reforma 222, que tiene un Centro Comercial, un Hotel y un edificio de departamentos con alberca, los baños del gimnasio localizado en el interior, parecen estar más ocupados que nunca. En una larga fila se acomodan aquellos que desde muy temprano se levantaron para hacer ejercicio y otros que con la intención de ahorrar el agua que habían recolectado en su casa, se fueron a bañar al sus instalaciones, donde pusieron como condición y por conciencia "usar la regadera sólo por cinco minutos".
Ahí, Martín, un maestro de inglés de 49 años, cuenta que ya no había agua en su casa, ubicada en la colonia Doctores. "Y no hay nada para despertarse como un buen regaderazo, es mejor que un café”, afirma.
Entre las alcaldías más afectadas se encuentra Álvaro Obregón, donde 77 colonias tendrán algún grado de desabasto. Esta alcaldía, que creció entre barrancas, cerros y lomas, ha tenido —a ratos— problemas de abasto, pues algunas colonias, construidas a mediados del siglo pasado, se erigieron antes de que los servicios fueran instalados y algunas otras no cuentan con cisternas. En la colonia Olivar del Padre, muy cerca del Desierto de los Leones, y a al poniente de la Ciudad, Susana Medina, de 42 años, cuenta que todavía la mañana del primero de noviembre tuvo agua y su familia se pudo bañar normalmente. Pero que las autoridades de la alcaldía le avisaron que el corte podría durar hasta ocho días, por lo que había que tener precaución.
“Nosotros llenamos otro tinaco que teníamos vacío, así que estamos listos para cualquier cosa, pero estamos cuidando el agua porque para que una pipa suba hasta acá está complicado”, dice.
Las autoridades de Álvaro Obregón anunciaron que 40 pipas darán servicio gratuito estos cinco días en esa demarcación, para aliviar la escasez. Se anunció también que miembros de la contraloría estarán vigilando que no se cobre “absolutamente nada” a los más de 260 mil habitantes que padecerán la falta de agua y que el servicio se podrá pedir a través de Locatel o a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, al igual que en las demás alcaldías.
Las autoridades prometen que el mantenimiento que se le dará en estos días al Sistema Cutzamala, que este año cumplió 36 años, lo volverá más eficiente, pues se está construyendo una tercera línea de abastecimiento para evitar otro corte similar en el futuro.
Mientras tanto, esta situación pondrá a prueba a los habitantes de la CDMX, que según pronósticos, podría sufrir una severa crisis de agua en 2030.
*Fotografías vía redes sociales.
Para algunos el corte de agua ha significado una tragedia, para otros, una oportunidad de negocio.
Por la tarde de ayer, aún circulaba agua por la enorme red de tuberías que hay debajo del Valle de México, pero una vez cerrado el suministro —que contra la fuerza de gravedad— brinda aproximadamente 16 mil litros de agua por segundo a la capital mexicana, poco a poco la escasez, o la sensación de ella, se ha apoderado de los lugares donde ya no brotan abundantes chorros sino pequeñas gotas. Los habitantes de 480 colonias ya padecen el desabasto.
Desde que se anuncio el corte de agua, hace casi un mes y porque “más vale prevenir que lamentar”, muchos recolectaron agua en cubetas y botes para minimizar la ansiedad o el caos que puede traer la falta del líquido y llenaron hasta el tope cisternas y tinacos, siguiendo medidas de uso mínimo.
En la alcaldía Benito Juárez, donde habrá 50 colonias sin suministro del vital líquido durante los días del corte, Doña Sara, quien tiene una jarcieria en el Mercado Lázaro Cárdenas en la Colonia Del Valle, fue una de las primeras beneficiadas del mantenimiento que se dará al sistema de bombeo del Sistema Cutzamala.
Desde hace más de 30 años Sara trabaja ahí vendiendo escobas, esponjas y recipientes de todo tipo. Ante al anuncio y con experiencia en el negocio, me cuenta que se dio a la tarea de conseguir más botes y cubetas de las que tenía en su bodega para satisfacer la demanda de las personas le pidieron estos productos para “apartar agua”.
Me cuenta que “el negocio no va mal, a pesar de tener un supermercado cerca, pero estas son oportunidades que hay que saber aprovechar”, dice.
Discretamente, cuenta que hace una semana las coloridas cubetas —todas hechas en México— aún tenían un precio de entre 60 y 80 pesos, pero que subieron a 100 o 140, entre más se acercaba la fecha del corte que comenzó la mañana del 31 de octubre. Con las manos en los bolsillos de un delantal floreado, suelta entre risas su confesión comercial: “ya sabes lo de la oferta y la demanda”.
Con este principio económico por delante, confirma que lo más vendido estas semanas fueron los botes de hasta 120 litros de capacidad, que logró vender hasta en 450 pesos. “Yo ya había vendido todo desde el domingo en la mañana, pero dentro del mercado se mancharon, los estaban vendiendo hasta en 700 pesos”, acusa mirando hacia varios lados, para descartar que alguien más la estuviera escuchando.
Mientras tanto en la alcaldía Cuauhtémoc, donde hay anuncios que la señalan como “el corazón de México” y donde la Comisión Nacional del Agua instaló cerca de 10 tinacos de gran capacidad para aliviar la crisis, Jonathan Ramos de 27 años, quien trabaja en una taquería en la vital, turística y en constante reparación, Zona Rosa, dice que el corte no afectará tanto a su negocio. Lo dice a pesar de que el agua se usa para todo, pero sobretodo para la limpieza del establecimiento que los fines de semana cierra hasta las 3 de la mañana. Lo "trabajoso", dice, será que los siete empleados del restaurante tendrán que llegar una hora antes y estar pendientes de que las pipas lleguen a tiempo.
“Ya pedimos el doble de garrafones por cualquier cosa. Usamos el agua para preparar y lavar la comida, hacer las salsas, pero ya nos prometieron los de la delegación venirnos a surtir con pipas. Es algo normal, ya nos acostumbramos, hace poco cerraron porque estaban reparando las calles”, concluye. Se estima que este fin de semana el corte tendrá consecuencias económicas, sobretodo en las pequeños locales que no cuentan con instalaciones para almacenar agua.
En el baño de esta taquería tapizada con mosaicos con girasoles, a unos pasos del Ángel de la Independencia, no brota ni una gota de agua del lavamanos. Mientras tanto, a unas cuadras, en el moderno y geométrico edificio Reforma 222, que tiene un Centro Comercial, un Hotel y un edificio de departamentos con alberca, los baños del gimnasio localizado en el interior, parecen estar más ocupados que nunca. En una larga fila se acomodan aquellos que desde muy temprano se levantaron para hacer ejercicio y otros que con la intención de ahorrar el agua que habían recolectado en su casa, se fueron a bañar al sus instalaciones, donde pusieron como condición y por conciencia "usar la regadera sólo por cinco minutos".
Ahí, Martín, un maestro de inglés de 49 años, cuenta que ya no había agua en su casa, ubicada en la colonia Doctores. "Y no hay nada para despertarse como un buen regaderazo, es mejor que un café”, afirma.
Entre las alcaldías más afectadas se encuentra Álvaro Obregón, donde 77 colonias tendrán algún grado de desabasto. Esta alcaldía, que creció entre barrancas, cerros y lomas, ha tenido —a ratos— problemas de abasto, pues algunas colonias, construidas a mediados del siglo pasado, se erigieron antes de que los servicios fueran instalados y algunas otras no cuentan con cisternas. En la colonia Olivar del Padre, muy cerca del Desierto de los Leones, y a al poniente de la Ciudad, Susana Medina, de 42 años, cuenta que todavía la mañana del primero de noviembre tuvo agua y su familia se pudo bañar normalmente. Pero que las autoridades de la alcaldía le avisaron que el corte podría durar hasta ocho días, por lo que había que tener precaución.
“Nosotros llenamos otro tinaco que teníamos vacío, así que estamos listos para cualquier cosa, pero estamos cuidando el agua porque para que una pipa suba hasta acá está complicado”, dice.
Las autoridades de Álvaro Obregón anunciaron que 40 pipas darán servicio gratuito estos cinco días en esa demarcación, para aliviar la escasez. Se anunció también que miembros de la contraloría estarán vigilando que no se cobre “absolutamente nada” a los más de 260 mil habitantes que padecerán la falta de agua y que el servicio se podrá pedir a través de Locatel o a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, al igual que en las demás alcaldías.
Las autoridades prometen que el mantenimiento que se le dará en estos días al Sistema Cutzamala, que este año cumplió 36 años, lo volverá más eficiente, pues se está construyendo una tercera línea de abastecimiento para evitar otro corte similar en el futuro.
Mientras tanto, esta situación pondrá a prueba a los habitantes de la CDMX, que según pronósticos, podría sufrir una severa crisis de agua en 2030.
*Fotografías vía redes sociales.
Para algunos el corte de agua ha significado una tragedia, para otros, una oportunidad de negocio.
Por la tarde de ayer, aún circulaba agua por la enorme red de tuberías que hay debajo del Valle de México, pero una vez cerrado el suministro —que contra la fuerza de gravedad— brinda aproximadamente 16 mil litros de agua por segundo a la capital mexicana, poco a poco la escasez, o la sensación de ella, se ha apoderado de los lugares donde ya no brotan abundantes chorros sino pequeñas gotas. Los habitantes de 480 colonias ya padecen el desabasto.
Desde que se anuncio el corte de agua, hace casi un mes y porque “más vale prevenir que lamentar”, muchos recolectaron agua en cubetas y botes para minimizar la ansiedad o el caos que puede traer la falta del líquido y llenaron hasta el tope cisternas y tinacos, siguiendo medidas de uso mínimo.
En la alcaldía Benito Juárez, donde habrá 50 colonias sin suministro del vital líquido durante los días del corte, Doña Sara, quien tiene una jarcieria en el Mercado Lázaro Cárdenas en la Colonia Del Valle, fue una de las primeras beneficiadas del mantenimiento que se dará al sistema de bombeo del Sistema Cutzamala.
Desde hace más de 30 años Sara trabaja ahí vendiendo escobas, esponjas y recipientes de todo tipo. Ante al anuncio y con experiencia en el negocio, me cuenta que se dio a la tarea de conseguir más botes y cubetas de las que tenía en su bodega para satisfacer la demanda de las personas le pidieron estos productos para “apartar agua”.
Me cuenta que “el negocio no va mal, a pesar de tener un supermercado cerca, pero estas son oportunidades que hay que saber aprovechar”, dice.
Discretamente, cuenta que hace una semana las coloridas cubetas —todas hechas en México— aún tenían un precio de entre 60 y 80 pesos, pero que subieron a 100 o 140, entre más se acercaba la fecha del corte que comenzó la mañana del 31 de octubre. Con las manos en los bolsillos de un delantal floreado, suelta entre risas su confesión comercial: “ya sabes lo de la oferta y la demanda”.
Con este principio económico por delante, confirma que lo más vendido estas semanas fueron los botes de hasta 120 litros de capacidad, que logró vender hasta en 450 pesos. “Yo ya había vendido todo desde el domingo en la mañana, pero dentro del mercado se mancharon, los estaban vendiendo hasta en 700 pesos”, acusa mirando hacia varios lados, para descartar que alguien más la estuviera escuchando.
Mientras tanto en la alcaldía Cuauhtémoc, donde hay anuncios que la señalan como “el corazón de México” y donde la Comisión Nacional del Agua instaló cerca de 10 tinacos de gran capacidad para aliviar la crisis, Jonathan Ramos de 27 años, quien trabaja en una taquería en la vital, turística y en constante reparación, Zona Rosa, dice que el corte no afectará tanto a su negocio. Lo dice a pesar de que el agua se usa para todo, pero sobretodo para la limpieza del establecimiento que los fines de semana cierra hasta las 3 de la mañana. Lo "trabajoso", dice, será que los siete empleados del restaurante tendrán que llegar una hora antes y estar pendientes de que las pipas lleguen a tiempo.
“Ya pedimos el doble de garrafones por cualquier cosa. Usamos el agua para preparar y lavar la comida, hacer las salsas, pero ya nos prometieron los de la delegación venirnos a surtir con pipas. Es algo normal, ya nos acostumbramos, hace poco cerraron porque estaban reparando las calles”, concluye. Se estima que este fin de semana el corte tendrá consecuencias económicas, sobretodo en las pequeños locales que no cuentan con instalaciones para almacenar agua.
En el baño de esta taquería tapizada con mosaicos con girasoles, a unos pasos del Ángel de la Independencia, no brota ni una gota de agua del lavamanos. Mientras tanto, a unas cuadras, en el moderno y geométrico edificio Reforma 222, que tiene un Centro Comercial, un Hotel y un edificio de departamentos con alberca, los baños del gimnasio localizado en el interior, parecen estar más ocupados que nunca. En una larga fila se acomodan aquellos que desde muy temprano se levantaron para hacer ejercicio y otros que con la intención de ahorrar el agua que habían recolectado en su casa, se fueron a bañar al sus instalaciones, donde pusieron como condición y por conciencia "usar la regadera sólo por cinco minutos".
Ahí, Martín, un maestro de inglés de 49 años, cuenta que ya no había agua en su casa, ubicada en la colonia Doctores. "Y no hay nada para despertarse como un buen regaderazo, es mejor que un café”, afirma.
Entre las alcaldías más afectadas se encuentra Álvaro Obregón, donde 77 colonias tendrán algún grado de desabasto. Esta alcaldía, que creció entre barrancas, cerros y lomas, ha tenido —a ratos— problemas de abasto, pues algunas colonias, construidas a mediados del siglo pasado, se erigieron antes de que los servicios fueran instalados y algunas otras no cuentan con cisternas. En la colonia Olivar del Padre, muy cerca del Desierto de los Leones, y a al poniente de la Ciudad, Susana Medina, de 42 años, cuenta que todavía la mañana del primero de noviembre tuvo agua y su familia se pudo bañar normalmente. Pero que las autoridades de la alcaldía le avisaron que el corte podría durar hasta ocho días, por lo que había que tener precaución.
“Nosotros llenamos otro tinaco que teníamos vacío, así que estamos listos para cualquier cosa, pero estamos cuidando el agua porque para que una pipa suba hasta acá está complicado”, dice.
Las autoridades de Álvaro Obregón anunciaron que 40 pipas darán servicio gratuito estos cinco días en esa demarcación, para aliviar la escasez. Se anunció también que miembros de la contraloría estarán vigilando que no se cobre “absolutamente nada” a los más de 260 mil habitantes que padecerán la falta de agua y que el servicio se podrá pedir a través de Locatel o a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, al igual que en las demás alcaldías.
Las autoridades prometen que el mantenimiento que se le dará en estos días al Sistema Cutzamala, que este año cumplió 36 años, lo volverá más eficiente, pues se está construyendo una tercera línea de abastecimiento para evitar otro corte similar en el futuro.
Mientras tanto, esta situación pondrá a prueba a los habitantes de la CDMX, que según pronósticos, podría sufrir una severa crisis de agua en 2030.
*Fotografías vía redes sociales.
Por la tarde de ayer, aún circulaba agua por la enorme red de tuberías que hay debajo del Valle de México, pero una vez cerrado el suministro —que contra la fuerza de gravedad— brinda aproximadamente 16 mil litros de agua por segundo a la capital mexicana, poco a poco la escasez, o la sensación de ella, se ha apoderado de los lugares donde ya no brotan abundantes chorros sino pequeñas gotas. Los habitantes de 480 colonias ya padecen el desabasto.
Desde que se anuncio el corte de agua, hace casi un mes y porque “más vale prevenir que lamentar”, muchos recolectaron agua en cubetas y botes para minimizar la ansiedad o el caos que puede traer la falta del líquido y llenaron hasta el tope cisternas y tinacos, siguiendo medidas de uso mínimo.
En la alcaldía Benito Juárez, donde habrá 50 colonias sin suministro del vital líquido durante los días del corte, Doña Sara, quien tiene una jarcieria en el Mercado Lázaro Cárdenas en la Colonia Del Valle, fue una de las primeras beneficiadas del mantenimiento que se dará al sistema de bombeo del Sistema Cutzamala.
Desde hace más de 30 años Sara trabaja ahí vendiendo escobas, esponjas y recipientes de todo tipo. Ante al anuncio y con experiencia en el negocio, me cuenta que se dio a la tarea de conseguir más botes y cubetas de las que tenía en su bodega para satisfacer la demanda de las personas le pidieron estos productos para “apartar agua”.
Me cuenta que “el negocio no va mal, a pesar de tener un supermercado cerca, pero estas son oportunidades que hay que saber aprovechar”, dice.
Discretamente, cuenta que hace una semana las coloridas cubetas —todas hechas en México— aún tenían un precio de entre 60 y 80 pesos, pero que subieron a 100 o 140, entre más se acercaba la fecha del corte que comenzó la mañana del 31 de octubre. Con las manos en los bolsillos de un delantal floreado, suelta entre risas su confesión comercial: “ya sabes lo de la oferta y la demanda”.
Con este principio económico por delante, confirma que lo más vendido estas semanas fueron los botes de hasta 120 litros de capacidad, que logró vender hasta en 450 pesos. “Yo ya había vendido todo desde el domingo en la mañana, pero dentro del mercado se mancharon, los estaban vendiendo hasta en 700 pesos”, acusa mirando hacia varios lados, para descartar que alguien más la estuviera escuchando.
Mientras tanto en la alcaldía Cuauhtémoc, donde hay anuncios que la señalan como “el corazón de México” y donde la Comisión Nacional del Agua instaló cerca de 10 tinacos de gran capacidad para aliviar la crisis, Jonathan Ramos de 27 años, quien trabaja en una taquería en la vital, turística y en constante reparación, Zona Rosa, dice que el corte no afectará tanto a su negocio. Lo dice a pesar de que el agua se usa para todo, pero sobretodo para la limpieza del establecimiento que los fines de semana cierra hasta las 3 de la mañana. Lo "trabajoso", dice, será que los siete empleados del restaurante tendrán que llegar una hora antes y estar pendientes de que las pipas lleguen a tiempo.
“Ya pedimos el doble de garrafones por cualquier cosa. Usamos el agua para preparar y lavar la comida, hacer las salsas, pero ya nos prometieron los de la delegación venirnos a surtir con pipas. Es algo normal, ya nos acostumbramos, hace poco cerraron porque estaban reparando las calles”, concluye. Se estima que este fin de semana el corte tendrá consecuencias económicas, sobretodo en las pequeños locales que no cuentan con instalaciones para almacenar agua.
En el baño de esta taquería tapizada con mosaicos con girasoles, a unos pasos del Ángel de la Independencia, no brota ni una gota de agua del lavamanos. Mientras tanto, a unas cuadras, en el moderno y geométrico edificio Reforma 222, que tiene un Centro Comercial, un Hotel y un edificio de departamentos con alberca, los baños del gimnasio localizado en el interior, parecen estar más ocupados que nunca. En una larga fila se acomodan aquellos que desde muy temprano se levantaron para hacer ejercicio y otros que con la intención de ahorrar el agua que habían recolectado en su casa, se fueron a bañar al sus instalaciones, donde pusieron como condición y por conciencia "usar la regadera sólo por cinco minutos".
Ahí, Martín, un maestro de inglés de 49 años, cuenta que ya no había agua en su casa, ubicada en la colonia Doctores. "Y no hay nada para despertarse como un buen regaderazo, es mejor que un café”, afirma.
Entre las alcaldías más afectadas se encuentra Álvaro Obregón, donde 77 colonias tendrán algún grado de desabasto. Esta alcaldía, que creció entre barrancas, cerros y lomas, ha tenido —a ratos— problemas de abasto, pues algunas colonias, construidas a mediados del siglo pasado, se erigieron antes de que los servicios fueran instalados y algunas otras no cuentan con cisternas. En la colonia Olivar del Padre, muy cerca del Desierto de los Leones, y a al poniente de la Ciudad, Susana Medina, de 42 años, cuenta que todavía la mañana del primero de noviembre tuvo agua y su familia se pudo bañar normalmente. Pero que las autoridades de la alcaldía le avisaron que el corte podría durar hasta ocho días, por lo que había que tener precaución.
“Nosotros llenamos otro tinaco que teníamos vacío, así que estamos listos para cualquier cosa, pero estamos cuidando el agua porque para que una pipa suba hasta acá está complicado”, dice.
Las autoridades de Álvaro Obregón anunciaron que 40 pipas darán servicio gratuito estos cinco días en esa demarcación, para aliviar la escasez. Se anunció también que miembros de la contraloría estarán vigilando que no se cobre “absolutamente nada” a los más de 260 mil habitantes que padecerán la falta de agua y que el servicio se podrá pedir a través de Locatel o a través del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, al igual que en las demás alcaldías.
Las autoridades prometen que el mantenimiento que se le dará en estos días al Sistema Cutzamala, que este año cumplió 36 años, lo volverá más eficiente, pues se está construyendo una tercera línea de abastecimiento para evitar otro corte similar en el futuro.
Mientras tanto, esta situación pondrá a prueba a los habitantes de la CDMX, que según pronósticos, podría sufrir una severa crisis de agua en 2030.
*Fotografías vía redes sociales.
No items found.