Cuatro niños, niñas y adolescentes son asesinados al día en México por la violencia que provocó la llamada guerra contra el narcotráfico. De acuerdo con el informe “El Camino hacia la recuperación” de la organización internacional Save the Children, esta cifra sitúa al país como uno de los más peligrosos del mundo, aún frente a otras naciones en conflicto armado.
El grupo más afectado en México es el de niños y adolescentes entre 12 y 17 años de edad, explica Ivonne Piedras, vocera de la organización en México, en entrevista con Gatopardo. La violencia que se vive en zonas de conflicto, además de ser una amenaza constante para su seguridad física, también puede derivar en el desarrollo de trastornos de salud mental en los menores.
Aproximadamente 25 millones de niños y niñas a nivel global se encuentran en una situación de vulnerabilidad, por lo que la organización no gubernamental pidió a la Organización Mundial de Salud (OMS) abordar esta problemática en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas .
Entre las consecuencias que esto tiene en la salud mental de los niños y niñas, están los altos niveles de estrés y ansiedad por eventos traumáticos.
"Dado que las experiencias de un niño o una niña durante los primeros años de vida tienen un impacto duradero en el desarrollo cerebral, el estrés tóxico puede tener consecuencias graves y perdurables en el desarrollo cognitivo y el control emocional", indica el reporte de Save The Children.
Además, el estrés tóxico puede provocar problemas como depresión y ansiedad, posibles autolesiones y, en ocasiones, pensamientos suicidas. A largo plazo, este padecimiento se relaciona con la retracción y las adicciones, debido a la generación excesiva de cortisol, que es la hormona del estrés.
El reclutamiento de menores por parte de los grupos delincuenciales tiene un rol clave en este problema. Aproximadamente 30 mil niños y niñas -en un contexto de pobreza extrema, en su mayoría- son reclutados como “halcones” de estas organizaciones ilegales.
Además de la violencia derivada de la delincuencia organizada, los menores están expuestos a la violencia intrafamiliar. La especialista explica que muchas familias siguen recurriendo a métodos violentos de crianza, que no han dejado de ser prácticas normalizadas a lo largo del territorio, y esto suele derivar en daños a la autoestima de los menores.
Según sus cifras, de 2007 a abril de 2018, se reportaron 8 mil 198 menores desaparecidos, de los cuales no se tiene información actualizada. La vocera de Save The Children pidió a las autoridades mexicanas recabar y actualizar estos datos, para comprender a fondo la problemática.
Aunado a esto, la violencia que viven los niños dista mucho de la que padecen las niñas y adolescentes mujeres en el país. De 2015 a septiembre de 2018, se reportaron 225 feminicidios de menores de 18 años. Sin embargo, la ONG asegura que pueden ser más de 800, al considerar que muchos asesinatos de niñas no se tipifican adecuadamente. La crueldad en estos asesinatos es una constante en la mayoría de los casos, muchos feminicidios ocurren por arma de fuego o ahorcamiento al interior de sus hogares.
Otro tema preocupante es el embarazo infantil. Tan solo en 2017 se registraron 10,000 embarazos infantiles (niñas de 10 a 14 años), la mayoría producto de abuso sexual.
Save the Children pidió a las Naciones Unidas invertir en un fondo educativo y en una prueba piloto para servicios mínimos de salud mental y apoyo psicosocial para menores víctimas de violencia. Otra solicitud es apoyar los mecanismos internacionales que juzguen los casos de violaciones de derechos de la niñez en situaciones de conflicto.
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