En este proyecto fotográfico para Gatopardo 214, Mariceu Erthal pasó una semana en Cuba rentando la habitación de Iriana, quien dejó la casa de sus padres tiempo atrás para probar suerte en Europa. Habitando su espacio, tocando sus cosas y reconociendo el dolor de sus padres al estar lejos de ella, percibía su presencia por todas partes. Quiso traerla de regreso, prestar su cuerpo para devolverla a casa.
"Llegué buscando cubrir un vacío, me recibieron para llenar el suyo. “Bienvenida, eres nuestra hija por una semana”. Ana y Enzo, pareja de pensionados cubanos atesoran en sus espacios la presencia de Iriana, su única hija que viajó a Europa persiguiendo la intermitencia de los sueños, cargando con el fracaso del matrimonio, la distancia del cariño de sus padres y las nostalgias de su casa. Sus padres anhelan su voz por el teléfono y noticias suyas, reciben a los extraños y los toman como si ella llegara. Nos preparan el desayuno, nos abrazan y nos acompañan con sus charlas a la playa", cuenta Mariceu Erthal sobre su visita a Cuba.