En las calles de la colonia Juárez, en una casona porfiriana, se encuentra Breve, una galería independiente dirigida por el ojo atento de Begoña Irazábal, quien dedica sus esfuerzos diarios a incentivar el arte y el coleccionismo emergente.
Breve, aquella galería que nació en compañía de los talleres de Casa Rosano, ha habitado distintas sedes en la Ciudad de México. Sin embargo, son las paredes de Berlín 37 las que hoy arropan los esfuerzos de Begoña y del grupo de artistas que ha crecido de la mano de este proyecto. Entre ellos se encuentra Derzu Campos, un artista mexicano, que a través de la fotografía y el arte digital propone una exploración sagaz de la realidad y un cuestionamiento por la identidad del tiempo presente.
La nube y la tempestad está compuesta por una serie de fotografías de archivo, correspondientes a la segunda mitad del siglo XX, en las que se muestran edificios de estilo brutalista, frontales y honestos, distorsionados digitalmente por la mano inquisitiva del artista. Son los sutiles quiebres en la imagen, propuestos por Derzu Campos, los que introducen una pregunta que inquieta y activa el contenido de las fotografías.En diálogo con el artista, él explica que las fotografías seleccionadas muestran, en su mayoría, edificios que eran hospitales, multifamiliares, escuelas o sedes gubernamentales, los cuales corresponden a la década de los cincuenta y sesenta, y que fueron ideados como ejecución de un discurso institucional centrado en el precepto de los Estados benefactores. Sin embargo, con la llegada del neoliberalismo, expresamente con la ascensión de Margaret Tatcher al poder, estos proyectos quedaron en desuso e inmediatamente se convirtieron en monolitos utópicos que se catalogaron como planteamientos fallidos que apuntaban hacia un futuro igualitario pero inalcanzable.
La arquitectura capturada da una ilusión, por sí misma, de estar detenida en el tiempo, protegida por un grandioso abandono. Esa “decadencia monumental” –como la nombra el artista– “da testimonio de una idea, imaginada en el pasado, de un futuro que no llegó”. El doblez de la luz se muestra como una provocación presente que pretende agitar ese tiempo pausado, vislumbrando, a través de la distorsión, un colapso en el tiempo y su posible renovación.Las imágenes que componen la exposición se titulan Do You Remember 1979? y corresponden a una serie más amplia que comenzó a gestarse hace cuatro años mientras el artista vivía en Londres. “Este proyecto —afirma Derzu Campos— surge bajo la inquietud de explorar un sentimiento de esperanza que, en la sociedad actual, está acallado por un sentir común inclinado a lo apocalíptico o catastrófico. [...] La crisis de refugiados, el cambio climático, Ayotzinapa, la guerra del narcotráfico, entre otras cosas, alimentan un miedo constante en la sociedad que apunta al colapso y a la destrucción; sentimiento que es bien difícil de sobrepasar”.
La nube y la tempestad, título inspirado en un fragmento del Diario del año de la peste de Daniel Dafoe, se presenta como una respuesta del artista a un presente desesperanzado. Una búsqueda, a través de la imagen, de otro sentimiento, uno que pueble la conciencia de la gente, le permita desprenderse del miedo que le paraliza y le invite, en nuestro tiempo, a vislumbrar en el quiebre un futuro más luminosos.La exposición La nube y la tempestad, podrá ser visitada hasta el 15 de septiembre de 2018 en galería Breve.