José María Yazpik debuta como director de cine con Polvo. Una película coral que le abre la puerta a la dirección cinematográfica y además forma parte de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Motivado por la nostalgia de volver al pueblo donde nació su padre, en el estado de Baja California Sur, y entender de manera muy personal el sentido de pertenencia y el paso del tiempo, Polvo es el debut como director del mexicano José María Yazpik, que se estrena este mes en México.
Este proyecto nació por accidente, así lo cuenta el actor de Las oscuras primaveras y Narcos: México. “Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo y que él pudiera visitar a su familia y amigos, los que aún viven, y fue un shock muy fuerte, tanto para la gente de allá al ver a mi papá ya viejo, como al recordar lo que había sido de ese pueblo años atrás”, explica Yazpik en entrevista con Gatopardo. Además de protagonizar y dirigir, coescribió el guion y coproduce la cinta.
A esta historia se sumó una anécdota que, dice el actor, le contó un amigo colombiano sobre una avioneta que se estrelló en un pueblo de Sudamérica cargada de cocaína. “A partir de esa anécdota, escribimos Polvo. Nunca pensé en dirigirla, jamás dije ‘ésta va a ser mi ópera prima’, pero mientras trabajábamos en el guion, mi hermano y yo nos preguntábamos quién dirigiría esto. Pensé que cualquier director llegaría con su propia visión y sólo nosotros sabíamos el tono exacto que buscábamos, los personajes están basados en nuestra familia. Así fue cómo decidí dirigirla yo mismo. Fue por accidente”, comenta el actor.
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La cinta cuenta la historia de El chato, interpretado por Yazpik, un hombre que se va de su pueblo para perseguir el famoso sueño americano y convertirse en un actor de Hollywood; sin embargo, lo más que consigue es ser cadenero en un bar de mala muerte en Tijuana. Tras verse involucrado con unos narcotraficantes, para salvar su vida debe recuperar un cargamento de “polvo blanco” que fue lanzado a su pueblo natal, donde no ha vuelto en varios años, antes de estrellarse.
Para lograr su cometido, El Chato convence a los habitantes de San Ignacio de ayudarlo a recolectar esos paquetes, argumentando que se trata de una sustancia para medicamento; a cambio les dará 100 dólares por cada paquete devuelto. Este hecho cambia la vida de todos los habitantes.
"Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo".
Polvo es una historia de personajes, así fue concebida. “Todos los personajes, los nombres, todo estuvo ahí; hasta tuvimos una boda, el chofer de utilería se casó con una paramédico del pueblo, pasaron cosas muy bonitas, aunque fue muy complicado porque el pueblo queda a 11 horas de un aeropuerto, pero teníamos que vivir el lugar. Fue una experiencia de aislamiento muy gozoso”.
El tono es de una comedia de humor negro. Yazpik siempre ha tenido claro que la “comedia radica en que cada personaje esté muy bien delineado y que responda a su propia naturaleza para que salga bien; de repente uno puede crear una escena a partir de la anécdota, pero siempre a través de los personajes, y eso es lo que le da fondo”.
Yazpik buscó “cobijarse” con un casting que lo apoyara en su debut y por ello invitó a quienes, además de ser sus amigos, son viejos lobos de mar, entre ellos Joaquín Cosío, Jesús Ochoa y Mariana Treviño. “Aprendimos mucho viendo trabajar a Chema en sus distintas etapas, lo acompañamos en su proceso y fuimos testigos de cómo tenía que cambiar el papel de actor a director; era como ver una coreografía. Además había una gran generosidad de su parte y de todo el pueblo para que nos sintiéramos cómodos y así poder apropiarnos del lugar y de los personajes”, dice Mariana Treviño.
“Soy una persona que le gusta tener el control, y pocas veces lo puedes tener en su totalidad, sobre todo en cine, así que aprendí mucho en cada uno de los aspectos de una manera tan intensa y orgánica”, dice Yazpik.
Esta película coral podría cambiar su carrera abriéndole la puerta a la dirección cinematográfica. Polvo compite además dentro de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia, previo a su estreno este 25 de octubre.
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José María Yazpik debuta como director de cine con Polvo. Una película coral que le abre la puerta a la dirección cinematográfica y además forma parte de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Motivado por la nostalgia de volver al pueblo donde nació su padre, en el estado de Baja California Sur, y entender de manera muy personal el sentido de pertenencia y el paso del tiempo, Polvo es el debut como director del mexicano José María Yazpik, que se estrena este mes en México.
Este proyecto nació por accidente, así lo cuenta el actor de Las oscuras primaveras y Narcos: México. “Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo y que él pudiera visitar a su familia y amigos, los que aún viven, y fue un shock muy fuerte, tanto para la gente de allá al ver a mi papá ya viejo, como al recordar lo que había sido de ese pueblo años atrás”, explica Yazpik en entrevista con Gatopardo. Además de protagonizar y dirigir, coescribió el guion y coproduce la cinta.
A esta historia se sumó una anécdota que, dice el actor, le contó un amigo colombiano sobre una avioneta que se estrelló en un pueblo de Sudamérica cargada de cocaína. “A partir de esa anécdota, escribimos Polvo. Nunca pensé en dirigirla, jamás dije ‘ésta va a ser mi ópera prima’, pero mientras trabajábamos en el guion, mi hermano y yo nos preguntábamos quién dirigiría esto. Pensé que cualquier director llegaría con su propia visión y sólo nosotros sabíamos el tono exacto que buscábamos, los personajes están basados en nuestra familia. Así fue cómo decidí dirigirla yo mismo. Fue por accidente”, comenta el actor.
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La cinta cuenta la historia de El chato, interpretado por Yazpik, un hombre que se va de su pueblo para perseguir el famoso sueño americano y convertirse en un actor de Hollywood; sin embargo, lo más que consigue es ser cadenero en un bar de mala muerte en Tijuana. Tras verse involucrado con unos narcotraficantes, para salvar su vida debe recuperar un cargamento de “polvo blanco” que fue lanzado a su pueblo natal, donde no ha vuelto en varios años, antes de estrellarse.
Para lograr su cometido, El Chato convence a los habitantes de San Ignacio de ayudarlo a recolectar esos paquetes, argumentando que se trata de una sustancia para medicamento; a cambio les dará 100 dólares por cada paquete devuelto. Este hecho cambia la vida de todos los habitantes.
"Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo".
Polvo es una historia de personajes, así fue concebida. “Todos los personajes, los nombres, todo estuvo ahí; hasta tuvimos una boda, el chofer de utilería se casó con una paramédico del pueblo, pasaron cosas muy bonitas, aunque fue muy complicado porque el pueblo queda a 11 horas de un aeropuerto, pero teníamos que vivir el lugar. Fue una experiencia de aislamiento muy gozoso”.
El tono es de una comedia de humor negro. Yazpik siempre ha tenido claro que la “comedia radica en que cada personaje esté muy bien delineado y que responda a su propia naturaleza para que salga bien; de repente uno puede crear una escena a partir de la anécdota, pero siempre a través de los personajes, y eso es lo que le da fondo”.
Yazpik buscó “cobijarse” con un casting que lo apoyara en su debut y por ello invitó a quienes, además de ser sus amigos, son viejos lobos de mar, entre ellos Joaquín Cosío, Jesús Ochoa y Mariana Treviño. “Aprendimos mucho viendo trabajar a Chema en sus distintas etapas, lo acompañamos en su proceso y fuimos testigos de cómo tenía que cambiar el papel de actor a director; era como ver una coreografía. Además había una gran generosidad de su parte y de todo el pueblo para que nos sintiéramos cómodos y así poder apropiarnos del lugar y de los personajes”, dice Mariana Treviño.
“Soy una persona que le gusta tener el control, y pocas veces lo puedes tener en su totalidad, sobre todo en cine, así que aprendí mucho en cada uno de los aspectos de una manera tan intensa y orgánica”, dice Yazpik.
Esta película coral podría cambiar su carrera abriéndole la puerta a la dirección cinematográfica. Polvo compite además dentro de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia, previo a su estreno este 25 de octubre.
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José María Yazpik debuta como director de cine con Polvo. Una película coral que le abre la puerta a la dirección cinematográfica y además forma parte de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Motivado por la nostalgia de volver al pueblo donde nació su padre, en el estado de Baja California Sur, y entender de manera muy personal el sentido de pertenencia y el paso del tiempo, Polvo es el debut como director del mexicano José María Yazpik, que se estrena este mes en México.
Este proyecto nació por accidente, así lo cuenta el actor de Las oscuras primaveras y Narcos: México. “Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo y que él pudiera visitar a su familia y amigos, los que aún viven, y fue un shock muy fuerte, tanto para la gente de allá al ver a mi papá ya viejo, como al recordar lo que había sido de ese pueblo años atrás”, explica Yazpik en entrevista con Gatopardo. Además de protagonizar y dirigir, coescribió el guion y coproduce la cinta.
A esta historia se sumó una anécdota que, dice el actor, le contó un amigo colombiano sobre una avioneta que se estrelló en un pueblo de Sudamérica cargada de cocaína. “A partir de esa anécdota, escribimos Polvo. Nunca pensé en dirigirla, jamás dije ‘ésta va a ser mi ópera prima’, pero mientras trabajábamos en el guion, mi hermano y yo nos preguntábamos quién dirigiría esto. Pensé que cualquier director llegaría con su propia visión y sólo nosotros sabíamos el tono exacto que buscábamos, los personajes están basados en nuestra familia. Así fue cómo decidí dirigirla yo mismo. Fue por accidente”, comenta el actor.
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La cinta cuenta la historia de El chato, interpretado por Yazpik, un hombre que se va de su pueblo para perseguir el famoso sueño americano y convertirse en un actor de Hollywood; sin embargo, lo más que consigue es ser cadenero en un bar de mala muerte en Tijuana. Tras verse involucrado con unos narcotraficantes, para salvar su vida debe recuperar un cargamento de “polvo blanco” que fue lanzado a su pueblo natal, donde no ha vuelto en varios años, antes de estrellarse.
Para lograr su cometido, El Chato convence a los habitantes de San Ignacio de ayudarlo a recolectar esos paquetes, argumentando que se trata de una sustancia para medicamento; a cambio les dará 100 dólares por cada paquete devuelto. Este hecho cambia la vida de todos los habitantes.
"Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo".
Polvo es una historia de personajes, así fue concebida. “Todos los personajes, los nombres, todo estuvo ahí; hasta tuvimos una boda, el chofer de utilería se casó con una paramédico del pueblo, pasaron cosas muy bonitas, aunque fue muy complicado porque el pueblo queda a 11 horas de un aeropuerto, pero teníamos que vivir el lugar. Fue una experiencia de aislamiento muy gozoso”.
El tono es de una comedia de humor negro. Yazpik siempre ha tenido claro que la “comedia radica en que cada personaje esté muy bien delineado y que responda a su propia naturaleza para que salga bien; de repente uno puede crear una escena a partir de la anécdota, pero siempre a través de los personajes, y eso es lo que le da fondo”.
Yazpik buscó “cobijarse” con un casting que lo apoyara en su debut y por ello invitó a quienes, además de ser sus amigos, son viejos lobos de mar, entre ellos Joaquín Cosío, Jesús Ochoa y Mariana Treviño. “Aprendimos mucho viendo trabajar a Chema en sus distintas etapas, lo acompañamos en su proceso y fuimos testigos de cómo tenía que cambiar el papel de actor a director; era como ver una coreografía. Además había una gran generosidad de su parte y de todo el pueblo para que nos sintiéramos cómodos y así poder apropiarnos del lugar y de los personajes”, dice Mariana Treviño.
“Soy una persona que le gusta tener el control, y pocas veces lo puedes tener en su totalidad, sobre todo en cine, así que aprendí mucho en cada uno de los aspectos de una manera tan intensa y orgánica”, dice Yazpik.
Esta película coral podría cambiar su carrera abriéndole la puerta a la dirección cinematográfica. Polvo compite además dentro de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia, previo a su estreno este 25 de octubre.
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José María Yazpik debuta como director de cine con Polvo. Una película coral que le abre la puerta a la dirección cinematográfica y además forma parte de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Motivado por la nostalgia de volver al pueblo donde nació su padre, en el estado de Baja California Sur, y entender de manera muy personal el sentido de pertenencia y el paso del tiempo, Polvo es el debut como director del mexicano José María Yazpik, que se estrena este mes en México.
Este proyecto nació por accidente, así lo cuenta el actor de Las oscuras primaveras y Narcos: México. “Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo y que él pudiera visitar a su familia y amigos, los que aún viven, y fue un shock muy fuerte, tanto para la gente de allá al ver a mi papá ya viejo, como al recordar lo que había sido de ese pueblo años atrás”, explica Yazpik en entrevista con Gatopardo. Además de protagonizar y dirigir, coescribió el guion y coproduce la cinta.
A esta historia se sumó una anécdota que, dice el actor, le contó un amigo colombiano sobre una avioneta que se estrelló en un pueblo de Sudamérica cargada de cocaína. “A partir de esa anécdota, escribimos Polvo. Nunca pensé en dirigirla, jamás dije ‘ésta va a ser mi ópera prima’, pero mientras trabajábamos en el guion, mi hermano y yo nos preguntábamos quién dirigiría esto. Pensé que cualquier director llegaría con su propia visión y sólo nosotros sabíamos el tono exacto que buscábamos, los personajes están basados en nuestra familia. Así fue cómo decidí dirigirla yo mismo. Fue por accidente”, comenta el actor.
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La cinta cuenta la historia de El chato, interpretado por Yazpik, un hombre que se va de su pueblo para perseguir el famoso sueño americano y convertirse en un actor de Hollywood; sin embargo, lo más que consigue es ser cadenero en un bar de mala muerte en Tijuana. Tras verse involucrado con unos narcotraficantes, para salvar su vida debe recuperar un cargamento de “polvo blanco” que fue lanzado a su pueblo natal, donde no ha vuelto en varios años, antes de estrellarse.
Para lograr su cometido, El Chato convence a los habitantes de San Ignacio de ayudarlo a recolectar esos paquetes, argumentando que se trata de una sustancia para medicamento; a cambio les dará 100 dólares por cada paquete devuelto. Este hecho cambia la vida de todos los habitantes.
"Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo".
Polvo es una historia de personajes, así fue concebida. “Todos los personajes, los nombres, todo estuvo ahí; hasta tuvimos una boda, el chofer de utilería se casó con una paramédico del pueblo, pasaron cosas muy bonitas, aunque fue muy complicado porque el pueblo queda a 11 horas de un aeropuerto, pero teníamos que vivir el lugar. Fue una experiencia de aislamiento muy gozoso”.
El tono es de una comedia de humor negro. Yazpik siempre ha tenido claro que la “comedia radica en que cada personaje esté muy bien delineado y que responda a su propia naturaleza para que salga bien; de repente uno puede crear una escena a partir de la anécdota, pero siempre a través de los personajes, y eso es lo que le da fondo”.
Yazpik buscó “cobijarse” con un casting que lo apoyara en su debut y por ello invitó a quienes, además de ser sus amigos, son viejos lobos de mar, entre ellos Joaquín Cosío, Jesús Ochoa y Mariana Treviño. “Aprendimos mucho viendo trabajar a Chema en sus distintas etapas, lo acompañamos en su proceso y fuimos testigos de cómo tenía que cambiar el papel de actor a director; era como ver una coreografía. Además había una gran generosidad de su parte y de todo el pueblo para que nos sintiéramos cómodos y así poder apropiarnos del lugar y de los personajes”, dice Mariana Treviño.
“Soy una persona que le gusta tener el control, y pocas veces lo puedes tener en su totalidad, sobre todo en cine, así que aprendí mucho en cada uno de los aspectos de una manera tan intensa y orgánica”, dice Yazpik.
Esta película coral podría cambiar su carrera abriéndole la puerta a la dirección cinematográfica. Polvo compite además dentro de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia, previo a su estreno este 25 de octubre.
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José María Yazpik debuta como director de cine con Polvo. Una película coral que le abre la puerta a la dirección cinematográfica y además forma parte de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Motivado por la nostalgia de volver al pueblo donde nació su padre, en el estado de Baja California Sur, y entender de manera muy personal el sentido de pertenencia y el paso del tiempo, Polvo es el debut como director del mexicano José María Yazpik, que se estrena este mes en México.
Este proyecto nació por accidente, así lo cuenta el actor de Las oscuras primaveras y Narcos: México. “Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo y que él pudiera visitar a su familia y amigos, los que aún viven, y fue un shock muy fuerte, tanto para la gente de allá al ver a mi papá ya viejo, como al recordar lo que había sido de ese pueblo años atrás”, explica Yazpik en entrevista con Gatopardo. Además de protagonizar y dirigir, coescribió el guion y coproduce la cinta.
A esta historia se sumó una anécdota que, dice el actor, le contó un amigo colombiano sobre una avioneta que se estrelló en un pueblo de Sudamérica cargada de cocaína. “A partir de esa anécdota, escribimos Polvo. Nunca pensé en dirigirla, jamás dije ‘ésta va a ser mi ópera prima’, pero mientras trabajábamos en el guion, mi hermano y yo nos preguntábamos quién dirigiría esto. Pensé que cualquier director llegaría con su propia visión y sólo nosotros sabíamos el tono exacto que buscábamos, los personajes están basados en nuestra familia. Así fue cómo decidí dirigirla yo mismo. Fue por accidente”, comenta el actor.
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La cinta cuenta la historia de El chato, interpretado por Yazpik, un hombre que se va de su pueblo para perseguir el famoso sueño americano y convertirse en un actor de Hollywood; sin embargo, lo más que consigue es ser cadenero en un bar de mala muerte en Tijuana. Tras verse involucrado con unos narcotraficantes, para salvar su vida debe recuperar un cargamento de “polvo blanco” que fue lanzado a su pueblo natal, donde no ha vuelto en varios años, antes de estrellarse.
Para lograr su cometido, El Chato convence a los habitantes de San Ignacio de ayudarlo a recolectar esos paquetes, argumentando que se trata de una sustancia para medicamento; a cambio les dará 100 dólares por cada paquete devuelto. Este hecho cambia la vida de todos los habitantes.
"Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo".
Polvo es una historia de personajes, así fue concebida. “Todos los personajes, los nombres, todo estuvo ahí; hasta tuvimos una boda, el chofer de utilería se casó con una paramédico del pueblo, pasaron cosas muy bonitas, aunque fue muy complicado porque el pueblo queda a 11 horas de un aeropuerto, pero teníamos que vivir el lugar. Fue una experiencia de aislamiento muy gozoso”.
El tono es de una comedia de humor negro. Yazpik siempre ha tenido claro que la “comedia radica en que cada personaje esté muy bien delineado y que responda a su propia naturaleza para que salga bien; de repente uno puede crear una escena a partir de la anécdota, pero siempre a través de los personajes, y eso es lo que le da fondo”.
Yazpik buscó “cobijarse” con un casting que lo apoyara en su debut y por ello invitó a quienes, además de ser sus amigos, son viejos lobos de mar, entre ellos Joaquín Cosío, Jesús Ochoa y Mariana Treviño. “Aprendimos mucho viendo trabajar a Chema en sus distintas etapas, lo acompañamos en su proceso y fuimos testigos de cómo tenía que cambiar el papel de actor a director; era como ver una coreografía. Además había una gran generosidad de su parte y de todo el pueblo para que nos sintiéramos cómodos y así poder apropiarnos del lugar y de los personajes”, dice Mariana Treviño.
“Soy una persona que le gusta tener el control, y pocas veces lo puedes tener en su totalidad, sobre todo en cine, así que aprendí mucho en cada uno de los aspectos de una manera tan intensa y orgánica”, dice Yazpik.
Esta película coral podría cambiar su carrera abriéndole la puerta a la dirección cinematográfica. Polvo compite además dentro de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia, previo a su estreno este 25 de octubre.
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Motivado por la nostalgia de volver al pueblo donde nació su padre, en el estado de Baja California Sur, y entender de manera muy personal el sentido de pertenencia y el paso del tiempo, Polvo es el debut como director del mexicano José María Yazpik, que se estrena este mes en México.
Este proyecto nació por accidente, así lo cuenta el actor de Las oscuras primaveras y Narcos: México. “Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo y que él pudiera visitar a su familia y amigos, los que aún viven, y fue un shock muy fuerte, tanto para la gente de allá al ver a mi papá ya viejo, como al recordar lo que había sido de ese pueblo años atrás”, explica Yazpik en entrevista con Gatopardo. Además de protagonizar y dirigir, coescribió el guion y coproduce la cinta.
A esta historia se sumó una anécdota que, dice el actor, le contó un amigo colombiano sobre una avioneta que se estrelló en un pueblo de Sudamérica cargada de cocaína. “A partir de esa anécdota, escribimos Polvo. Nunca pensé en dirigirla, jamás dije ‘ésta va a ser mi ópera prima’, pero mientras trabajábamos en el guion, mi hermano y yo nos preguntábamos quién dirigiría esto. Pensé que cualquier director llegaría con su propia visión y sólo nosotros sabíamos el tono exacto que buscábamos, los personajes están basados en nuestra familia. Así fue cómo decidí dirigirla yo mismo. Fue por accidente”, comenta el actor.
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La cinta cuenta la historia de El chato, interpretado por Yazpik, un hombre que se va de su pueblo para perseguir el famoso sueño americano y convertirse en un actor de Hollywood; sin embargo, lo más que consigue es ser cadenero en un bar de mala muerte en Tijuana. Tras verse involucrado con unos narcotraficantes, para salvar su vida debe recuperar un cargamento de “polvo blanco” que fue lanzado a su pueblo natal, donde no ha vuelto en varios años, antes de estrellarse.
Para lograr su cometido, El Chato convence a los habitantes de San Ignacio de ayudarlo a recolectar esos paquetes, argumentando que se trata de una sustancia para medicamento; a cambio les dará 100 dólares por cada paquete devuelto. Este hecho cambia la vida de todos los habitantes.
"Después de un tiempo de no ir a San Ignacio, mi hermano y yo decidimos llevar a mi papá para retomar la relación con el pueblo".
Polvo es una historia de personajes, así fue concebida. “Todos los personajes, los nombres, todo estuvo ahí; hasta tuvimos una boda, el chofer de utilería se casó con una paramédico del pueblo, pasaron cosas muy bonitas, aunque fue muy complicado porque el pueblo queda a 11 horas de un aeropuerto, pero teníamos que vivir el lugar. Fue una experiencia de aislamiento muy gozoso”.
El tono es de una comedia de humor negro. Yazpik siempre ha tenido claro que la “comedia radica en que cada personaje esté muy bien delineado y que responda a su propia naturaleza para que salga bien; de repente uno puede crear una escena a partir de la anécdota, pero siempre a través de los personajes, y eso es lo que le da fondo”.
Yazpik buscó “cobijarse” con un casting que lo apoyara en su debut y por ello invitó a quienes, además de ser sus amigos, son viejos lobos de mar, entre ellos Joaquín Cosío, Jesús Ochoa y Mariana Treviño. “Aprendimos mucho viendo trabajar a Chema en sus distintas etapas, lo acompañamos en su proceso y fuimos testigos de cómo tenía que cambiar el papel de actor a director; era como ver una coreografía. Además había una gran generosidad de su parte y de todo el pueblo para que nos sintiéramos cómodos y así poder apropiarnos del lugar y de los personajes”, dice Mariana Treviño.
“Soy una persona que le gusta tener el control, y pocas veces lo puedes tener en su totalidad, sobre todo en cine, así que aprendí mucho en cada uno de los aspectos de una manera tan intensa y orgánica”, dice Yazpik.
Esta película coral podría cambiar su carrera abriéndole la puerta a la dirección cinematográfica. Polvo compite además dentro de la selección oficial de largometrajes del Festival Internacional de Cine de Morelia, previo a su estreno este 25 de octubre.
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