Ella habla, se acerca cautelosamente a él, para luego alejarse de inmediato. Alza la voz, lo cuestiona frenéticamente, grita, le pide explicaciones, insiste. Cassandra Ciangherotti interpreta a Uma en Blackbird, la obra de teatro que se presenta en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico y que tiene un universo femenino poderoso. Tanto así que, como actriz, ha tenido que llegar a tales niveles emocionales para entender por qué ciertas cosas están mal respecto a los derechos de las mujeres. “Todas estamos diciendo ‘ojalá fuera más sencillo que les pudiéramos decir las cosas desde un principio’, y no tener que llegar a esos niveles para que entiendan lo que estamos diciendo”, dice vestida de negro luego de un ensayo, en entrevista con Gatopardo. “Es el poder del teatro. El otro día un compañero me dijo una frase que me pareció importante: ‘Será maldito el día en que no haya actores gritando lo que no sabemos decir’. Estamos ante una obra que te permite hablar”, asegura. Escrita por el escocés David Harrower, Blackbird se estrenó por primera vez en el Festival de Edimburgo en 2005, y se ha presentado con éxito en Londres, Broadway y España. Cuenta el difícil reencuentro entre Uma, una chica de 27 años, con Ray (Alejandro Calva), de 55, quienes se vuelven a ver después de que él abusara sexualmente de ella quince años atrás. Aunque Ray fue a prisión por violación, logró rehacer su vida en libertad. Ella entonces decide confrontarlo para poder dilucidar lo que ocurrió. El texto ahora llega a México bajo la dirección de Katina Medina Mora, quien dirigió los largometrajes LuTo (2013) y Sabrás qué hacer conmigo (2015). Tras años de hacer cine, Medina Mora regresa al teatro, donde ya ha tenido experiencia dirigiendo textos dramáticos como, por ejemplo, de Tennessee Williams. Ahora lo hace con un relato que esconde “una historia de amor que no tendría que haber ocurrido, y que está llena de matices”.
Blackbird llevaba años cocinándose, era una historia que el país necesitaba abordar. Entre los paradigmas que explora, están las maneras en que los hombres y las mujeres viven el abuso sexual, víctimas y victimarios. Financiar este proyecto fue épico por el tabú que encierra la trama. Ciangherotti, dos veces nominada al Ariel, está consciente de que esta obra se presenta en un contexto importante, luego del impacto que generó el movimiento #MeToo en el mundo. Aunque el texto habla del abuso sexual infantil, la obra construye un escenario que urge a todos. “Nada justifica los actos, pero sí los explica. Si tú lo explicas así, entenderás que la sociedad no está hecha para que las mujeres sean ganadoras ni para que los hombres no sean violadores”, dice Calva, quien confiesa que interpretar a Ray lo ha hecho recorrer un camino emocional exhaustivo. “El abuso pasa todo el tiempo a todas horas y, de alguna manera, todos hemos estado cerca de algo así. No hay que satanizarlo ni tenerle miedo. La única forma de transformarlo es con educación y diálogo”, añade.“El teatro es un privilegio y una responsabilidad para el elenco”, confiesa Ciangherotti sobre este velo que es el teatro y que nos protege a todos para hablar de lo que generalmente son tabúes. Malditos serán los tiempos en que no haya actores gritando lo que no podemos decir.BlackbirdForo La Gruta del Centro Cultural HelénicoHasta el 29 de septiembre
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Blackbird, una poderosa obra de teatro sobre abuso sexual
Ella habla, se acerca cautelosamente a él, para luego alejarse de inmediato. Alza la voz, lo cuestiona frenéticamente, grita, le pide explicaciones, insiste. Cassandra Ciangherotti interpreta a Uma en Blackbird, la obra de teatro que se presenta en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico y que tiene un universo femenino poderoso. Tanto así que, como actriz, ha tenido que llegar a tales niveles emocionales para entender por qué ciertas cosas están mal respecto a los derechos de las mujeres. “Todas estamos diciendo ‘ojalá fuera más sencillo que les pudiéramos decir las cosas desde un principio’, y no tener que llegar a esos niveles para que entiendan lo que estamos diciendo”, dice vestida de negro luego de un ensayo, en entrevista con Gatopardo. “Es el poder del teatro. El otro día un compañero me dijo una frase que me pareció importante: ‘Será maldito el día en que no haya actores gritando lo que no sabemos decir’. Estamos ante una obra que te permite hablar”, asegura. Escrita por el escocés David Harrower, Blackbird se estrenó por primera vez en el Festival de Edimburgo en 2005, y se ha presentado con éxito en Londres, Broadway y España. Cuenta el difícil reencuentro entre Uma, una chica de 27 años, con Ray (Alejandro Calva), de 55, quienes se vuelven a ver después de que él abusara sexualmente de ella quince años atrás. Aunque Ray fue a prisión por violación, logró rehacer su vida en libertad. Ella entonces decide confrontarlo para poder dilucidar lo que ocurrió. El texto ahora llega a México bajo la dirección de Katina Medina Mora, quien dirigió los largometrajes LuTo (2013) y Sabrás qué hacer conmigo (2015). Tras años de hacer cine, Medina Mora regresa al teatro, donde ya ha tenido experiencia dirigiendo textos dramáticos como, por ejemplo, de Tennessee Williams. Ahora lo hace con un relato que esconde “una historia de amor que no tendría que haber ocurrido, y que está llena de matices”.
Blackbird llevaba años cocinándose, era una historia que el país necesitaba abordar. Entre los paradigmas que explora, están las maneras en que los hombres y las mujeres viven el abuso sexual, víctimas y victimarios. Financiar este proyecto fue épico por el tabú que encierra la trama. Ciangherotti, dos veces nominada al Ariel, está consciente de que esta obra se presenta en un contexto importante, luego del impacto que generó el movimiento #MeToo en el mundo. Aunque el texto habla del abuso sexual infantil, la obra construye un escenario que urge a todos. “Nada justifica los actos, pero sí los explica. Si tú lo explicas así, entenderás que la sociedad no está hecha para que las mujeres sean ganadoras ni para que los hombres no sean violadores”, dice Calva, quien confiesa que interpretar a Ray lo ha hecho recorrer un camino emocional exhaustivo. “El abuso pasa todo el tiempo a todas horas y, de alguna manera, todos hemos estado cerca de algo así. No hay que satanizarlo ni tenerle miedo. La única forma de transformarlo es con educación y diálogo”, añade.“El teatro es un privilegio y una responsabilidad para el elenco”, confiesa Ciangherotti sobre este velo que es el teatro y que nos protege a todos para hablar de lo que generalmente son tabúes. Malditos serán los tiempos en que no haya actores gritando lo que no podemos decir.BlackbirdForo La Gruta del Centro Cultural HelénicoHasta el 29 de septiembre
Blackbird, una poderosa obra de teatro sobre abuso sexual
Ella habla, se acerca cautelosamente a él, para luego alejarse de inmediato. Alza la voz, lo cuestiona frenéticamente, grita, le pide explicaciones, insiste. Cassandra Ciangherotti interpreta a Uma en Blackbird, la obra de teatro que se presenta en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico y que tiene un universo femenino poderoso. Tanto así que, como actriz, ha tenido que llegar a tales niveles emocionales para entender por qué ciertas cosas están mal respecto a los derechos de las mujeres. “Todas estamos diciendo ‘ojalá fuera más sencillo que les pudiéramos decir las cosas desde un principio’, y no tener que llegar a esos niveles para que entiendan lo que estamos diciendo”, dice vestida de negro luego de un ensayo, en entrevista con Gatopardo. “Es el poder del teatro. El otro día un compañero me dijo una frase que me pareció importante: ‘Será maldito el día en que no haya actores gritando lo que no sabemos decir’. Estamos ante una obra que te permite hablar”, asegura. Escrita por el escocés David Harrower, Blackbird se estrenó por primera vez en el Festival de Edimburgo en 2005, y se ha presentado con éxito en Londres, Broadway y España. Cuenta el difícil reencuentro entre Uma, una chica de 27 años, con Ray (Alejandro Calva), de 55, quienes se vuelven a ver después de que él abusara sexualmente de ella quince años atrás. Aunque Ray fue a prisión por violación, logró rehacer su vida en libertad. Ella entonces decide confrontarlo para poder dilucidar lo que ocurrió. El texto ahora llega a México bajo la dirección de Katina Medina Mora, quien dirigió los largometrajes LuTo (2013) y Sabrás qué hacer conmigo (2015). Tras años de hacer cine, Medina Mora regresa al teatro, donde ya ha tenido experiencia dirigiendo textos dramáticos como, por ejemplo, de Tennessee Williams. Ahora lo hace con un relato que esconde “una historia de amor que no tendría que haber ocurrido, y que está llena de matices”.
Blackbird llevaba años cocinándose, era una historia que el país necesitaba abordar. Entre los paradigmas que explora, están las maneras en que los hombres y las mujeres viven el abuso sexual, víctimas y victimarios. Financiar este proyecto fue épico por el tabú que encierra la trama. Ciangherotti, dos veces nominada al Ariel, está consciente de que esta obra se presenta en un contexto importante, luego del impacto que generó el movimiento #MeToo en el mundo. Aunque el texto habla del abuso sexual infantil, la obra construye un escenario que urge a todos. “Nada justifica los actos, pero sí los explica. Si tú lo explicas así, entenderás que la sociedad no está hecha para que las mujeres sean ganadoras ni para que los hombres no sean violadores”, dice Calva, quien confiesa que interpretar a Ray lo ha hecho recorrer un camino emocional exhaustivo. “El abuso pasa todo el tiempo a todas horas y, de alguna manera, todos hemos estado cerca de algo así. No hay que satanizarlo ni tenerle miedo. La única forma de transformarlo es con educación y diálogo”, añade.“El teatro es un privilegio y una responsabilidad para el elenco”, confiesa Ciangherotti sobre este velo que es el teatro y que nos protege a todos para hablar de lo que generalmente son tabúes. Malditos serán los tiempos en que no haya actores gritando lo que no podemos decir.BlackbirdForo La Gruta del Centro Cultural HelénicoHasta el 29 de septiembre
Blackbird, una poderosa obra de teatro sobre abuso sexual
Ella habla, se acerca cautelosamente a él, para luego alejarse de inmediato. Alza la voz, lo cuestiona frenéticamente, grita, le pide explicaciones, insiste. Cassandra Ciangherotti interpreta a Uma en Blackbird, la obra de teatro que se presenta en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico y que tiene un universo femenino poderoso. Tanto así que, como actriz, ha tenido que llegar a tales niveles emocionales para entender por qué ciertas cosas están mal respecto a los derechos de las mujeres. “Todas estamos diciendo ‘ojalá fuera más sencillo que les pudiéramos decir las cosas desde un principio’, y no tener que llegar a esos niveles para que entiendan lo que estamos diciendo”, dice vestida de negro luego de un ensayo, en entrevista con Gatopardo. “Es el poder del teatro. El otro día un compañero me dijo una frase que me pareció importante: ‘Será maldito el día en que no haya actores gritando lo que no sabemos decir’. Estamos ante una obra que te permite hablar”, asegura. Escrita por el escocés David Harrower, Blackbird se estrenó por primera vez en el Festival de Edimburgo en 2005, y se ha presentado con éxito en Londres, Broadway y España. Cuenta el difícil reencuentro entre Uma, una chica de 27 años, con Ray (Alejandro Calva), de 55, quienes se vuelven a ver después de que él abusara sexualmente de ella quince años atrás. Aunque Ray fue a prisión por violación, logró rehacer su vida en libertad. Ella entonces decide confrontarlo para poder dilucidar lo que ocurrió. El texto ahora llega a México bajo la dirección de Katina Medina Mora, quien dirigió los largometrajes LuTo (2013) y Sabrás qué hacer conmigo (2015). Tras años de hacer cine, Medina Mora regresa al teatro, donde ya ha tenido experiencia dirigiendo textos dramáticos como, por ejemplo, de Tennessee Williams. Ahora lo hace con un relato que esconde “una historia de amor que no tendría que haber ocurrido, y que está llena de matices”.
Blackbird llevaba años cocinándose, era una historia que el país necesitaba abordar. Entre los paradigmas que explora, están las maneras en que los hombres y las mujeres viven el abuso sexual, víctimas y victimarios. Financiar este proyecto fue épico por el tabú que encierra la trama. Ciangherotti, dos veces nominada al Ariel, está consciente de que esta obra se presenta en un contexto importante, luego del impacto que generó el movimiento #MeToo en el mundo. Aunque el texto habla del abuso sexual infantil, la obra construye un escenario que urge a todos. “Nada justifica los actos, pero sí los explica. Si tú lo explicas así, entenderás que la sociedad no está hecha para que las mujeres sean ganadoras ni para que los hombres no sean violadores”, dice Calva, quien confiesa que interpretar a Ray lo ha hecho recorrer un camino emocional exhaustivo. “El abuso pasa todo el tiempo a todas horas y, de alguna manera, todos hemos estado cerca de algo así. No hay que satanizarlo ni tenerle miedo. La única forma de transformarlo es con educación y diálogo”, añade.“El teatro es un privilegio y una responsabilidad para el elenco”, confiesa Ciangherotti sobre este velo que es el teatro y que nos protege a todos para hablar de lo que generalmente son tabúes. Malditos serán los tiempos en que no haya actores gritando lo que no podemos decir.BlackbirdForo La Gruta del Centro Cultural HelénicoHasta el 29 de septiembre
Blackbird, una poderosa obra de teatro sobre abuso sexual
Ella habla, se acerca cautelosamente a él, para luego alejarse de inmediato. Alza la voz, lo cuestiona frenéticamente, grita, le pide explicaciones, insiste. Cassandra Ciangherotti interpreta a Uma en Blackbird, la obra de teatro que se presenta en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico y que tiene un universo femenino poderoso. Tanto así que, como actriz, ha tenido que llegar a tales niveles emocionales para entender por qué ciertas cosas están mal respecto a los derechos de las mujeres. “Todas estamos diciendo ‘ojalá fuera más sencillo que les pudiéramos decir las cosas desde un principio’, y no tener que llegar a esos niveles para que entiendan lo que estamos diciendo”, dice vestida de negro luego de un ensayo, en entrevista con Gatopardo. “Es el poder del teatro. El otro día un compañero me dijo una frase que me pareció importante: ‘Será maldito el día en que no haya actores gritando lo que no sabemos decir’. Estamos ante una obra que te permite hablar”, asegura. Escrita por el escocés David Harrower, Blackbird se estrenó por primera vez en el Festival de Edimburgo en 2005, y se ha presentado con éxito en Londres, Broadway y España. Cuenta el difícil reencuentro entre Uma, una chica de 27 años, con Ray (Alejandro Calva), de 55, quienes se vuelven a ver después de que él abusara sexualmente de ella quince años atrás. Aunque Ray fue a prisión por violación, logró rehacer su vida en libertad. Ella entonces decide confrontarlo para poder dilucidar lo que ocurrió. El texto ahora llega a México bajo la dirección de Katina Medina Mora, quien dirigió los largometrajes LuTo (2013) y Sabrás qué hacer conmigo (2015). Tras años de hacer cine, Medina Mora regresa al teatro, donde ya ha tenido experiencia dirigiendo textos dramáticos como, por ejemplo, de Tennessee Williams. Ahora lo hace con un relato que esconde “una historia de amor que no tendría que haber ocurrido, y que está llena de matices”.
Blackbird llevaba años cocinándose, era una historia que el país necesitaba abordar. Entre los paradigmas que explora, están las maneras en que los hombres y las mujeres viven el abuso sexual, víctimas y victimarios. Financiar este proyecto fue épico por el tabú que encierra la trama. Ciangherotti, dos veces nominada al Ariel, está consciente de que esta obra se presenta en un contexto importante, luego del impacto que generó el movimiento #MeToo en el mundo. Aunque el texto habla del abuso sexual infantil, la obra construye un escenario que urge a todos. “Nada justifica los actos, pero sí los explica. Si tú lo explicas así, entenderás que la sociedad no está hecha para que las mujeres sean ganadoras ni para que los hombres no sean violadores”, dice Calva, quien confiesa que interpretar a Ray lo ha hecho recorrer un camino emocional exhaustivo. “El abuso pasa todo el tiempo a todas horas y, de alguna manera, todos hemos estado cerca de algo así. No hay que satanizarlo ni tenerle miedo. La única forma de transformarlo es con educación y diálogo”, añade.“El teatro es un privilegio y una responsabilidad para el elenco”, confiesa Ciangherotti sobre este velo que es el teatro y que nos protege a todos para hablar de lo que generalmente son tabúes. Malditos serán los tiempos en que no haya actores gritando lo que no podemos decir.BlackbirdForo La Gruta del Centro Cultural HelénicoHasta el 29 de septiembre
Ella habla, se acerca cautelosamente a él, para luego alejarse de inmediato. Alza la voz, lo cuestiona frenéticamente, grita, le pide explicaciones, insiste. Cassandra Ciangherotti interpreta a Uma en Blackbird, la obra de teatro que se presenta en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico y que tiene un universo femenino poderoso. Tanto así que, como actriz, ha tenido que llegar a tales niveles emocionales para entender por qué ciertas cosas están mal respecto a los derechos de las mujeres. “Todas estamos diciendo ‘ojalá fuera más sencillo que les pudiéramos decir las cosas desde un principio’, y no tener que llegar a esos niveles para que entiendan lo que estamos diciendo”, dice vestida de negro luego de un ensayo, en entrevista con Gatopardo. “Es el poder del teatro. El otro día un compañero me dijo una frase que me pareció importante: ‘Será maldito el día en que no haya actores gritando lo que no sabemos decir’. Estamos ante una obra que te permite hablar”, asegura. Escrita por el escocés David Harrower, Blackbird se estrenó por primera vez en el Festival de Edimburgo en 2005, y se ha presentado con éxito en Londres, Broadway y España. Cuenta el difícil reencuentro entre Uma, una chica de 27 años, con Ray (Alejandro Calva), de 55, quienes se vuelven a ver después de que él abusara sexualmente de ella quince años atrás. Aunque Ray fue a prisión por violación, logró rehacer su vida en libertad. Ella entonces decide confrontarlo para poder dilucidar lo que ocurrió. El texto ahora llega a México bajo la dirección de Katina Medina Mora, quien dirigió los largometrajes LuTo (2013) y Sabrás qué hacer conmigo (2015). Tras años de hacer cine, Medina Mora regresa al teatro, donde ya ha tenido experiencia dirigiendo textos dramáticos como, por ejemplo, de Tennessee Williams. Ahora lo hace con un relato que esconde “una historia de amor que no tendría que haber ocurrido, y que está llena de matices”.
Blackbird llevaba años cocinándose, era una historia que el país necesitaba abordar. Entre los paradigmas que explora, están las maneras en que los hombres y las mujeres viven el abuso sexual, víctimas y victimarios. Financiar este proyecto fue épico por el tabú que encierra la trama. Ciangherotti, dos veces nominada al Ariel, está consciente de que esta obra se presenta en un contexto importante, luego del impacto que generó el movimiento #MeToo en el mundo. Aunque el texto habla del abuso sexual infantil, la obra construye un escenario que urge a todos. “Nada justifica los actos, pero sí los explica. Si tú lo explicas así, entenderás que la sociedad no está hecha para que las mujeres sean ganadoras ni para que los hombres no sean violadores”, dice Calva, quien confiesa que interpretar a Ray lo ha hecho recorrer un camino emocional exhaustivo. “El abuso pasa todo el tiempo a todas horas y, de alguna manera, todos hemos estado cerca de algo así. No hay que satanizarlo ni tenerle miedo. La única forma de transformarlo es con educación y diálogo”, añade.“El teatro es un privilegio y una responsabilidad para el elenco”, confiesa Ciangherotti sobre este velo que es el teatro y que nos protege a todos para hablar de lo que generalmente son tabúes. Malditos serán los tiempos en que no haya actores gritando lo que no podemos decir.BlackbirdForo La Gruta del Centro Cultural HelénicoHasta el 29 de septiembre
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