No items found.
No items found.
No items found.
No items found.
¿Se están tomando medidas para preservar los sitios que los wayuu consideran sagrados? ¿Dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano decidió levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Muchas comunidades wayuu han expresado su inconformidad porque no los incluyeron en las consultas previas ni les dieron información suficiente acerca de los proyectos que se levantarán en sus territorios y que incidirán en la calidad de sus vidas y en su bienestar. Adoptar fuentes de energía limpia no implica que este tipo de infraestructuras no vaya a tener impactos ambientales o sociales significativos en las zonas donde serán emplazadas. Y esta preocupación se manifiesta en interrogantes que resuenan entre sus habitantes: ¿Se están tomando medidas para preservar los sitios de importancia mitológica, que ellos consideran sagrados? ¿En dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿Cuáles son los componentes sociales de estos estudios? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes de enunciarse, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria. Ellas también concurren esta mañana en que los asistentes se preguntan por el rumbo incierto que estos parques eólicos traerán para el territorio y quienes lo habitan.
¿Se están tomando medidas para preservar los sitios que los wayuu consideran sagrados? ¿Dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano decidió levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Muchas comunidades wayuu han expresado su inconformidad porque no los incluyeron en las consultas previas ni les dieron información suficiente acerca de los proyectos que se levantarán en sus territorios y que incidirán en la calidad de sus vidas y en su bienestar. Adoptar fuentes de energía limpia no implica que este tipo de infraestructuras no vaya a tener impactos ambientales o sociales significativos en las zonas donde serán emplazadas. Y esta preocupación se manifiesta en interrogantes que resuenan entre sus habitantes: ¿Se están tomando medidas para preservar los sitios de importancia mitológica, que ellos consideran sagrados? ¿En dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿Cuáles son los componentes sociales de estos estudios? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes de enunciarse, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria. Ellas también concurren esta mañana en que los asistentes se preguntan por el rumbo incierto que estos parques eólicos traerán para el territorio y quienes lo habitan.
¿Se están tomando medidas para preservar los sitios que los wayuu consideran sagrados? ¿Dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano decidió levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Muchas comunidades wayuu han expresado su inconformidad porque no los incluyeron en las consultas previas ni les dieron información suficiente acerca de los proyectos que se levantarán en sus territorios y que incidirán en la calidad de sus vidas y en su bienestar. Adoptar fuentes de energía limpia no implica que este tipo de infraestructuras no vaya a tener impactos ambientales o sociales significativos en las zonas donde serán emplazadas. Y esta preocupación se manifiesta en interrogantes que resuenan entre sus habitantes: ¿Se están tomando medidas para preservar los sitios de importancia mitológica, que ellos consideran sagrados? ¿En dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿Cuáles son los componentes sociales de estos estudios? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes de enunciarse, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria. Ellas también concurren esta mañana en que los asistentes se preguntan por el rumbo incierto que estos parques eólicos traerán para el territorio y quienes lo habitan.
¿Se están tomando medidas para preservar los sitios que los wayuu consideran sagrados? ¿Dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano decidió levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Muchas comunidades wayuu han expresado su inconformidad porque no los incluyeron en las consultas previas ni les dieron información suficiente acerca de los proyectos que se levantarán en sus territorios y que incidirán en la calidad de sus vidas y en su bienestar. Adoptar fuentes de energía limpia no implica que este tipo de infraestructuras no vaya a tener impactos ambientales o sociales significativos en las zonas donde serán emplazadas. Y esta preocupación se manifiesta en interrogantes que resuenan entre sus habitantes: ¿Se están tomando medidas para preservar los sitios de importancia mitológica, que ellos consideran sagrados? ¿En dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿Cuáles son los componentes sociales de estos estudios? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes de enunciarse, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria. Ellas también concurren esta mañana en que los asistentes se preguntan por el rumbo incierto que estos parques eólicos traerán para el territorio y quienes lo habitan.
¿Se están tomando medidas para preservar los sitios que los wayuu consideran sagrados? ¿Dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano decidió levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Muchas comunidades wayuu han expresado su inconformidad porque no los incluyeron en las consultas previas ni les dieron información suficiente acerca de los proyectos que se levantarán en sus territorios y que incidirán en la calidad de sus vidas y en su bienestar. Adoptar fuentes de energía limpia no implica que este tipo de infraestructuras no vaya a tener impactos ambientales o sociales significativos en las zonas donde serán emplazadas. Y esta preocupación se manifiesta en interrogantes que resuenan entre sus habitantes: ¿Se están tomando medidas para preservar los sitios de importancia mitológica, que ellos consideran sagrados? ¿En dónde están los estudios sobre su impacto ambiental? ¿Cuáles son los componentes sociales de estos estudios? ¿En qué los benefician esos proyectos? Preguntas importantes de enunciarse, tratándose de pueblos indígenas con experiencias dolorosas en materia de proyectos de desarrollo; experiencias del pasado que muchos tienen presentes como cicatrices en el cuerpo y la memoria. Ellas también concurren esta mañana en que los asistentes se preguntan por el rumbo incierto que estos parques eólicos traerán para el territorio y quienes lo habitan.
No items found.