Los homenajes de Jorge Drexler
El nuevo álbum de Jorge Drexler, «Salvavidas de hielo», es resultado de una búsqueda por reinventar su música, la trova.
A sus 53 años, Jorge Drexler presenta su álbum número 15. Se trata de un trabajo donde revela esa maestría que tiene para combinar cuerdas, palmas y voces con sus enamoramientos, mandatos y deseos. Es un “homenaje a las herramientas básicas del arte trovadoresco, que son la guitarra y la voz”, cuenta el uruguayo en entrevista. Porque son justo las guitarras sobre otras guitarras, a veces alteradas electrónicamente, los únicos sonidos que componen Salvavidas de hielo, que grabó entre la Ciudad de México y Madrid.
La historia de la trova se remonta al siglo XII, cuando los nobles componían canciones sobre amor, política y cultura. Eran poetas líricos, y este arte ha llegado evolucionado hasta el XXI, con gente como Joaquín Sabina, quien resulta ser quien impulsó a Drexler a explotar su talento. Así lo canta en “Pongamos que hablo de Martínez”, sobre su historia, “hace 22 diciembres, en aquella noche en que selló su suerte”, reza la canción.
“Trabajar en canciones siempre es trabajar en lo imperfecto; la canción es un género maravilloso de imperfección, no es ni exactamente poesía ni exactamente música”, dice Drexler, sobre este proyecto que sale luego de tres años de Bailar en la cueva, con el que ganó dos Grammy Latinos. Para cantar los poemas de este álbum, lo acompañaron músicos como Natalia Lafourcade, Mon Laferte, Julieta Venegas y David Aguilar. También participó Pico, un canario cantor que se encontraba en el estudio mientras grababan “Silencio” y que resulta ser el único sonido que no proviene de una guitarra o voz humana.
Completar las once piezas de este proyecto le tomó un año entero. Todos los días se levantaba, llevaba a sus hijos a la escuela y en ese momento empezaba el proceso de creación. Después de dejarlos, entraba en un modo que él llama “hiperapertura y permeabilidad”: escuchaba las conversaciones en la calle, alguna frase que hiciera eco o quizá alguna canción en el radio. Todo era material para llegar, sentarse y plasmar en papel las palabras adecuadas.
Fue un proceso de trabajo diferente. Además, es la primera vez que todas sus canciones son creadas especialmente para este álbum. “En los anteriores, había canciones que no había podido resolver o que decidía retomar. En cambio, para éste todas son nuevas y creo que es el disco para el que he escrito más en toda mi carrera.”
“Las cosas no las escribes sobre lo que quieres, sino sobre lo que puedes y sobre lo que se te aparece”, dice. Y algo que se le apareció fue lo efímero. Tuvo tal sensación para la canción que le da nombre a este disco. “Me gustaba la sensación de aceptar lo efímero de las cosas, lo efímero de la vida. Lo efímero de los salvavidas.” Así, estas canciones imperfectas terminaron dando forma a su nuevo disco, sus propios salvavidas “de hielo” que lo “mantienen a flote durante tiempo infinito”.
El 22 de septiembre sale este homenaje del músico a la vida y a su historia. Y como todo homenaje, trae de vuelta algo del pasado, tal vez lo mejor de la naturaleza humana, la música, la trova.
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