La carrera por alcanzar el punto más alto del planeta fue tan peleada como la llegada del primer hombre a la Luna. Todo indicaba que los suizos serían los primeros en alcanzar la cima del monte Everest, a pesar de que habían sido los británicos los primeros en intentarlo. La mejor ruta para conseguir concretar la hazaña era aproximarse a la montaña desde el lado que colinda con Nepal. Los alpinistas suizos lo intentaron en 1952, sin embargo su esfuerzo no fue suficiente. La montaña los rechazó a pocos metros de alcanzar su objetivo, a 8 598 metros sobre el nivel del mar, 250 metros menos que su altura total.
Fue hasta un año después, durante la primavera de 1953, que la tenacidad de los ingleses se vió recompensada. A inicios de ese año un par de integrantes de la expedición británica liderada por John Hunt, alcanzó, por fin, el punto más alto de la tierra. Durante 15 minutos, Edmund Hillary, un apicultor de 33 años oriundo de Auckland, Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa (pobladores de las regiones montañosas de Nepal) de 38 años, dejaron de sentir el frío gélido que calaba cada una de sus prendas y se dejaron maravillar por ese escenario hasta entonces desconocido. Las fotografías no se hicieron esperar.
Tanto Hillary como Norgay no eran ningunos novatos, cada uno contaba con un amplio historial de intentos por ascender al pico más alto de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, fue hasta que la experiencia de uno y la tenacidad del otro se conjugaron que aquella espectacular hazaña se logró consolidar.
Hunt, determinado por llevar a su expedición hasta el punto más alto, tuvo que cargar con toneladas de suministros para mantener seguros a los trece alpinistas y veinte shepas que conformaban su expedición. Como líder, se aseguró en convocar solo a los mejores y más capaces. Una vez que empezaron el ascenso, estudió las habilidades de cada uno y formó parejas. Un alpinista siempre debía ir acompañado por un shepa. Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron la excepción, el primero formado por las montañas y glaciares de Nueva Zelanda y el segundo, en ese entonces con 18 años de experiencia, conocía, más que nadie, el Everest y su topografía.
El camino de la expedición británica siguió su rumbo durante 12 días. No todo fue tan perfecto como lo imaginaron, se presentaron fallos logísticos y el clima extremo representó un reto sustancial para los equipos de oxígeno, todavía en fase de prueba. No obstante, el equipo persevero en la travesía y pese a todo pronóstico, el 21 de mayo de 1953, la expedición de Hunt rompió el record establecido por los suizos un año antes. Había llegado la parte decisiva.
El capitán Hunt reunió a sus hombres y les comunicó el orden en el que las parejas intentarían realizar la última parte del ascenso, "el trecho desconocido".
A pesar de haber demostrado las mejores aptitudes, Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron los primeros en ser elegidos, su turno llegó hasta que la primera pareja tuvo que descender cuando su equipo de oxígeno comenzó dar de sí.
Hillary y Tenzing partieron hacia la cima del Everest con apoyo de Ang Nyima, Alfred Gregory y George Lowe. El clima, cada vez más extremo, intentó frenarlos en repetidas ocasiones, pero para ese punto la determinación de ambos era suficiente para mantenerlos en pie. El amorfo e inhospito territorio complicó el ascenso y ambos quedaron bloqueados en el Collado Sur durante dos largos días y noches. Para el 28 de mayo, sus acompañantes comenzaron a descender hasta donde se encontraba el resto del grupo pero aquel dúo no dio marcha atrás y para las 11:30 am del 29 de mayo, ante todo pronóstico, se encontraban en el punto más alto sobre la Tierra.
La noticia no tardó en difundirse, la expedición de John Hunt aún se encontraba en el proceso de descenso cuando la buena nueva ya estaba en rumbo a Londres. Llegó allá justo para la coronación de Isabel II del Reino Unido, por lo que la prensa inglesa consideró la hazaña como un regalo a su soberana. Sin embargo, a pesar de que la expedición inglesa había logrado la hazaña, los cuestionamientos y las conjeturas comenzaron a surgir entre la gente.
Todos querían saber quién había puesto el primer pie sobre la cima. “Cuando nos acercábamos a Katmandú, había una atmósfera política muy fuerte, particularmente entre la prensa india y nepalí, que quería asegurarse de que Tenzing había sido el primero”, dijo en alguna ocasión Hunt.
El líder de la expedición, quien poco después sería nombrado caballero por la reina Isabel II junto a Hillary, se aseguró de dejar claro que ambos habían llegado al mismo tiempo, juntos, como equipo. Tenzing, al ser extranjero en tierras inglesas, fue condecorado con la Medalla de Jorge, mientras que el rey de Nepal le otorgó el nombramiento de la Orden de la Estrella de Nepal, por último, la India lo nombró Padma Bhushan,el tercer premio civil más alto en la República de la India. Tiempo después, al escribir su autobiografía, el sherpa dio a conocer que fue Hillary quien dio el primer paso, no obstante el crédito lo siguen compartiendo hasta ahora.
***
La hazaña fue única, un par de hombres lograron desafiar las condiciones de la naturaleza y alcanzaron el punto más alto de la Tierra.
Años después, en alguna entrevista, Sir Edmund contó que tanto él como su amigo, Tenzing, habían considerado que una vez que la humanidad diera por hecho que la montaña ya había sido escalada, “probablemente nadie querría intentarlo de nuevo. Sin embargo, no pudimos estar más equivocados”. El ascenso al monte Everest se convirtió en la travesía soñada de alpinistas alrededor del mundo.
A pesar de que en un inicio la aventura estaba a disposición de unos cuantos, solo aquellos con experiencia en alpinismo podían subir, siempre en compañía de un sherpa. Incluso, el gobierno nepalí limitaba los permisos anuales. Sin embargo, hoy en día, a poco más de seis décadas de la hazaña de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, la montaña más alta del planeta sufre de sobrepoblación. La aventura se ha convertido en un destino turístico cada vez más accesible. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos a un precio de 11 000 dólares cada uno.
El ascenso, bañado en un aura de ligereza, se ha convertido en una experiencia que ha dejado decenas de muertes. En lo que va del 2019, 11 personas han perdido la vida. Expertos aseguran que se debe a la falta de preparación de los visitantes y de las ahora largas filas que se conglomeran en la cima durante la temporada de ascenso.
*Fotografía de portada: Edmund Hillary y Tenzing Norgay en el monte Everest, Nepal
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El 29 de mayo de 1953, Edmund Hillary y Tenzing Norgay consiguieron llegar a la cima del Everest.
La carrera por alcanzar el punto más alto del planeta fue tan peleada como la llegada del primer hombre a la Luna. Todo indicaba que los suizos serían los primeros en alcanzar la cima del monte Everest, a pesar de que habían sido los británicos los primeros en intentarlo. La mejor ruta para conseguir concretar la hazaña era aproximarse a la montaña desde el lado que colinda con Nepal. Los alpinistas suizos lo intentaron en 1952, sin embargo su esfuerzo no fue suficiente. La montaña los rechazó a pocos metros de alcanzar su objetivo, a 8 598 metros sobre el nivel del mar, 250 metros menos que su altura total.
Fue hasta un año después, durante la primavera de 1953, que la tenacidad de los ingleses se vió recompensada. A inicios de ese año un par de integrantes de la expedición británica liderada por John Hunt, alcanzó, por fin, el punto más alto de la tierra. Durante 15 minutos, Edmund Hillary, un apicultor de 33 años oriundo de Auckland, Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa (pobladores de las regiones montañosas de Nepal) de 38 años, dejaron de sentir el frío gélido que calaba cada una de sus prendas y se dejaron maravillar por ese escenario hasta entonces desconocido. Las fotografías no se hicieron esperar.
Tanto Hillary como Norgay no eran ningunos novatos, cada uno contaba con un amplio historial de intentos por ascender al pico más alto de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, fue hasta que la experiencia de uno y la tenacidad del otro se conjugaron que aquella espectacular hazaña se logró consolidar.
Hunt, determinado por llevar a su expedición hasta el punto más alto, tuvo que cargar con toneladas de suministros para mantener seguros a los trece alpinistas y veinte shepas que conformaban su expedición. Como líder, se aseguró en convocar solo a los mejores y más capaces. Una vez que empezaron el ascenso, estudió las habilidades de cada uno y formó parejas. Un alpinista siempre debía ir acompañado por un shepa. Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron la excepción, el primero formado por las montañas y glaciares de Nueva Zelanda y el segundo, en ese entonces con 18 años de experiencia, conocía, más que nadie, el Everest y su topografía.
El camino de la expedición británica siguió su rumbo durante 12 días. No todo fue tan perfecto como lo imaginaron, se presentaron fallos logísticos y el clima extremo representó un reto sustancial para los equipos de oxígeno, todavía en fase de prueba. No obstante, el equipo persevero en la travesía y pese a todo pronóstico, el 21 de mayo de 1953, la expedición de Hunt rompió el record establecido por los suizos un año antes. Había llegado la parte decisiva.
El capitán Hunt reunió a sus hombres y les comunicó el orden en el que las parejas intentarían realizar la última parte del ascenso, "el trecho desconocido".
A pesar de haber demostrado las mejores aptitudes, Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron los primeros en ser elegidos, su turno llegó hasta que la primera pareja tuvo que descender cuando su equipo de oxígeno comenzó dar de sí.
Hillary y Tenzing partieron hacia la cima del Everest con apoyo de Ang Nyima, Alfred Gregory y George Lowe. El clima, cada vez más extremo, intentó frenarlos en repetidas ocasiones, pero para ese punto la determinación de ambos era suficiente para mantenerlos en pie. El amorfo e inhospito territorio complicó el ascenso y ambos quedaron bloqueados en el Collado Sur durante dos largos días y noches. Para el 28 de mayo, sus acompañantes comenzaron a descender hasta donde se encontraba el resto del grupo pero aquel dúo no dio marcha atrás y para las 11:30 am del 29 de mayo, ante todo pronóstico, se encontraban en el punto más alto sobre la Tierra.
La noticia no tardó en difundirse, la expedición de John Hunt aún se encontraba en el proceso de descenso cuando la buena nueva ya estaba en rumbo a Londres. Llegó allá justo para la coronación de Isabel II del Reino Unido, por lo que la prensa inglesa consideró la hazaña como un regalo a su soberana. Sin embargo, a pesar de que la expedición inglesa había logrado la hazaña, los cuestionamientos y las conjeturas comenzaron a surgir entre la gente.
Todos querían saber quién había puesto el primer pie sobre la cima. “Cuando nos acercábamos a Katmandú, había una atmósfera política muy fuerte, particularmente entre la prensa india y nepalí, que quería asegurarse de que Tenzing había sido el primero”, dijo en alguna ocasión Hunt.
El líder de la expedición, quien poco después sería nombrado caballero por la reina Isabel II junto a Hillary, se aseguró de dejar claro que ambos habían llegado al mismo tiempo, juntos, como equipo. Tenzing, al ser extranjero en tierras inglesas, fue condecorado con la Medalla de Jorge, mientras que el rey de Nepal le otorgó el nombramiento de la Orden de la Estrella de Nepal, por último, la India lo nombró Padma Bhushan,el tercer premio civil más alto en la República de la India. Tiempo después, al escribir su autobiografía, el sherpa dio a conocer que fue Hillary quien dio el primer paso, no obstante el crédito lo siguen compartiendo hasta ahora.
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La hazaña fue única, un par de hombres lograron desafiar las condiciones de la naturaleza y alcanzaron el punto más alto de la Tierra.
Años después, en alguna entrevista, Sir Edmund contó que tanto él como su amigo, Tenzing, habían considerado que una vez que la humanidad diera por hecho que la montaña ya había sido escalada, “probablemente nadie querría intentarlo de nuevo. Sin embargo, no pudimos estar más equivocados”. El ascenso al monte Everest se convirtió en la travesía soñada de alpinistas alrededor del mundo.
A pesar de que en un inicio la aventura estaba a disposición de unos cuantos, solo aquellos con experiencia en alpinismo podían subir, siempre en compañía de un sherpa. Incluso, el gobierno nepalí limitaba los permisos anuales. Sin embargo, hoy en día, a poco más de seis décadas de la hazaña de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, la montaña más alta del planeta sufre de sobrepoblación. La aventura se ha convertido en un destino turístico cada vez más accesible. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos a un precio de 11 000 dólares cada uno.
El ascenso, bañado en un aura de ligereza, se ha convertido en una experiencia que ha dejado decenas de muertes. En lo que va del 2019, 11 personas han perdido la vida. Expertos aseguran que se debe a la falta de preparación de los visitantes y de las ahora largas filas que se conglomeran en la cima durante la temporada de ascenso.
*Fotografía de portada: Edmund Hillary y Tenzing Norgay en el monte Everest, Nepal
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El 29 de mayo de 1953, Edmund Hillary y Tenzing Norgay consiguieron llegar a la cima del Everest.
La carrera por alcanzar el punto más alto del planeta fue tan peleada como la llegada del primer hombre a la Luna. Todo indicaba que los suizos serían los primeros en alcanzar la cima del monte Everest, a pesar de que habían sido los británicos los primeros en intentarlo. La mejor ruta para conseguir concretar la hazaña era aproximarse a la montaña desde el lado que colinda con Nepal. Los alpinistas suizos lo intentaron en 1952, sin embargo su esfuerzo no fue suficiente. La montaña los rechazó a pocos metros de alcanzar su objetivo, a 8 598 metros sobre el nivel del mar, 250 metros menos que su altura total.
Fue hasta un año después, durante la primavera de 1953, que la tenacidad de los ingleses se vió recompensada. A inicios de ese año un par de integrantes de la expedición británica liderada por John Hunt, alcanzó, por fin, el punto más alto de la tierra. Durante 15 minutos, Edmund Hillary, un apicultor de 33 años oriundo de Auckland, Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa (pobladores de las regiones montañosas de Nepal) de 38 años, dejaron de sentir el frío gélido que calaba cada una de sus prendas y se dejaron maravillar por ese escenario hasta entonces desconocido. Las fotografías no se hicieron esperar.
Tanto Hillary como Norgay no eran ningunos novatos, cada uno contaba con un amplio historial de intentos por ascender al pico más alto de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, fue hasta que la experiencia de uno y la tenacidad del otro se conjugaron que aquella espectacular hazaña se logró consolidar.
Hunt, determinado por llevar a su expedición hasta el punto más alto, tuvo que cargar con toneladas de suministros para mantener seguros a los trece alpinistas y veinte shepas que conformaban su expedición. Como líder, se aseguró en convocar solo a los mejores y más capaces. Una vez que empezaron el ascenso, estudió las habilidades de cada uno y formó parejas. Un alpinista siempre debía ir acompañado por un shepa. Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron la excepción, el primero formado por las montañas y glaciares de Nueva Zelanda y el segundo, en ese entonces con 18 años de experiencia, conocía, más que nadie, el Everest y su topografía.
El camino de la expedición británica siguió su rumbo durante 12 días. No todo fue tan perfecto como lo imaginaron, se presentaron fallos logísticos y el clima extremo representó un reto sustancial para los equipos de oxígeno, todavía en fase de prueba. No obstante, el equipo persevero en la travesía y pese a todo pronóstico, el 21 de mayo de 1953, la expedición de Hunt rompió el record establecido por los suizos un año antes. Había llegado la parte decisiva.
El capitán Hunt reunió a sus hombres y les comunicó el orden en el que las parejas intentarían realizar la última parte del ascenso, "el trecho desconocido".
A pesar de haber demostrado las mejores aptitudes, Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron los primeros en ser elegidos, su turno llegó hasta que la primera pareja tuvo que descender cuando su equipo de oxígeno comenzó dar de sí.
Hillary y Tenzing partieron hacia la cima del Everest con apoyo de Ang Nyima, Alfred Gregory y George Lowe. El clima, cada vez más extremo, intentó frenarlos en repetidas ocasiones, pero para ese punto la determinación de ambos era suficiente para mantenerlos en pie. El amorfo e inhospito territorio complicó el ascenso y ambos quedaron bloqueados en el Collado Sur durante dos largos días y noches. Para el 28 de mayo, sus acompañantes comenzaron a descender hasta donde se encontraba el resto del grupo pero aquel dúo no dio marcha atrás y para las 11:30 am del 29 de mayo, ante todo pronóstico, se encontraban en el punto más alto sobre la Tierra.
La noticia no tardó en difundirse, la expedición de John Hunt aún se encontraba en el proceso de descenso cuando la buena nueva ya estaba en rumbo a Londres. Llegó allá justo para la coronación de Isabel II del Reino Unido, por lo que la prensa inglesa consideró la hazaña como un regalo a su soberana. Sin embargo, a pesar de que la expedición inglesa había logrado la hazaña, los cuestionamientos y las conjeturas comenzaron a surgir entre la gente.
Todos querían saber quién había puesto el primer pie sobre la cima. “Cuando nos acercábamos a Katmandú, había una atmósfera política muy fuerte, particularmente entre la prensa india y nepalí, que quería asegurarse de que Tenzing había sido el primero”, dijo en alguna ocasión Hunt.
El líder de la expedición, quien poco después sería nombrado caballero por la reina Isabel II junto a Hillary, se aseguró de dejar claro que ambos habían llegado al mismo tiempo, juntos, como equipo. Tenzing, al ser extranjero en tierras inglesas, fue condecorado con la Medalla de Jorge, mientras que el rey de Nepal le otorgó el nombramiento de la Orden de la Estrella de Nepal, por último, la India lo nombró Padma Bhushan,el tercer premio civil más alto en la República de la India. Tiempo después, al escribir su autobiografía, el sherpa dio a conocer que fue Hillary quien dio el primer paso, no obstante el crédito lo siguen compartiendo hasta ahora.
***
La hazaña fue única, un par de hombres lograron desafiar las condiciones de la naturaleza y alcanzaron el punto más alto de la Tierra.
Años después, en alguna entrevista, Sir Edmund contó que tanto él como su amigo, Tenzing, habían considerado que una vez que la humanidad diera por hecho que la montaña ya había sido escalada, “probablemente nadie querría intentarlo de nuevo. Sin embargo, no pudimos estar más equivocados”. El ascenso al monte Everest se convirtió en la travesía soñada de alpinistas alrededor del mundo.
A pesar de que en un inicio la aventura estaba a disposición de unos cuantos, solo aquellos con experiencia en alpinismo podían subir, siempre en compañía de un sherpa. Incluso, el gobierno nepalí limitaba los permisos anuales. Sin embargo, hoy en día, a poco más de seis décadas de la hazaña de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, la montaña más alta del planeta sufre de sobrepoblación. La aventura se ha convertido en un destino turístico cada vez más accesible. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos a un precio de 11 000 dólares cada uno.
El ascenso, bañado en un aura de ligereza, se ha convertido en una experiencia que ha dejado decenas de muertes. En lo que va del 2019, 11 personas han perdido la vida. Expertos aseguran que se debe a la falta de preparación de los visitantes y de las ahora largas filas que se conglomeran en la cima durante la temporada de ascenso.
*Fotografía de portada: Edmund Hillary y Tenzing Norgay en el monte Everest, Nepal
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El 29 de mayo de 1953, Edmund Hillary y Tenzing Norgay consiguieron llegar a la cima del Everest.
La carrera por alcanzar el punto más alto del planeta fue tan peleada como la llegada del primer hombre a la Luna. Todo indicaba que los suizos serían los primeros en alcanzar la cima del monte Everest, a pesar de que habían sido los británicos los primeros en intentarlo. La mejor ruta para conseguir concretar la hazaña era aproximarse a la montaña desde el lado que colinda con Nepal. Los alpinistas suizos lo intentaron en 1952, sin embargo su esfuerzo no fue suficiente. La montaña los rechazó a pocos metros de alcanzar su objetivo, a 8 598 metros sobre el nivel del mar, 250 metros menos que su altura total.
Fue hasta un año después, durante la primavera de 1953, que la tenacidad de los ingleses se vió recompensada. A inicios de ese año un par de integrantes de la expedición británica liderada por John Hunt, alcanzó, por fin, el punto más alto de la tierra. Durante 15 minutos, Edmund Hillary, un apicultor de 33 años oriundo de Auckland, Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa (pobladores de las regiones montañosas de Nepal) de 38 años, dejaron de sentir el frío gélido que calaba cada una de sus prendas y se dejaron maravillar por ese escenario hasta entonces desconocido. Las fotografías no se hicieron esperar.
Tanto Hillary como Norgay no eran ningunos novatos, cada uno contaba con un amplio historial de intentos por ascender al pico más alto de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, fue hasta que la experiencia de uno y la tenacidad del otro se conjugaron que aquella espectacular hazaña se logró consolidar.
Hunt, determinado por llevar a su expedición hasta el punto más alto, tuvo que cargar con toneladas de suministros para mantener seguros a los trece alpinistas y veinte shepas que conformaban su expedición. Como líder, se aseguró en convocar solo a los mejores y más capaces. Una vez que empezaron el ascenso, estudió las habilidades de cada uno y formó parejas. Un alpinista siempre debía ir acompañado por un shepa. Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron la excepción, el primero formado por las montañas y glaciares de Nueva Zelanda y el segundo, en ese entonces con 18 años de experiencia, conocía, más que nadie, el Everest y su topografía.
El camino de la expedición británica siguió su rumbo durante 12 días. No todo fue tan perfecto como lo imaginaron, se presentaron fallos logísticos y el clima extremo representó un reto sustancial para los equipos de oxígeno, todavía en fase de prueba. No obstante, el equipo persevero en la travesía y pese a todo pronóstico, el 21 de mayo de 1953, la expedición de Hunt rompió el record establecido por los suizos un año antes. Había llegado la parte decisiva.
El capitán Hunt reunió a sus hombres y les comunicó el orden en el que las parejas intentarían realizar la última parte del ascenso, "el trecho desconocido".
A pesar de haber demostrado las mejores aptitudes, Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron los primeros en ser elegidos, su turno llegó hasta que la primera pareja tuvo que descender cuando su equipo de oxígeno comenzó dar de sí.
Hillary y Tenzing partieron hacia la cima del Everest con apoyo de Ang Nyima, Alfred Gregory y George Lowe. El clima, cada vez más extremo, intentó frenarlos en repetidas ocasiones, pero para ese punto la determinación de ambos era suficiente para mantenerlos en pie. El amorfo e inhospito territorio complicó el ascenso y ambos quedaron bloqueados en el Collado Sur durante dos largos días y noches. Para el 28 de mayo, sus acompañantes comenzaron a descender hasta donde se encontraba el resto del grupo pero aquel dúo no dio marcha atrás y para las 11:30 am del 29 de mayo, ante todo pronóstico, se encontraban en el punto más alto sobre la Tierra.
La noticia no tardó en difundirse, la expedición de John Hunt aún se encontraba en el proceso de descenso cuando la buena nueva ya estaba en rumbo a Londres. Llegó allá justo para la coronación de Isabel II del Reino Unido, por lo que la prensa inglesa consideró la hazaña como un regalo a su soberana. Sin embargo, a pesar de que la expedición inglesa había logrado la hazaña, los cuestionamientos y las conjeturas comenzaron a surgir entre la gente.
Todos querían saber quién había puesto el primer pie sobre la cima. “Cuando nos acercábamos a Katmandú, había una atmósfera política muy fuerte, particularmente entre la prensa india y nepalí, que quería asegurarse de que Tenzing había sido el primero”, dijo en alguna ocasión Hunt.
El líder de la expedición, quien poco después sería nombrado caballero por la reina Isabel II junto a Hillary, se aseguró de dejar claro que ambos habían llegado al mismo tiempo, juntos, como equipo. Tenzing, al ser extranjero en tierras inglesas, fue condecorado con la Medalla de Jorge, mientras que el rey de Nepal le otorgó el nombramiento de la Orden de la Estrella de Nepal, por último, la India lo nombró Padma Bhushan,el tercer premio civil más alto en la República de la India. Tiempo después, al escribir su autobiografía, el sherpa dio a conocer que fue Hillary quien dio el primer paso, no obstante el crédito lo siguen compartiendo hasta ahora.
***
La hazaña fue única, un par de hombres lograron desafiar las condiciones de la naturaleza y alcanzaron el punto más alto de la Tierra.
Años después, en alguna entrevista, Sir Edmund contó que tanto él como su amigo, Tenzing, habían considerado que una vez que la humanidad diera por hecho que la montaña ya había sido escalada, “probablemente nadie querría intentarlo de nuevo. Sin embargo, no pudimos estar más equivocados”. El ascenso al monte Everest se convirtió en la travesía soñada de alpinistas alrededor del mundo.
A pesar de que en un inicio la aventura estaba a disposición de unos cuantos, solo aquellos con experiencia en alpinismo podían subir, siempre en compañía de un sherpa. Incluso, el gobierno nepalí limitaba los permisos anuales. Sin embargo, hoy en día, a poco más de seis décadas de la hazaña de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, la montaña más alta del planeta sufre de sobrepoblación. La aventura se ha convertido en un destino turístico cada vez más accesible. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos a un precio de 11 000 dólares cada uno.
El ascenso, bañado en un aura de ligereza, se ha convertido en una experiencia que ha dejado decenas de muertes. En lo que va del 2019, 11 personas han perdido la vida. Expertos aseguran que se debe a la falta de preparación de los visitantes y de las ahora largas filas que se conglomeran en la cima durante la temporada de ascenso.
*Fotografía de portada: Edmund Hillary y Tenzing Norgay en el monte Everest, Nepal
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La carrera por alcanzar el punto más alto del planeta fue tan peleada como la llegada del primer hombre a la Luna. Todo indicaba que los suizos serían los primeros en alcanzar la cima del monte Everest, a pesar de que habían sido los británicos los primeros en intentarlo. La mejor ruta para conseguir concretar la hazaña era aproximarse a la montaña desde el lado que colinda con Nepal. Los alpinistas suizos lo intentaron en 1952, sin embargo su esfuerzo no fue suficiente. La montaña los rechazó a pocos metros de alcanzar su objetivo, a 8 598 metros sobre el nivel del mar, 250 metros menos que su altura total.
Fue hasta un año después, durante la primavera de 1953, que la tenacidad de los ingleses se vió recompensada. A inicios de ese año un par de integrantes de la expedición británica liderada por John Hunt, alcanzó, por fin, el punto más alto de la tierra. Durante 15 minutos, Edmund Hillary, un apicultor de 33 años oriundo de Auckland, Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa (pobladores de las regiones montañosas de Nepal) de 38 años, dejaron de sentir el frío gélido que calaba cada una de sus prendas y se dejaron maravillar por ese escenario hasta entonces desconocido. Las fotografías no se hicieron esperar.
Tanto Hillary como Norgay no eran ningunos novatos, cada uno contaba con un amplio historial de intentos por ascender al pico más alto de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, fue hasta que la experiencia de uno y la tenacidad del otro se conjugaron que aquella espectacular hazaña se logró consolidar.
Hunt, determinado por llevar a su expedición hasta el punto más alto, tuvo que cargar con toneladas de suministros para mantener seguros a los trece alpinistas y veinte shepas que conformaban su expedición. Como líder, se aseguró en convocar solo a los mejores y más capaces. Una vez que empezaron el ascenso, estudió las habilidades de cada uno y formó parejas. Un alpinista siempre debía ir acompañado por un shepa. Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron la excepción, el primero formado por las montañas y glaciares de Nueva Zelanda y el segundo, en ese entonces con 18 años de experiencia, conocía, más que nadie, el Everest y su topografía.
El camino de la expedición británica siguió su rumbo durante 12 días. No todo fue tan perfecto como lo imaginaron, se presentaron fallos logísticos y el clima extremo representó un reto sustancial para los equipos de oxígeno, todavía en fase de prueba. No obstante, el equipo persevero en la travesía y pese a todo pronóstico, el 21 de mayo de 1953, la expedición de Hunt rompió el record establecido por los suizos un año antes. Había llegado la parte decisiva.
El capitán Hunt reunió a sus hombres y les comunicó el orden en el que las parejas intentarían realizar la última parte del ascenso, "el trecho desconocido".
A pesar de haber demostrado las mejores aptitudes, Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron los primeros en ser elegidos, su turno llegó hasta que la primera pareja tuvo que descender cuando su equipo de oxígeno comenzó dar de sí.
Hillary y Tenzing partieron hacia la cima del Everest con apoyo de Ang Nyima, Alfred Gregory y George Lowe. El clima, cada vez más extremo, intentó frenarlos en repetidas ocasiones, pero para ese punto la determinación de ambos era suficiente para mantenerlos en pie. El amorfo e inhospito territorio complicó el ascenso y ambos quedaron bloqueados en el Collado Sur durante dos largos días y noches. Para el 28 de mayo, sus acompañantes comenzaron a descender hasta donde se encontraba el resto del grupo pero aquel dúo no dio marcha atrás y para las 11:30 am del 29 de mayo, ante todo pronóstico, se encontraban en el punto más alto sobre la Tierra.
La noticia no tardó en difundirse, la expedición de John Hunt aún se encontraba en el proceso de descenso cuando la buena nueva ya estaba en rumbo a Londres. Llegó allá justo para la coronación de Isabel II del Reino Unido, por lo que la prensa inglesa consideró la hazaña como un regalo a su soberana. Sin embargo, a pesar de que la expedición inglesa había logrado la hazaña, los cuestionamientos y las conjeturas comenzaron a surgir entre la gente.
Todos querían saber quién había puesto el primer pie sobre la cima. “Cuando nos acercábamos a Katmandú, había una atmósfera política muy fuerte, particularmente entre la prensa india y nepalí, que quería asegurarse de que Tenzing había sido el primero”, dijo en alguna ocasión Hunt.
El líder de la expedición, quien poco después sería nombrado caballero por la reina Isabel II junto a Hillary, se aseguró de dejar claro que ambos habían llegado al mismo tiempo, juntos, como equipo. Tenzing, al ser extranjero en tierras inglesas, fue condecorado con la Medalla de Jorge, mientras que el rey de Nepal le otorgó el nombramiento de la Orden de la Estrella de Nepal, por último, la India lo nombró Padma Bhushan,el tercer premio civil más alto en la República de la India. Tiempo después, al escribir su autobiografía, el sherpa dio a conocer que fue Hillary quien dio el primer paso, no obstante el crédito lo siguen compartiendo hasta ahora.
***
La hazaña fue única, un par de hombres lograron desafiar las condiciones de la naturaleza y alcanzaron el punto más alto de la Tierra.
Años después, en alguna entrevista, Sir Edmund contó que tanto él como su amigo, Tenzing, habían considerado que una vez que la humanidad diera por hecho que la montaña ya había sido escalada, “probablemente nadie querría intentarlo de nuevo. Sin embargo, no pudimos estar más equivocados”. El ascenso al monte Everest se convirtió en la travesía soñada de alpinistas alrededor del mundo.
A pesar de que en un inicio la aventura estaba a disposición de unos cuantos, solo aquellos con experiencia en alpinismo podían subir, siempre en compañía de un sherpa. Incluso, el gobierno nepalí limitaba los permisos anuales. Sin embargo, hoy en día, a poco más de seis décadas de la hazaña de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, la montaña más alta del planeta sufre de sobrepoblación. La aventura se ha convertido en un destino turístico cada vez más accesible. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos a un precio de 11 000 dólares cada uno.
El ascenso, bañado en un aura de ligereza, se ha convertido en una experiencia que ha dejado decenas de muertes. En lo que va del 2019, 11 personas han perdido la vida. Expertos aseguran que se debe a la falta de preparación de los visitantes y de las ahora largas filas que se conglomeran en la cima durante la temporada de ascenso.
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La carrera por alcanzar el punto más alto del planeta fue tan peleada como la llegada del primer hombre a la Luna. Todo indicaba que los suizos serían los primeros en alcanzar la cima del monte Everest, a pesar de que habían sido los británicos los primeros en intentarlo. La mejor ruta para conseguir concretar la hazaña era aproximarse a la montaña desde el lado que colinda con Nepal. Los alpinistas suizos lo intentaron en 1952, sin embargo su esfuerzo no fue suficiente. La montaña los rechazó a pocos metros de alcanzar su objetivo, a 8 598 metros sobre el nivel del mar, 250 metros menos que su altura total.
Fue hasta un año después, durante la primavera de 1953, que la tenacidad de los ingleses se vió recompensada. A inicios de ese año un par de integrantes de la expedición británica liderada por John Hunt, alcanzó, por fin, el punto más alto de la tierra. Durante 15 minutos, Edmund Hillary, un apicultor de 33 años oriundo de Auckland, Nueva Zelanda y Tenzing Norgay, un sherpa (pobladores de las regiones montañosas de Nepal) de 38 años, dejaron de sentir el frío gélido que calaba cada una de sus prendas y se dejaron maravillar por ese escenario hasta entonces desconocido. Las fotografías no se hicieron esperar.
Tanto Hillary como Norgay no eran ningunos novatos, cada uno contaba con un amplio historial de intentos por ascender al pico más alto de la cordillera del Himalaya. Sin embargo, fue hasta que la experiencia de uno y la tenacidad del otro se conjugaron que aquella espectacular hazaña se logró consolidar.
Hunt, determinado por llevar a su expedición hasta el punto más alto, tuvo que cargar con toneladas de suministros para mantener seguros a los trece alpinistas y veinte shepas que conformaban su expedición. Como líder, se aseguró en convocar solo a los mejores y más capaces. Una vez que empezaron el ascenso, estudió las habilidades de cada uno y formó parejas. Un alpinista siempre debía ir acompañado por un shepa. Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron la excepción, el primero formado por las montañas y glaciares de Nueva Zelanda y el segundo, en ese entonces con 18 años de experiencia, conocía, más que nadie, el Everest y su topografía.
El camino de la expedición británica siguió su rumbo durante 12 días. No todo fue tan perfecto como lo imaginaron, se presentaron fallos logísticos y el clima extremo representó un reto sustancial para los equipos de oxígeno, todavía en fase de prueba. No obstante, el equipo persevero en la travesía y pese a todo pronóstico, el 21 de mayo de 1953, la expedición de Hunt rompió el record establecido por los suizos un año antes. Había llegado la parte decisiva.
El capitán Hunt reunió a sus hombres y les comunicó el orden en el que las parejas intentarían realizar la última parte del ascenso, "el trecho desconocido".
A pesar de haber demostrado las mejores aptitudes, Edmund Hillary y Tenzing Norgay no fueron los primeros en ser elegidos, su turno llegó hasta que la primera pareja tuvo que descender cuando su equipo de oxígeno comenzó dar de sí.
Hillary y Tenzing partieron hacia la cima del Everest con apoyo de Ang Nyima, Alfred Gregory y George Lowe. El clima, cada vez más extremo, intentó frenarlos en repetidas ocasiones, pero para ese punto la determinación de ambos era suficiente para mantenerlos en pie. El amorfo e inhospito territorio complicó el ascenso y ambos quedaron bloqueados en el Collado Sur durante dos largos días y noches. Para el 28 de mayo, sus acompañantes comenzaron a descender hasta donde se encontraba el resto del grupo pero aquel dúo no dio marcha atrás y para las 11:30 am del 29 de mayo, ante todo pronóstico, se encontraban en el punto más alto sobre la Tierra.
La noticia no tardó en difundirse, la expedición de John Hunt aún se encontraba en el proceso de descenso cuando la buena nueva ya estaba en rumbo a Londres. Llegó allá justo para la coronación de Isabel II del Reino Unido, por lo que la prensa inglesa consideró la hazaña como un regalo a su soberana. Sin embargo, a pesar de que la expedición inglesa había logrado la hazaña, los cuestionamientos y las conjeturas comenzaron a surgir entre la gente.
Todos querían saber quién había puesto el primer pie sobre la cima. “Cuando nos acercábamos a Katmandú, había una atmósfera política muy fuerte, particularmente entre la prensa india y nepalí, que quería asegurarse de que Tenzing había sido el primero”, dijo en alguna ocasión Hunt.
El líder de la expedición, quien poco después sería nombrado caballero por la reina Isabel II junto a Hillary, se aseguró de dejar claro que ambos habían llegado al mismo tiempo, juntos, como equipo. Tenzing, al ser extranjero en tierras inglesas, fue condecorado con la Medalla de Jorge, mientras que el rey de Nepal le otorgó el nombramiento de la Orden de la Estrella de Nepal, por último, la India lo nombró Padma Bhushan,el tercer premio civil más alto en la República de la India. Tiempo después, al escribir su autobiografía, el sherpa dio a conocer que fue Hillary quien dio el primer paso, no obstante el crédito lo siguen compartiendo hasta ahora.
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La hazaña fue única, un par de hombres lograron desafiar las condiciones de la naturaleza y alcanzaron el punto más alto de la Tierra.
Años después, en alguna entrevista, Sir Edmund contó que tanto él como su amigo, Tenzing, habían considerado que una vez que la humanidad diera por hecho que la montaña ya había sido escalada, “probablemente nadie querría intentarlo de nuevo. Sin embargo, no pudimos estar más equivocados”. El ascenso al monte Everest se convirtió en la travesía soñada de alpinistas alrededor del mundo.
A pesar de que en un inicio la aventura estaba a disposición de unos cuantos, solo aquellos con experiencia en alpinismo podían subir, siempre en compañía de un sherpa. Incluso, el gobierno nepalí limitaba los permisos anuales. Sin embargo, hoy en día, a poco más de seis décadas de la hazaña de Edmund Hillary y Tenzing Norgay, la montaña más alta del planeta sufre de sobrepoblación. La aventura se ha convertido en un destino turístico cada vez más accesible. Este año Nepal concedió para la temporada de primavera un récord de 381 permisos a un precio de 11 000 dólares cada uno.
El ascenso, bañado en un aura de ligereza, se ha convertido en una experiencia que ha dejado decenas de muertes. En lo que va del 2019, 11 personas han perdido la vida. Expertos aseguran que se debe a la falta de preparación de los visitantes y de las ahora largas filas que se conglomeran en la cima durante la temporada de ascenso.
*Fotografía de portada: Edmund Hillary y Tenzing Norgay en el monte Everest, Nepal
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