Con la misión de recrear una “era heroica” en México, Colectivo Sol publica Voces del otro lado, una antología de entrevistas, realizadas entre los años 1992 y 1994, con los personajes que estaban construyendo el activismo LGBT mexicano. Una recopilación que habla de los episodios fundacionales de la lucha lésbico-gay, testimonios de quienes se fueron inventando el camino.
A principios de los años setenta, un reportero de televisión fue con Nancy Cárdenas, directora de teatro y activista por los derechos LGBT, para pedirle que participara en el noticiero más visto de la televisión mexicana, “24 horas” con Jacobo Zabludowsky. Grupos lésbicos y gays en Estados Unidos habían montado una protesta contra el presidente Richard Nixon a raíz del maltrato de su administración a un homosexual. La entrevista en la televisión mexicana trataría el tema. Nunca se había abordado un asunto así en horario estelar.
“Sabía que se trataba de la gran oportunidad de difundir la experiencia de la liberación gay en el programa televisivo que habría de transmitirse de costa a costa”, dijo Cárdenas, veinte años después, en una entrevista a la revista Nuestro Cuerpo. “Empecé a negociar con el reportero la manera de realizar esto y me dijo que hablara directamente con el señor Zabludowsky. Era una responsabilidad muy grande que no podía evadir. Fue realmente difícil pero, más que tomar una decisión –ésa la tomé de inmediato–, fue difícil hacer el trabajo interior que necesitaba para enfrentarme a lo que sería el día de mañana, no esa noche, sino el día de mañana, con mis padres, con mis hermanos, mis sobrinos, mis maestros, mis alumnos, la gente que me trataba personalmente”.
Cárdenas apareció en el programa junto con otros dos entrevistados homosexuales, que hablaron de manera anónima dando la espalda a la cámara. El suyo fue el coming out más público en la historia de las salidas del clóset mexicanas.
Gracias a Voces del otro lado. Antología de entrevistas con protagonistas de la diversidad sexual, editado por el Colectivo Sol, podemos hoy recrear este y otros episodios fundacionales de la historia de la vida LGBT de México y a explorar también cómo se pensaba el sadomasoquismo con escándalo (entrevista al dramaturgo Emilio Carballido), de llevar una vida coherente con el deseo y el afecto sexual en tiempos autoritarios (entrevista con el músico José Antonio Alcaraz), o de cómo una travesti se construyó a sí misma como líder de la comunidad gay antes del activismo y de su misión de proyectar una imagen de los homosexuales distinta a la que aparecía en periódicos amarillistas como Alarma!, por medio de fiestas con aspiraciones de buen gusto (entrevista a Xóchitl) que resultaban francamente surrealistas.
La mayoría de las entrevistas salieron publicadas en Del otro lado una publicación gay que nació a principios de 1992. La revista estaba dirigida por Juan Jacobo Hernández, pieza clave en el activismo gay en México. Hernández no sólo había sido miembro fundador del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR) que organizó con otros colectivos la primera marcha gay de México, sino que también había dirigido otras publicaciones como Nuestro Cuerpo, de donde provienen algunas otras entrevistas. Del otro lado se publicó hasta enero de 1995. De acuerdo con Ernesto Reséndiz Oikón, que escribe el prólogo de la antología, esta revista ofrecía una gama de temas, desde la reflexión política, sobre la salud sexual, hasta el registro cultural y de experiencias de otros estados de la república y países de América Latina. En ese mismo prólogo Reséndiz, que es un reputado crítico de la literatura LGBT de México, hace énfasis en la importancia de las publicaciones periódicas como instrumentos de identidad y cómo vehículos de circulación de ideas. Algunas combinaban una oferta de porno ligero con reflexiones más sesudas, otras eran directamente lugares donde se registraba la reflexión de sus instigadores. En cualquier caso, como dice Oikón “Estas publicaciones se convirtieron en foros privilegiados para discutir temas urgentes de los activismos y para dar visibilidad y representaciones a quienes no la tenían en los medios convencionales, más allá de los estereotipos.”
La lectura de estas entrevistas es emocionante por partida doble: por un lado, hablan de una era heroica. Para seguir con el ejemplo de Cárdenas, muestran un momento en el que salir públicamente en la televisión a hablar de temas LGBT significaba, como lo tuvo que hacer ella, sopesar los pros y los contras de un acto político de la mayor importancia y, a pesar de la homofobia cultural aplastante, decidir que de todos modos era una buena idea hacerlo. Por el otro, sus protagonistas son ejemplos de construcción personal y social en el amanecer del activismo, y muchas de sus opiniones son contradictorias, o muestran todavía un proceso personal sostenido en andamios. Éstas también pueden leerse en el contexto de nuestros privilegios, de los avances culturales y políticos, y también de cómo muchas cosas no han cambiado: muchos lectores en algunos estados de la república se seguirán sintiendo identificados con los dilemas de los años noventa. El tomo incluye entrevistas a figuras internacionales como el coreógrafo inglés Lindsay Kemp, el escritor cubano Senel Paz, otras figuras culturales como el dramaturgo Oscar Liera y del activismo, como Marta de la Lama.
Me gusta, en particular, la entrevista a Michael Foucault que hace Rene de Ceccatty porque señala precisamente el proceso en el que estamos empeñados. Foucault le dice que hay que desconfiar de la tendencia de reducir lo homosexual “a quién soy” o cuál es el “secreto de nuestro deseo”. “Quizá sea mejor preguntarse: ¿qué relaciones pueden establecerse, inventarse, multiplicarse, codificarse a través de la homosexualidad? El problema no es descubrir en uno mismo la verdad de la propia sexualidad, sino, más bien, utilizar la propia sexualidad para desarrollar una multiplicidad de relaciones”.
Bueno, pues precisamente esto es lo que hacen este tipo de aportes. Voces del otro lado es un testimonio de cómo nuestros antecesores han usado su sexualidad para irnos inventando en el camino.
Será siempre una invención incompleta pero siempre rica y poderosa.