Con la habilidad de un profesional del ilusionismo, Chucho (Carlos Bardem) le muestra a Fresh (Emiliano Pernía) las mejores maneras de robar una cartera al interior de un bar. Es la primera lección del carterista experto al adolescente, que lo mira entre sorprendido e intrigado, deseoso de especializarse en ese oficio. Es una escena clave de Pickpockets: Maestros del robo (2018), coproducción colombiana-británica que combina el género de robo con el paso a la madurez en una capital latinoamericana –Bogotá– donde los ladrones son leales y gentiles y los jefes del crimen organizado pasan las horas libres cuidando a sus gallos de pelea.
El director de esta película, Peter Webber (La chica del arete de perla), tenía en mente una historia más oscura cuando decidió embarcarse en esta aventura colombiana. “La forma en la que empecé era muy cercana a una historia de realidad social, lo que cambié es porque tengo un amor especial por las películas noir y aunque dejé esas técnicas atrás, trabajé con un par de escritores latinoamericanos –Alejandro Fadel y Martín Mauregui– para adaptar el argumento y abrazar un género con el que era muy interesante escribir este punto de vista”, cuenta el director en entrevista con Gatopardo durante la 58ª edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena, donde Pickpockets tuvo su estreno mundial. Basado en una historia original de Simon Stephens, el guion está más ocupado en las vicisitudes juveniles de los protagonistas que en el análisis de su entorno social.
En Pickpockets no hay rastro de la violencia criminal que países como México y Colombia conocen bien y que otras películas de la selección del festival exploraron. Esta película narra una fábula juvenil enmarcada en romance e intriga, frenesí y codicia, que ocupa las calles de Bogotá como escenario principal. “Hice un documental aquí y caí enamorado de Bogotá, es una ciudad increíble para filmar,” agrega Peter Webber. “No sé si es una buena ciudad para vivir, pero para filmar tiene una personalidad fuerte y vibrante y temple”. Esa personalidad intensa se traduce en la manera en que los protagonistas –los adolescentes Fresh, su amigo Doggie y su cómplice Juana– navegan las avenidas y entrenan para alejarse del estilo violento y burdo de otros ladronzuelos callejeros.Protagonizada también por el veterano actor español Carlos Bardem –quien en los últimos años ha trabajado en varios títulos latinoamericanos, como Club de Cuervos (México), Días de gracia (México) y El niño pez (Argentina)–, la cinta se acerca a las calles bogotanas sin el prejuicio de quien ha vivido demasiado cerca los estragos del crimen organizado. “Pickpockets es una película de género, un thriller que efectivamente no habla de esta gran criminalidad o de los efectos sobre las capas más bajas de la población de esta criminalidad unida a las drogas, esto es muy diferente, esto es gente que intenta sobrevivir, que pretende de alguna manera mantenerse afuera de la violencia y entonces recurre a la habilidad,” cuenta Bardem en entrevista. “En el fondo, un buen carterista no deja de ser una persona hábil y en ese sentido me parece que es interesante romper un poco con ciertos clichés muy extendidos en el cine, respecto a la mafia, a los carteles, toda esta cosa que hemos visto mil veces retratada, es otra historia. Por eso yo creo que puede ser muy sorprendente y muy atractiva, especialmente para el público más joven”.
A diferencia de otras películas colombianas sobre el paso a la madurez que se proyectaron en este festival, como Matar a Jesús o Virus tropical, Pickpockets se preocupa menos por el contexto y más por la sed de aventura de sus protagonistas. En cuanto a la trama, hay un arco relacionado con la ausencia de una figura paterna en la vida de Fresh, pero el impacto de Chucho sobre su presente lo ayudará a encontrar otra perspectiva sobre su situación familiar. “Hay una lectura muy clara en cuanto refiere a mi personaje, de mentor-pupilo, pero yo creo que es bonita en el sentido de que al final es el pupilo el que le va a dar una lección de vida al mentor”, agrega Bardem. “Yo creo que esta película es muy bonita porque son tres chicos intentando sobrevivir en un entorno muy duro, pero al final hay una lectura positiva, yo creo que los tres encuentran un camino hacia la luz, hacia ser mejores que cuando empezaron”.
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La premier de Pickpockets fue una función al aire libre en la Explanada de Banderas de Cartagena de Indias, con cientos de espectadores alineados frente a la pantalla, listos para vivir el cine bajo las estrellas. A pesar de la agradable experiencia para el público, los creativos detrás de la cinta no estuvieron del todo conformes. “Es la peor forma [de verla] debo decir, es un poco decepcionante para nosotros como cineastas,” cuenta Webber, enfadado ante la mala calidad de la proyección, que por ser de noche y en un espacio abierto, no mostró lo mejor de la fotografía de Pickpockets. No obstante, mantiene viva la esperanza de mostrar la cinta a un público más allá del festival. “Estoy muy emocionado por ver lo que el mundo real opina sobre la película. Amo los festivales de cine y sus audiencias, pero ellos son cinéfilos y es muy interesante ver cómo una película puede ser vista por el público más que por los especialistas de cine”.Esta cinta únicamente tendrá un estreno comercial en salas de cine colombianas, pero el resto del mundo podrá verla a partir del 12 de abril en la plataforma de streaming Netflix. Pensada para un público más comercial que el de un festival de cine, quizá justo una de sus fortalezas sea esa mirada un tanto ingenua, externa, del crimen de poca monta en Bogotá (o en cualquier ciudad latinoamericana). No es una película para recordar el pasado violento de la ciudad ni para reflexionar sobre las consecuencias de los acuerdos de paz. Es lo que ofrece a simple vista: la ilusión universal de que con astucia e ingenio se puede salvar el pellejo y hasta darse el lujo de soñar con cumplir todos los deseos. “Soy de los que piensan que las historias que mejor funcionan universalmente son las locales, cuando están bien contadas y cuando cuentan algo que nos llega a todos, con lo que todos podemos empatizar es cuando viajan y viajan muy bien,” concluye Carlos Bardem.
Este trabajo fue producido en la Beca Gabo de Periodismo Cultural 2018, organizado por la FNPI, con el apoyo del Ministerio de Cultura de Colombia y The Cartago Foundation.