Cuando Joe Sacco terminó la universidad en los 80, ningún periódico o publicación lo contrató. Sin prospectos laborales, regresó un talento que desarrolló desde la infancia, la ilustración. Poco a poco, ambos oficios se fusionaron en una amalgama indivisible. Sacco es un periodista extraordinario, que cuenta sus historias a través de cómics. En inglés, el trabajo de Joe Sacco se ha publicado —entre varias otras editoriales— por Fantagraphics y Drawn And Quarterly, dos marcas especializadas en comics alternativos, y casa de autores como Daniel Clowes o Adrian Tomine. Sin embargo, cuando éstas publican historias de no ficción, usualmente son desde el campo de lo personal o la memoria. Sacco toma un poco de estos dos estilos para sus libros: “Hago trabajos periodísticos pero no los pensaba así cuando comencé. Los entendía como una historia personal, como un cuaderno de viajes y una tradición autobiográfica. Después me dibujé a mí mismo, y me di cuenta que es una buena forma de hacerle saber a las personas mi subjetividad”.Sacco lleva más de dos décadas como corresponsal de guerras y conflictos armados. Aunque ha sido, quizás sus temas principales, también se ha enfocado simplemente en las historias de la población desfavorecida. La Franja de Gaza y otros territorios palestinos, Bosnia, Iraq y hasta poblaciones indígenas de Canadá han atravesado los intereses pictográficos de Sacco, que explora a profundidad problemas e historias a través de trazos. “Antes solía incluirme más en las historias, porque éstas eran más episódicas, pero después de un tiempo los personajes y la gente que conocía se revelaron como grandes historias por sí mismos y ellos hacían todo el trabajo. Yo estoy ahí como contraste”, dice en entrevista con Gatopardo en el marco del Hay Festival. [caption id="attachment_240311" align="aligncenter" width="620"]
Viñeta de Palestina, de Joe Sacco.[/caption]Sacco relata la vida de estas personas, no desde un pedestal de conocimiento, sino desde la empatía y el esfuerzo por comprender. Como cualquier otro periodista, viaja al lugar de los hechos, hace entrevistas, recoge muchos testimonios y presenta una realidad. La caricatura no despoja su relato de seriedad o impacto. Sacco expone historias devastadoras, que no conceden simpatía pero les sobra relevancia, sobre eventos geopolíticos donde los involucrados son el núcleo de situaciones fuera de su control.No elogia ni victimiza, hace un retrato lo más cercano posible la verdad. “Yo no uso la palabra objetividad, yo le llamo honestidad” dice.Su libro Palestina, elogiado ampliamente por el académico Edward Said, es uno de los retratos más francos y celebrados del pueblo árabe, atrapado en larguísimo conflicto de inumerables y profundas consecuencias. Por su parte, The Fixer (traducido a México como El Mediador) es un perfil de un hombre que, tras haber perdido todo en la guerra de Bosnia, decide vender sus historias a periodistas, una historia que Sacco describe como “no exactamente halagadora”. A pesar de que el medio usualmente es observado con desdén, o como fuente de entretenimiento y nada más, Sacco explica que el cómic le da posibilidades únicas, no disponibles con un reportaje en texto. “Todo lo dibujado es subjetivo, pero trato de presentarlo como si no lo fuese. Lo llamo subjetividad informada, porque intento hacer las cosas tan verdaderas como sea posible”, dice. Hacer periodismo con comics tiene sus necesarios matices. La necesidad de recrear espacios, ropa, edificios, armas e indumentaria que son parte clave de su investigación. “Alguien me puede decir ‘un tanque venía por la calle’ pero no van a saber qué tipo de tanque era. A un escritor no le importa, sólo diría “un tanque”, pero yo debo saber qué tanque usaba el ejército yugoslavo durante la época [...]. Siempre hay un nivel de investigación visual, y las preguntas que hago tienen una naturaleza visual”, explica Sacco. En ocasiones le pide a las personas que hagan un dibujo rápido de lo que cuentan, para tener una mejor idea pictórica de los eventos.[caption id="attachment_240312" align="aligncenter" width="620"]
Viñeta de Gorazde, Zona Segura. El texto lee lo siguiente: "Juntos, con miles de niños y hombres capturados por los serbios en su escape a Tuzla, fueron exterminados. Fue la matanza de Europa más grande en 50 años. Entre emboscadas y ejecuciones, más de 7000 musulmanes fueron asesinados".[/caption]El cómic ofrece una paradójica combinación de apego y desapego. “Debe haber una separación de la realidad. Esta es una fortaleza del cómic, puedes elegir mostrar la violencia que la gente puede ver, porque dibujar es casi como un filtro”. Reproducir imágenes de alto impacto no sólo es difícil, también plantea un dilema ético. El cómic ofrece un velo útil, con el que se puede mostrar cosas que en una fotografía o un video serían intolerables. Sacco entiende que, independientemente del contenido gráfico en sus cómics, el núcleo al final son los personajes y la necesidad de escuchar sus historias. Para eso —como interlocutor, pero también como periodista— debe permanecer cerca de ellos. “Tienes que mantener una distancia cuando hablas con las personas, porque necesitas que te cuenten la historia que estás buscando, y no la que ellos quieran contar. Muchas veces tienes que acorralarlos para lograrlos. En ese sentido, quizás es una profesión fría. Cuando dibujas es diferente. No puedes estar desapegado cuando dibujas la experiencia y las emociones de alguien. Por supuesto que hay gente con la que genero mucho apego, me importa lo que les suceda, pero incluso a ellos trato de mostrarlos tan honestamente como puedo”.
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