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Para mantenerse en pie, muchos proyectos de restaurantes y bares han tenido que crear alianzas y apoyo comunitario para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. Si el consumo local era ya un movimiento que había nacido con fuerza, ahora podría cobrar un impacto mayor.
Hay quienes dicen que no hay como la adversidad para evolucionar. La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua. La colaboración ha sido un eje para mantenerse en pie, pero cada proyecto ha diseñado propuestas para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. El tema de consumo local es un movimiento que llevaba varios años, pero ahora ha cobrado un mayor impacto. Así lo cree Mercedes Bernal, chef del restaurante Meroma, uno de los mejores de la Ciudad de México y donde siempre se han preocupado por las comunidades que los rodean, el orígen de los productos y el impacto que generan. La pandemia les ha golpeado fuerte; incluso desde antes de que fuera obligatorio, ellos ya habían cerrado, pues las mesas se mantenían vacías y no merecía el riesgo de toda la gente que trabaja ahí. Su forma de darle la vuelta al asunto ha sido a través de gift-cards que se adquieren en su página de internet. La idea es comprar por adelantado y, en cuanto vuelvan a abrirse las puertas, se llenará la mesa de las delicias que ya fueron pagadas. Además, para hacer la iniciativa aún más provocadora, cada compra anticipada tiene un número de folio, con los que harán una rifa con regalos como una cena privada, clases de cocina con Sobremesa o una ronda de cocteles. Están además preparando una tienda, física como digital, para comprar los productos que le han ganado a Meroma los primeros lugares de la gastronomía local. “Nos enfocamos mucho a producto artesanal, hecho por nosotros, nos divierte empezar desde cero y hacerlo en casa y creo que es algo que ha salido mucho en la cuarentena”, dice Bernal para Gatopardo. “Queremos hacer un poco este concepto de productos muy artesanales al estilo Meroma, con los sabores que siempre usamos”. Estarán a la venta en la planta baja del restaurante, en una tienda en línea y con entregas a domicilio. Bernal se mantiene creativa, la situación no le parece menor. “Para nosotros estos proyectos son nuestra vida entera, les dedicamos años de trabajo, muchas horas; sacrificas mucho por tener un restaurante de este tipo y de pronto te lo quitan, así de la nada, por algo que está completamente fuera del control de todos. Es duro”.
Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro.
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Para el sector restaurantero, que por supuesto incluye también bares, el quédate en casa ha sido una sentencia dura. Para los nuevos, quizá peor. Café Ocampo abrió en septiembre del 2019 y aunque el bar estilo italiano ha tenido muchísimo éxito, a penas estaban alcanzando su ideal. “Seguíamos en la curva de aprendizaje y a penas llegábamos a nuestro punto óptimo en cuanto a staff, calidad de servicio, calidad de los tragos, de los alimentos”, platica Juan de la Campa, uno de los socios creadores, junto con Santiago Tron y el bartender Joseph Mortera. Para este concepto, sus creadores se inspiraron en los café-bares italianos, que por la mañana sirven espresso y conforme avanza el día los tragos empiezan a mezclarse. Su sabor insignia es el bitter, elemental del martini, negroni y otros cocteles mediterráneos. En un año, se ganaron la nominación de Best New International Cocktail Bar Latin America & Caribbean, de la fundación Tales of the Cocktail. Pero Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio. Preparan seis especialidades y las embotellan en unos frascos de vidrio con cuatro tragos servidos. Se piden por WhatsApp, teléfono o redes sociales y llegan a la puerta. “No es el solo hecho de pedir tu trago y que te lo bebas en tu casa; es más cómo es toda la experiencia de que te llegue”, relata De la Campa.
"La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua."
Además, se dieron cuenta del poder de la colaboración y han estado diseñando tragos especiales. Con Mezcal Creyente, por ejemplo, prepararon el Naked and Famous, un drink fresco, cítrico, que logra que la cuarentena se sienta menos encerrada. “Esto es ya para nosotros una nueva oportunidad de reinventarnos, innovar, intentar hacer cosas diferentes y si bien el ideal es que el centro de consumo abra y esté de nuevo operando, justo son estas oportunidades las que llegan para quedarse, y dentro de todo lo malo, poder sacar lo mejor”, dice Tron al teléfono. Hanky Panky y Waikiki Tiki Room también implementaron el trago a domicilio. Ellos guardan la bebida al alto vacío, listo para servirse sobre hielos. También, Tequila Reserva de la Familia sacó una iniciativa, para apoyar a los restaurantes, cocineros, meseros y staff del sector restaurantero por medio de una campaña digital y de venta de canastas, donde se regala una botella de Tequila Reserva de la Familia Extra Añejo junto con las propuestas culinarias de grandes chefs, para disfrutar de un exquisito maridaje que combina perfectamente estos dos mundos. Están colaborando con Jorge Vallejo (Quintonil), Marco Carboni (Bottega Sartoria), Enrique Olvera (Pujol), Edgar Núñez (Sud 777), Eduardo García (Máximo Bistrot) y Luis Robledo (Tout Chocolat).
Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio.
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Otro proyecto que ha sabido buscar los resquicios positivos es Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro. Los chefs Mane Rivera y Aldo Saavedra se inspiraron en un viaje en el que recorrieron México a través de sus sabores. Su menú está lleno de tradición y experiencia plasmado en sabores extraordinarios. Su proyecto, como todos, tuvo que cerrar en marzo, pero no quisieron dejar de apoyar a sus provedores de la central de abastos, así que comenzaron a armar unos huacales de frutas y verduras para quienes trabajan en Tierra Adentro y también para compañeros de la industria. Había que seguir moviéndose. “Al percatarnos de la creciente necesidad de trabajo para muchas personas que se relacionan con nosotros y nuestro restaurante, decidimos hacer un proyecto más grande en el que todos los implicados nos viéramos beneficiados, no imaginamos el gran impacto que éste tendría”, narran los chefs. El proyecto HUACAL comenzó a crecer: las canastas ahora se vendían y después agregaron el Mercadillo, que es una mesa con productos locales y de altísima calidad puesta afuera del restaurante, donde se recogen los huacales con hortalizas. Además, dada la necesidad de muchos taxistas, también se aliaron con algunos para darles trabajo, entregando los pedidos a domicilio. “El apoyo es la única forma en la que vamos a salir de esto”, dice el chef Saavedra. Aunque ahorita la cocina no sea su hogar, sabe que tiene un gran proyecto en manos y que solo se puede lograr si las estira, si hay alianzas. El coronavirus ha causado una crisis, sin lugar a dudas. Pero la única forma de salir de ella es con creatividad, y como lo han demostrado estos grandes restauranteros, con alianzas y apoyo comunitario.
Para mantenerse en pie, muchos proyectos de restaurantes y bares han tenido que crear alianzas y apoyo comunitario para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. Si el consumo local era ya un movimiento que había nacido con fuerza, ahora podría cobrar un impacto mayor.
Hay quienes dicen que no hay como la adversidad para evolucionar. La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua. La colaboración ha sido un eje para mantenerse en pie, pero cada proyecto ha diseñado propuestas para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. El tema de consumo local es un movimiento que llevaba varios años, pero ahora ha cobrado un mayor impacto. Así lo cree Mercedes Bernal, chef del restaurante Meroma, uno de los mejores de la Ciudad de México y donde siempre se han preocupado por las comunidades que los rodean, el orígen de los productos y el impacto que generan. La pandemia les ha golpeado fuerte; incluso desde antes de que fuera obligatorio, ellos ya habían cerrado, pues las mesas se mantenían vacías y no merecía el riesgo de toda la gente que trabaja ahí. Su forma de darle la vuelta al asunto ha sido a través de gift-cards que se adquieren en su página de internet. La idea es comprar por adelantado y, en cuanto vuelvan a abrirse las puertas, se llenará la mesa de las delicias que ya fueron pagadas. Además, para hacer la iniciativa aún más provocadora, cada compra anticipada tiene un número de folio, con los que harán una rifa con regalos como una cena privada, clases de cocina con Sobremesa o una ronda de cocteles. Están además preparando una tienda, física como digital, para comprar los productos que le han ganado a Meroma los primeros lugares de la gastronomía local. “Nos enfocamos mucho a producto artesanal, hecho por nosotros, nos divierte empezar desde cero y hacerlo en casa y creo que es algo que ha salido mucho en la cuarentena”, dice Bernal para Gatopardo. “Queremos hacer un poco este concepto de productos muy artesanales al estilo Meroma, con los sabores que siempre usamos”. Estarán a la venta en la planta baja del restaurante, en una tienda en línea y con entregas a domicilio. Bernal se mantiene creativa, la situación no le parece menor. “Para nosotros estos proyectos son nuestra vida entera, les dedicamos años de trabajo, muchas horas; sacrificas mucho por tener un restaurante de este tipo y de pronto te lo quitan, así de la nada, por algo que está completamente fuera del control de todos. Es duro”.
Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro.
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Para el sector restaurantero, que por supuesto incluye también bares, el quédate en casa ha sido una sentencia dura. Para los nuevos, quizá peor. Café Ocampo abrió en septiembre del 2019 y aunque el bar estilo italiano ha tenido muchísimo éxito, a penas estaban alcanzando su ideal. “Seguíamos en la curva de aprendizaje y a penas llegábamos a nuestro punto óptimo en cuanto a staff, calidad de servicio, calidad de los tragos, de los alimentos”, platica Juan de la Campa, uno de los socios creadores, junto con Santiago Tron y el bartender Joseph Mortera. Para este concepto, sus creadores se inspiraron en los café-bares italianos, que por la mañana sirven espresso y conforme avanza el día los tragos empiezan a mezclarse. Su sabor insignia es el bitter, elemental del martini, negroni y otros cocteles mediterráneos. En un año, se ganaron la nominación de Best New International Cocktail Bar Latin America & Caribbean, de la fundación Tales of the Cocktail. Pero Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio. Preparan seis especialidades y las embotellan en unos frascos de vidrio con cuatro tragos servidos. Se piden por WhatsApp, teléfono o redes sociales y llegan a la puerta. “No es el solo hecho de pedir tu trago y que te lo bebas en tu casa; es más cómo es toda la experiencia de que te llegue”, relata De la Campa.
"La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua."
Además, se dieron cuenta del poder de la colaboración y han estado diseñando tragos especiales. Con Mezcal Creyente, por ejemplo, prepararon el Naked and Famous, un drink fresco, cítrico, que logra que la cuarentena se sienta menos encerrada. “Esto es ya para nosotros una nueva oportunidad de reinventarnos, innovar, intentar hacer cosas diferentes y si bien el ideal es que el centro de consumo abra y esté de nuevo operando, justo son estas oportunidades las que llegan para quedarse, y dentro de todo lo malo, poder sacar lo mejor”, dice Tron al teléfono. Hanky Panky y Waikiki Tiki Room también implementaron el trago a domicilio. Ellos guardan la bebida al alto vacío, listo para servirse sobre hielos. También, Tequila Reserva de la Familia sacó una iniciativa, para apoyar a los restaurantes, cocineros, meseros y staff del sector restaurantero por medio de una campaña digital y de venta de canastas, donde se regala una botella de Tequila Reserva de la Familia Extra Añejo junto con las propuestas culinarias de grandes chefs, para disfrutar de un exquisito maridaje que combina perfectamente estos dos mundos. Están colaborando con Jorge Vallejo (Quintonil), Marco Carboni (Bottega Sartoria), Enrique Olvera (Pujol), Edgar Núñez (Sud 777), Eduardo García (Máximo Bistrot) y Luis Robledo (Tout Chocolat).
Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio.
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Otro proyecto que ha sabido buscar los resquicios positivos es Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro. Los chefs Mane Rivera y Aldo Saavedra se inspiraron en un viaje en el que recorrieron México a través de sus sabores. Su menú está lleno de tradición y experiencia plasmado en sabores extraordinarios. Su proyecto, como todos, tuvo que cerrar en marzo, pero no quisieron dejar de apoyar a sus provedores de la central de abastos, así que comenzaron a armar unos huacales de frutas y verduras para quienes trabajan en Tierra Adentro y también para compañeros de la industria. Había que seguir moviéndose. “Al percatarnos de la creciente necesidad de trabajo para muchas personas que se relacionan con nosotros y nuestro restaurante, decidimos hacer un proyecto más grande en el que todos los implicados nos viéramos beneficiados, no imaginamos el gran impacto que éste tendría”, narran los chefs. El proyecto HUACAL comenzó a crecer: las canastas ahora se vendían y después agregaron el Mercadillo, que es una mesa con productos locales y de altísima calidad puesta afuera del restaurante, donde se recogen los huacales con hortalizas. Además, dada la necesidad de muchos taxistas, también se aliaron con algunos para darles trabajo, entregando los pedidos a domicilio. “El apoyo es la única forma en la que vamos a salir de esto”, dice el chef Saavedra. Aunque ahorita la cocina no sea su hogar, sabe que tiene un gran proyecto en manos y que solo se puede lograr si las estira, si hay alianzas. El coronavirus ha causado una crisis, sin lugar a dudas. Pero la única forma de salir de ella es con creatividad, y como lo han demostrado estos grandes restauranteros, con alianzas y apoyo comunitario.
Para mantenerse en pie, muchos proyectos de restaurantes y bares han tenido que crear alianzas y apoyo comunitario para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. Si el consumo local era ya un movimiento que había nacido con fuerza, ahora podría cobrar un impacto mayor.
Hay quienes dicen que no hay como la adversidad para evolucionar. La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua. La colaboración ha sido un eje para mantenerse en pie, pero cada proyecto ha diseñado propuestas para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. El tema de consumo local es un movimiento que llevaba varios años, pero ahora ha cobrado un mayor impacto. Así lo cree Mercedes Bernal, chef del restaurante Meroma, uno de los mejores de la Ciudad de México y donde siempre se han preocupado por las comunidades que los rodean, el orígen de los productos y el impacto que generan. La pandemia les ha golpeado fuerte; incluso desde antes de que fuera obligatorio, ellos ya habían cerrado, pues las mesas se mantenían vacías y no merecía el riesgo de toda la gente que trabaja ahí. Su forma de darle la vuelta al asunto ha sido a través de gift-cards que se adquieren en su página de internet. La idea es comprar por adelantado y, en cuanto vuelvan a abrirse las puertas, se llenará la mesa de las delicias que ya fueron pagadas. Además, para hacer la iniciativa aún más provocadora, cada compra anticipada tiene un número de folio, con los que harán una rifa con regalos como una cena privada, clases de cocina con Sobremesa o una ronda de cocteles. Están además preparando una tienda, física como digital, para comprar los productos que le han ganado a Meroma los primeros lugares de la gastronomía local. “Nos enfocamos mucho a producto artesanal, hecho por nosotros, nos divierte empezar desde cero y hacerlo en casa y creo que es algo que ha salido mucho en la cuarentena”, dice Bernal para Gatopardo. “Queremos hacer un poco este concepto de productos muy artesanales al estilo Meroma, con los sabores que siempre usamos”. Estarán a la venta en la planta baja del restaurante, en una tienda en línea y con entregas a domicilio. Bernal se mantiene creativa, la situación no le parece menor. “Para nosotros estos proyectos son nuestra vida entera, les dedicamos años de trabajo, muchas horas; sacrificas mucho por tener un restaurante de este tipo y de pronto te lo quitan, así de la nada, por algo que está completamente fuera del control de todos. Es duro”.
Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro.
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Para el sector restaurantero, que por supuesto incluye también bares, el quédate en casa ha sido una sentencia dura. Para los nuevos, quizá peor. Café Ocampo abrió en septiembre del 2019 y aunque el bar estilo italiano ha tenido muchísimo éxito, a penas estaban alcanzando su ideal. “Seguíamos en la curva de aprendizaje y a penas llegábamos a nuestro punto óptimo en cuanto a staff, calidad de servicio, calidad de los tragos, de los alimentos”, platica Juan de la Campa, uno de los socios creadores, junto con Santiago Tron y el bartender Joseph Mortera. Para este concepto, sus creadores se inspiraron en los café-bares italianos, que por la mañana sirven espresso y conforme avanza el día los tragos empiezan a mezclarse. Su sabor insignia es el bitter, elemental del martini, negroni y otros cocteles mediterráneos. En un año, se ganaron la nominación de Best New International Cocktail Bar Latin America & Caribbean, de la fundación Tales of the Cocktail. Pero Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio. Preparan seis especialidades y las embotellan en unos frascos de vidrio con cuatro tragos servidos. Se piden por WhatsApp, teléfono o redes sociales y llegan a la puerta. “No es el solo hecho de pedir tu trago y que te lo bebas en tu casa; es más cómo es toda la experiencia de que te llegue”, relata De la Campa.
"La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua."
Además, se dieron cuenta del poder de la colaboración y han estado diseñando tragos especiales. Con Mezcal Creyente, por ejemplo, prepararon el Naked and Famous, un drink fresco, cítrico, que logra que la cuarentena se sienta menos encerrada. “Esto es ya para nosotros una nueva oportunidad de reinventarnos, innovar, intentar hacer cosas diferentes y si bien el ideal es que el centro de consumo abra y esté de nuevo operando, justo son estas oportunidades las que llegan para quedarse, y dentro de todo lo malo, poder sacar lo mejor”, dice Tron al teléfono. Hanky Panky y Waikiki Tiki Room también implementaron el trago a domicilio. Ellos guardan la bebida al alto vacío, listo para servirse sobre hielos. También, Tequila Reserva de la Familia sacó una iniciativa, para apoyar a los restaurantes, cocineros, meseros y staff del sector restaurantero por medio de una campaña digital y de venta de canastas, donde se regala una botella de Tequila Reserva de la Familia Extra Añejo junto con las propuestas culinarias de grandes chefs, para disfrutar de un exquisito maridaje que combina perfectamente estos dos mundos. Están colaborando con Jorge Vallejo (Quintonil), Marco Carboni (Bottega Sartoria), Enrique Olvera (Pujol), Edgar Núñez (Sud 777), Eduardo García (Máximo Bistrot) y Luis Robledo (Tout Chocolat).
Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio.
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Otro proyecto que ha sabido buscar los resquicios positivos es Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro. Los chefs Mane Rivera y Aldo Saavedra se inspiraron en un viaje en el que recorrieron México a través de sus sabores. Su menú está lleno de tradición y experiencia plasmado en sabores extraordinarios. Su proyecto, como todos, tuvo que cerrar en marzo, pero no quisieron dejar de apoyar a sus provedores de la central de abastos, así que comenzaron a armar unos huacales de frutas y verduras para quienes trabajan en Tierra Adentro y también para compañeros de la industria. Había que seguir moviéndose. “Al percatarnos de la creciente necesidad de trabajo para muchas personas que se relacionan con nosotros y nuestro restaurante, decidimos hacer un proyecto más grande en el que todos los implicados nos viéramos beneficiados, no imaginamos el gran impacto que éste tendría”, narran los chefs. El proyecto HUACAL comenzó a crecer: las canastas ahora se vendían y después agregaron el Mercadillo, que es una mesa con productos locales y de altísima calidad puesta afuera del restaurante, donde se recogen los huacales con hortalizas. Además, dada la necesidad de muchos taxistas, también se aliaron con algunos para darles trabajo, entregando los pedidos a domicilio. “El apoyo es la única forma en la que vamos a salir de esto”, dice el chef Saavedra. Aunque ahorita la cocina no sea su hogar, sabe que tiene un gran proyecto en manos y que solo se puede lograr si las estira, si hay alianzas. El coronavirus ha causado una crisis, sin lugar a dudas. Pero la única forma de salir de ella es con creatividad, y como lo han demostrado estos grandes restauranteros, con alianzas y apoyo comunitario.
Para mantenerse en pie, muchos proyectos de restaurantes y bares han tenido que crear alianzas y apoyo comunitario para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. Si el consumo local era ya un movimiento que había nacido con fuerza, ahora podría cobrar un impacto mayor.
Hay quienes dicen que no hay como la adversidad para evolucionar. La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua. La colaboración ha sido un eje para mantenerse en pie, pero cada proyecto ha diseñado propuestas para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. El tema de consumo local es un movimiento que llevaba varios años, pero ahora ha cobrado un mayor impacto. Así lo cree Mercedes Bernal, chef del restaurante Meroma, uno de los mejores de la Ciudad de México y donde siempre se han preocupado por las comunidades que los rodean, el orígen de los productos y el impacto que generan. La pandemia les ha golpeado fuerte; incluso desde antes de que fuera obligatorio, ellos ya habían cerrado, pues las mesas se mantenían vacías y no merecía el riesgo de toda la gente que trabaja ahí. Su forma de darle la vuelta al asunto ha sido a través de gift-cards que se adquieren en su página de internet. La idea es comprar por adelantado y, en cuanto vuelvan a abrirse las puertas, se llenará la mesa de las delicias que ya fueron pagadas. Además, para hacer la iniciativa aún más provocadora, cada compra anticipada tiene un número de folio, con los que harán una rifa con regalos como una cena privada, clases de cocina con Sobremesa o una ronda de cocteles. Están además preparando una tienda, física como digital, para comprar los productos que le han ganado a Meroma los primeros lugares de la gastronomía local. “Nos enfocamos mucho a producto artesanal, hecho por nosotros, nos divierte empezar desde cero y hacerlo en casa y creo que es algo que ha salido mucho en la cuarentena”, dice Bernal para Gatopardo. “Queremos hacer un poco este concepto de productos muy artesanales al estilo Meroma, con los sabores que siempre usamos”. Estarán a la venta en la planta baja del restaurante, en una tienda en línea y con entregas a domicilio. Bernal se mantiene creativa, la situación no le parece menor. “Para nosotros estos proyectos son nuestra vida entera, les dedicamos años de trabajo, muchas horas; sacrificas mucho por tener un restaurante de este tipo y de pronto te lo quitan, así de la nada, por algo que está completamente fuera del control de todos. Es duro”.
Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro.
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Para el sector restaurantero, que por supuesto incluye también bares, el quédate en casa ha sido una sentencia dura. Para los nuevos, quizá peor. Café Ocampo abrió en septiembre del 2019 y aunque el bar estilo italiano ha tenido muchísimo éxito, a penas estaban alcanzando su ideal. “Seguíamos en la curva de aprendizaje y a penas llegábamos a nuestro punto óptimo en cuanto a staff, calidad de servicio, calidad de los tragos, de los alimentos”, platica Juan de la Campa, uno de los socios creadores, junto con Santiago Tron y el bartender Joseph Mortera. Para este concepto, sus creadores se inspiraron en los café-bares italianos, que por la mañana sirven espresso y conforme avanza el día los tragos empiezan a mezclarse. Su sabor insignia es el bitter, elemental del martini, negroni y otros cocteles mediterráneos. En un año, se ganaron la nominación de Best New International Cocktail Bar Latin America & Caribbean, de la fundación Tales of the Cocktail. Pero Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio. Preparan seis especialidades y las embotellan en unos frascos de vidrio con cuatro tragos servidos. Se piden por WhatsApp, teléfono o redes sociales y llegan a la puerta. “No es el solo hecho de pedir tu trago y que te lo bebas en tu casa; es más cómo es toda la experiencia de que te llegue”, relata De la Campa.
"La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua."
Además, se dieron cuenta del poder de la colaboración y han estado diseñando tragos especiales. Con Mezcal Creyente, por ejemplo, prepararon el Naked and Famous, un drink fresco, cítrico, que logra que la cuarentena se sienta menos encerrada. “Esto es ya para nosotros una nueva oportunidad de reinventarnos, innovar, intentar hacer cosas diferentes y si bien el ideal es que el centro de consumo abra y esté de nuevo operando, justo son estas oportunidades las que llegan para quedarse, y dentro de todo lo malo, poder sacar lo mejor”, dice Tron al teléfono. Hanky Panky y Waikiki Tiki Room también implementaron el trago a domicilio. Ellos guardan la bebida al alto vacío, listo para servirse sobre hielos. También, Tequila Reserva de la Familia sacó una iniciativa, para apoyar a los restaurantes, cocineros, meseros y staff del sector restaurantero por medio de una campaña digital y de venta de canastas, donde se regala una botella de Tequila Reserva de la Familia Extra Añejo junto con las propuestas culinarias de grandes chefs, para disfrutar de un exquisito maridaje que combina perfectamente estos dos mundos. Están colaborando con Jorge Vallejo (Quintonil), Marco Carboni (Bottega Sartoria), Enrique Olvera (Pujol), Edgar Núñez (Sud 777), Eduardo García (Máximo Bistrot) y Luis Robledo (Tout Chocolat).
Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio.
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Otro proyecto que ha sabido buscar los resquicios positivos es Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro. Los chefs Mane Rivera y Aldo Saavedra se inspiraron en un viaje en el que recorrieron México a través de sus sabores. Su menú está lleno de tradición y experiencia plasmado en sabores extraordinarios. Su proyecto, como todos, tuvo que cerrar en marzo, pero no quisieron dejar de apoyar a sus provedores de la central de abastos, así que comenzaron a armar unos huacales de frutas y verduras para quienes trabajan en Tierra Adentro y también para compañeros de la industria. Había que seguir moviéndose. “Al percatarnos de la creciente necesidad de trabajo para muchas personas que se relacionan con nosotros y nuestro restaurante, decidimos hacer un proyecto más grande en el que todos los implicados nos viéramos beneficiados, no imaginamos el gran impacto que éste tendría”, narran los chefs. El proyecto HUACAL comenzó a crecer: las canastas ahora se vendían y después agregaron el Mercadillo, que es una mesa con productos locales y de altísima calidad puesta afuera del restaurante, donde se recogen los huacales con hortalizas. Además, dada la necesidad de muchos taxistas, también se aliaron con algunos para darles trabajo, entregando los pedidos a domicilio. “El apoyo es la única forma en la que vamos a salir de esto”, dice el chef Saavedra. Aunque ahorita la cocina no sea su hogar, sabe que tiene un gran proyecto en manos y que solo se puede lograr si las estira, si hay alianzas. El coronavirus ha causado una crisis, sin lugar a dudas. Pero la única forma de salir de ella es con creatividad, y como lo han demostrado estos grandes restauranteros, con alianzas y apoyo comunitario.
Para mantenerse en pie, muchos proyectos de restaurantes y bares han tenido que crear alianzas y apoyo comunitario para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. Si el consumo local era ya un movimiento que había nacido con fuerza, ahora podría cobrar un impacto mayor.
Hay quienes dicen que no hay como la adversidad para evolucionar. La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua. La colaboración ha sido un eje para mantenerse en pie, pero cada proyecto ha diseñado propuestas para que el confinamiento no sea sinónimo de fracaso sino de revolución. El tema de consumo local es un movimiento que llevaba varios años, pero ahora ha cobrado un mayor impacto. Así lo cree Mercedes Bernal, chef del restaurante Meroma, uno de los mejores de la Ciudad de México y donde siempre se han preocupado por las comunidades que los rodean, el orígen de los productos y el impacto que generan. La pandemia les ha golpeado fuerte; incluso desde antes de que fuera obligatorio, ellos ya habían cerrado, pues las mesas se mantenían vacías y no merecía el riesgo de toda la gente que trabaja ahí. Su forma de darle la vuelta al asunto ha sido a través de gift-cards que se adquieren en su página de internet. La idea es comprar por adelantado y, en cuanto vuelvan a abrirse las puertas, se llenará la mesa de las delicias que ya fueron pagadas. Además, para hacer la iniciativa aún más provocadora, cada compra anticipada tiene un número de folio, con los que harán una rifa con regalos como una cena privada, clases de cocina con Sobremesa o una ronda de cocteles. Están además preparando una tienda, física como digital, para comprar los productos que le han ganado a Meroma los primeros lugares de la gastronomía local. “Nos enfocamos mucho a producto artesanal, hecho por nosotros, nos divierte empezar desde cero y hacerlo en casa y creo que es algo que ha salido mucho en la cuarentena”, dice Bernal para Gatopardo. “Queremos hacer un poco este concepto de productos muy artesanales al estilo Meroma, con los sabores que siempre usamos”. Estarán a la venta en la planta baja del restaurante, en una tienda en línea y con entregas a domicilio. Bernal se mantiene creativa, la situación no le parece menor. “Para nosotros estos proyectos son nuestra vida entera, les dedicamos años de trabajo, muchas horas; sacrificas mucho por tener un restaurante de este tipo y de pronto te lo quitan, así de la nada, por algo que está completamente fuera del control de todos. Es duro”.
Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro.
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Para el sector restaurantero, que por supuesto incluye también bares, el quédate en casa ha sido una sentencia dura. Para los nuevos, quizá peor. Café Ocampo abrió en septiembre del 2019 y aunque el bar estilo italiano ha tenido muchísimo éxito, a penas estaban alcanzando su ideal. “Seguíamos en la curva de aprendizaje y a penas llegábamos a nuestro punto óptimo en cuanto a staff, calidad de servicio, calidad de los tragos, de los alimentos”, platica Juan de la Campa, uno de los socios creadores, junto con Santiago Tron y el bartender Joseph Mortera. Para este concepto, sus creadores se inspiraron en los café-bares italianos, que por la mañana sirven espresso y conforme avanza el día los tragos empiezan a mezclarse. Su sabor insignia es el bitter, elemental del martini, negroni y otros cocteles mediterráneos. En un año, se ganaron la nominación de Best New International Cocktail Bar Latin America & Caribbean, de la fundación Tales of the Cocktail. Pero Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio. Preparan seis especialidades y las embotellan en unos frascos de vidrio con cuatro tragos servidos. Se piden por WhatsApp, teléfono o redes sociales y llegan a la puerta. “No es el solo hecho de pedir tu trago y que te lo bebas en tu casa; es más cómo es toda la experiencia de que te llegue”, relata De la Campa.
"La pandemia del coronavirus ha sido quizás una de las malaventuras más grandes de la economía en la historia reciente, y donde los pequeños negocios han tenido que reinventarse para no quedarse en cuarentena perpetua."
Además, se dieron cuenta del poder de la colaboración y han estado diseñando tragos especiales. Con Mezcal Creyente, por ejemplo, prepararon el Naked and Famous, un drink fresco, cítrico, que logra que la cuarentena se sienta menos encerrada. “Esto es ya para nosotros una nueva oportunidad de reinventarnos, innovar, intentar hacer cosas diferentes y si bien el ideal es que el centro de consumo abra y esté de nuevo operando, justo son estas oportunidades las que llegan para quedarse, y dentro de todo lo malo, poder sacar lo mejor”, dice Tron al teléfono. Hanky Panky y Waikiki Tiki Room también implementaron el trago a domicilio. Ellos guardan la bebida al alto vacío, listo para servirse sobre hielos. También, Tequila Reserva de la Familia sacó una iniciativa, para apoyar a los restaurantes, cocineros, meseros y staff del sector restaurantero por medio de una campaña digital y de venta de canastas, donde se regala una botella de Tequila Reserva de la Familia Extra Añejo junto con las propuestas culinarias de grandes chefs, para disfrutar de un exquisito maridaje que combina perfectamente estos dos mundos. Están colaborando con Jorge Vallejo (Quintonil), Marco Carboni (Bottega Sartoria), Enrique Olvera (Pujol), Edgar Núñez (Sud 777), Eduardo García (Máximo Bistrot) y Luis Robledo (Tout Chocolat).
Café Ocampo logró ver la crisis como una oportunidad de cambio: empezó a hacer coctelería a domicilio.
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Otro proyecto que ha sabido buscar los resquicios positivos es Tierra Adentro Cocina, un restaurante en la colonia Portales Sur que ha demostrado que la gran gastronomía no tiene que ser carísima ni estar en la zona centro. Los chefs Mane Rivera y Aldo Saavedra se inspiraron en un viaje en el que recorrieron México a través de sus sabores. Su menú está lleno de tradición y experiencia plasmado en sabores extraordinarios. Su proyecto, como todos, tuvo que cerrar en marzo, pero no quisieron dejar de apoyar a sus provedores de la central de abastos, así que comenzaron a armar unos huacales de frutas y verduras para quienes trabajan en Tierra Adentro y también para compañeros de la industria. Había que seguir moviéndose. “Al percatarnos de la creciente necesidad de trabajo para muchas personas que se relacionan con nosotros y nuestro restaurante, decidimos hacer un proyecto más grande en el que todos los implicados nos viéramos beneficiados, no imaginamos el gran impacto que éste tendría”, narran los chefs. El proyecto HUACAL comenzó a crecer: las canastas ahora se vendían y después agregaron el Mercadillo, que es una mesa con productos locales y de altísima calidad puesta afuera del restaurante, donde se recogen los huacales con hortalizas. Además, dada la necesidad de muchos taxistas, también se aliaron con algunos para darles trabajo, entregando los pedidos a domicilio. “El apoyo es la única forma en la que vamos a salir de esto”, dice el chef Saavedra. Aunque ahorita la cocina no sea su hogar, sabe que tiene un gran proyecto en manos y que solo se puede lograr si las estira, si hay alianzas. El coronavirus ha causado una crisis, sin lugar a dudas. Pero la única forma de salir de ella es con creatividad, y como lo han demostrado estos grandes restauranteros, con alianzas y apoyo comunitario.
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