Yakampot es una de las firmas directrices en la moda mexicana contemporánea. Con más de diez años de historia, sus diseños, elaborados en alianza con un grupo de mujeres del sureste del país, reinventan la feminidad. Una firma que naces para vestir a una mujer fuerte, audaz y moderna.
A pocos kilómetros de San Cristóbal de las Casas, encontramos un paraje que habitan agricultores y artesanos, conocido como Yakampot, “lugar donde nace el agua” en tsotsil. Ubicada en el municipio de San Juan Chamula, esta localidad resguarda a un grupo de 30 mujeres que hacen posible una marca homónima consolidada y de las más emblemáticas en México. Esta propuesta nace con el deseo de vestir a una mujer fuerte, independiente, consciente de su historia y sus raíces, dice Concepción Orvañanos, directora y fundadora de la marca, Yakampot, en entrevista con Gatopardo.
La idea surge de la demanda de un público femenino que ansía comprar moda nacional; es la segunda de tres marcas que la empresaria ha desarrollado en su carrera. “Nace con vocación de amor”, dice Orvañanos, quien presentó la primera colección de su firma en 2013, una década después de que incursionara en la moda infantil con Arroz con Leche, en 2002. Su trabajo atiende cuatro necesidades, en palabras de Orvañanos: “Dar empleo a artesanas mexicanas; preservar las raíces mexicanas dentro de las comunidades de los grupos con que trabajamos; fortalecer la industria nacional de la confección; y poner el nombre de México en alto internacionalmente”.
El linaje de confección y bordado de Chiapas se ha transmitido por generaciones y generaciones entre las mujeres de sus comunidades. Mientras el equipo interno de Orvañanos y su directora creativa, Huguette Hubard, se encargan de las siluetas y el diseño de las prendas, las artesanas no solo las confeccionan, sino que tienen una voz y participación activa en todo el proceso. Esta fusión creativa retoma patrones tradicionales, como el clásico huipil de Xochistlahuaca, para crear prendas contemporáneas y modernas, cuya raíz sea evidente.
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En los años de consolidación de Yakampot, sus trazos han logrado integrar diferentes aspectos de lo femenino. La convergencia de opuestos es uno de los temas que subyacen a la creación de Orvañanos: cada vestido y top está diseñado para proyectar la dualidad de la mujer, que “es femenina y masculina a la vez. Se viste para el campo y para la ciudad, de día y de noche. Fuerza y sutilidad”, en palabras de la creadora. Las siluetas cuadráticas, poco acinturadas, casi oversized, y los amplios olanes configuran la imagen de la firma. “Sí es atrevida, no es para cualquier mujer, es casi como si llevaras una obra de arte, que nada más por llevar eso te arma”. Artistas como Julieta Venegas, Natalia Lafourcade, Cecilia Suárez y Yalitza Aparicio son algunas embajadoras de la marca.
El convulso 2020 obligó a la empresa a reestructurar su forma de producir y distribuir. Su presencia digital le permitió sobrevivir durante la pandemia, sin embargo, sus dos colecciones anuales de prendas fabricadas con lino importado evolucionaron a una que utiliza como base la manta de algodón, con diseños presentados en entregas mensuales. “Están pensadas mes a mes con campañas increíbles. Tienen una intención más allá de la ropa”, dice su fundadora sobre estas colecciones que se comprometen con la tierra y que están elaboradas con insumos nacionales; series que resultan de un linaje en formación, moderno y resiliente que diversifica la concepción de la feminidad mexicana.
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