Un día antes de esta entrevista Jeff Koons, quien fue alguna vez broker de Wall Street, recuperó el récord como el artista vivo más caro del mundo. El 15 de mayo la casa de subastas Christie’s vendió en más de 91 millones de dólares su pieza Rabbit (1986). Robert E. Mnuchin, dealer de arte y padre del Secretario de Estado del gobierno de Donald Trump, hizo la apuesta ganadora. 

La serie que despuntó su carrera como artista se tituló “Banalidad” y se lanzó con publicidad en la que posó con cerdos y chicas en bikini.  Es un artista que grita ambición, prefiere los anuncios a los catálogos y ha enfrentado demandas por plagio que en una ocasión llevaron al Centro Pompidou de París a retirar una obra de su retrospectiva.

Para sus piezas más emblemáticas elige objetos cotidianos que rehace a mayor escala, no sólo con precisión industrial e inteligencia estética, sino con un profundo conocimiento de mercado y de lo infalible que es apelar al juego, a la infancia; a lo brillante, prolijo y juguetón, como estrategia para conquistarlo.

Apariencia desnuda, en el Museo Jumex pone su obra frente a frente con la de Marcel Duchamp, considerado el artista más influyente del XX, una mente tan adelantada a su tiempo que seguramente vio venir la era de Jeff Koons. La muestra analiza su trabajo a través de lo que el francés llamaba la “cointeligencia de los contrarios”.