Don Julio enaltece la riqueza artesanal que proviene de manos mexicanas
Tequila Don Julio 1942 es el esfuerzo con el que la tequilera cierra el 2021 y aprovecha para ‘quitarse el sombrero’ y reconocer el talento de los artesanos wixaritári. Estas comunidades, Don Julio y Ensamble Artesano A.C. trabajaron juntos para crear una edición especial que es una extraordinaria obra de arte.
La botella es hermosa y elegante. Es una verdadera pieza de arte que luce la reconocible iconografía de las comunidades wixaritári de los estados de Jalisco y Nayarit, y, además, es una fiel interpretación de los valores que, como marca, han caracterizado a la casa tequilera Don Julio: el amor a la tierra, la pasión por el trabajo arduo y la importancia de la comunidad. Es así como nació una colaboración sui géneris para preparar la edición especial de Tequila Don Julio 1942, que acaba de ser lanzada a un mercado exclusivo.
Cynthia García Espinoza y Juan Pablo Molinar, gerente y embajador, respectivamente, de la marca tequilera Don Julio, comparten al alimón el proceso que llevó a la creación de una serie de botellas –1,200 piezas– de colección, creadas por las manos de artesanos wixaritári, como parte de la iniciativa Me quito el sombrero por México. Se trata de una afirmación, un gesto cargado de simbolismo, señalan, que celebra el orgullo de ser mexicanos al honrar una de las manifestaciones artísticas que mejor nos representan ante nosotros y ante el mundo: el arte artesanal mexicano.
A los representantes de Don Julio no les fue difícil decantarse por la propuesta de las comunidades wixaritári porque éstas se encuentran en un territorio muy cercano a los agaves que constituyen la materia prima del tequila. De ahí el orgullo por la tierra que Don Julio, como marca, siempre resalta. Otro punto de identificación es la importancia que se otorga a la fuerza que proviene de formar parte de una comunidad en la que cada aportación es valorada y verdaderamente suma para enfrentar de mejor manera los obstáculos en el camino.
Cynthia García Espinoza recuerda el impacto que a ella y a Juan Pablo les causó escuchar la respuesta de los artesanos a la descripción de los valores de Don Julio que se les encargó interpretar. Glosa, sin ser textuales, sus palabras: Nuestra Madre Naturaleza es el centro de todo lo que hacemos porque los frutos de la tierra son los que nos dan la energía para seguir adelante, son los que nos brindan la sabiduría para desarrollar nuestros sueños y esos sueños se transforman en un trabajo arduo que desemboca en éxitos. Más aún: cuando los artesanos wixaritári crearon el prototipo de lo que sería la botella conmemorativa de la Edición Especial 1942 de Don Julio, los representantes de la empresa tequilera quedaron “anonadados” –esa es la palabra que eligen para describir su experiencia– por la belleza y el poder simbólico de las imágenes que narran una historia que alude al propio desarrollo de la destilería jalisciense.
Sin cambios en el diseño, el prototipo elegido fue aprobado por ambas partes. Sólo hubo un pequeño ajuste en las tonalidades de la botella –la paleta de colores wixárika es más brillante y multicolor– para que fueran más acordes con las usadas por la marca para resaltar el apego a la tierra.
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