Le teme a las alturas pero no a la muerte, habla de sí mismo en tercera persona y no sabe nadar. Es economista, exsenador, exguerrillero, exalcalde de Bogotá y un político que espanta y enfurece a la clase dominante de la única nación sudamericana que nunca ha tenido un gobierno de izquierda. Gustavo Petro está muy cerca de convertirse en presidente de Colombia, pero tendrá que derrotar primero a los poderes más enraizados del país y a su propio ego.
Resulta un tanto paradójico que el sargazo despliegue un panorama tan lúgubre en las costas, cuando en aguas profundas juega exactamente el papel contrario. Esas algas que al tapizar las playas llegan a impedir el nacimiento de las tortugas marinas o a bloquear su avance desde el nido hacia el mar son las mismas que les dan protección y sustento a las crías que consiguen superar la franja continental.
No es un sueño romántico. A la par que se expande el modelo de agroquímicos, la resistencia también. Familias campesinas, de pequeños y medianos productores, estrechan lazos para recuperar el campo en el gran cinturón frutihortícola del Cono Sur. Esta es la historia de dos colectivos de agricultores que se oponen al arado intensivo, a los transgénicos y químicos, que queman el suelo, matan la vida. Y lo hacen a través de la agroecología, para recuperar los suelos, para defender los territorios.
Enclavada en el sur de la Riviera Maya, donde se levantan complejos hoteleros de cinco estrellas entre selvas tupidas y playas de arena blanca, se encuentra Chemuyil. Aquí el furor turístico avanza de manera descomunal: desplaza a los habitantes originarios y vuelve privadas sus playas. Actualmente diez desarrollos podrían extenderse sobre más de 400 hectáreas de áreas naturales. Por eso los mayas se organizan para preservar estos ecosistemas, cruciales en la lucha contra el cambio climático.
Un gran botín: la base de datos con información genética que resguarda la FGR. Un sospechoso: el excomisionado Nacional de Búsqueda, Roberto Cabrera Alfaro, acusado de robar datos para entregarlos a un laboratorio privado. Y un país con morgues y panteones que desbordan cuerpos sin identificar. Ésta es una crónica de cómo se lucra con el dolor en un país que duplicó en tres años el número oficial de desaparecidos; una historia de convenios opacos y laboratorios privados que buscan hacer negocio y de un Estado, incapaz y corrupto, que les abre esa puerta.
Le pusieron un nombre colonizado, le cortaron el pelo al estilo colonizado y le enseñaron a hablar español en lugar de kichwa. Pero Yaku Pérez Guartambel se cambió el nombre y se hizo una carrera política. Recorrió las calles en bicicleta de bambú, promovió la entrega de canastas agroecológicas y sumó a su discurso la lucha feminista, las diversidades sexuales y los pueblos indígenas. Este defensor ambiental, que pide radicalmente un Ecuador libre de minería, podría seguir siendo un portavoz para los pueblos originarios de su país.
Salamanca es una comunidad aislada del mundo. Sus habitantes no cuentan con televisión ni radio mediante los cuales puedan informarse sobre el cambio climático y los únicos libros que leen son ediciones del Nuevo Testamento. Todo aquí ha sido forjado con sus propias manos, para ellos el trabajo físico es lo más preciado, sobre todo, el trabajo en el campo. Esta visión del mundo no solamente los ha hecho grandes agricultores; también los ha vuelto partícipes del deterioro ambiental.
La comunidad haitiana que comenzó a formarse hace cinco años en Tijuana, en la frontera norte de México, y que parecía haberse asentado, ahora se disuelve. Su objetivo sigue vigente: cruzar la frontera y pedir asilo a la nación de Joe Biden. Luego de la inestabilidad política de Haití, el asesinato de su presidente y los desastres naturales que han azotado la isla caribeña, las nuevas olas de haitianos continúan llegando. Y aunque ahora se enfrentan a cambios en las políticas migratorias, el anhelo sigue siendo el mismo.
El “programa milagro” del gobierno mexicano para apoyar el campo ha devastado miles de hectáreas de bosque y selva y avanza gastando millones de pesos sin ofrecer un futuro viable a la población campesina más pobre. Como toda burbuja, corre el riesgo de romperse al final del sexenio. En Chiapas, uno de los estados a los que se han destinado más recursos del programa, la gente está sembrando en la Reserva de la Biósfera Montes Azules sin que nada frene la devastación.
En Venezuela, donde no hay espacio para la disidencia, los medios sortean todo tipo de restricciones y censura. En plena pandemia sobreviven diecinueve diarios impresos de los 130 que circulaban hace siete años. Así aparece El Bus TV, un grupo de periodistas que, con un altoparlante, en autobuses o desde los balcones de los barrios más precarios, llevan a la gente las noticias que escapan del discurso oficial.
Llegar a la cima de la política salvadoreña le tomó diez años. Nayib Bukele comenzó como publicista de un partido de izquierdas, se convirtió en alcalde y a partir de ahí rompió las reglas de la corrección política. Quizás nadie habría imaginado que aquel muchacho que comenzó a gobernar un país a los 38 años, que se tomaba selfies, que prometía modernidad, dos años después lo compararían con Hugo Chávez o Daniel Ortega. Bukele está a punto de romper una democracia.
El delta del Paraná es uno de los ecosistemas más biodiversos de América Latina y el río es, además, una vía comercial importante para varios países. Hoy enfrenta la más prolongada bajante de su historia.
El Tren Maya, que se vende como una gran vía de desarrollo para el sur de México, le cambiará el rostro a la península de Yucatán atravesando nueve áreas naturales protegidas e ignorando por completo la voz de miles de mayas que están cansados de ver su patrimonio cultural y natural ser utilizado como moneda de cambio.
La fotógrafa Mariceu Erthal visitó a una pareja de cubanos cuya hija, Iriana, migró a Europa en busca de mejores oportunidades de vida. Este foto ensayo recoge las preciosas experiencias que intercambiaron.
En Teapa, Tabasco, el mayor productor de plátano en México, se perdieron enormes extensiones de este fruto con las lluvias torrenciales de 2020. Meses después, cerca de 20 mil personas continúan viviendo de él. Un monocultivo que además se ha convertido en paradoja: es el principal sustento económico para los agricultores y, a la vez, uno de los factores que ha vuelto las inundaciones más frecuentes.
En la Central de Abasto donde laboran poco más de 90 mil trabajadores, se produce la mayor cantidad de desperdicio de alimentos de toda la capital mexicana: 561 toneladas. Por eso, aquí todos los días decenas de personas en la pobreza llegan a buscar en los basureros algún alimento que llevar a su mesa.
Sin órdenes de aprehensión ni apego a los derechos humanos, hace 18 años detuvieron a seis hombres inocentes bajo la acusación de secuestro, delitos contra la salud y delincuencia organizada. Su detención se presentó como un éxito de la procuración de justicia en México. En un sistema judicial fallido, su suerte estaba echada. La batalla judicial de los presuntos Kempes sigue en curso. Sus familiares ya no solo claman por la libertad, sino porque se haga justicia.
Aunque lleva 30 años fuera de México, Cristina Rivera Garza nunca lo ha abandonado. Siempre vuelve a él en la obra literaria que ha construido. Su historia familiar es una de migración y fronteras, que se remonta a la antigua región algodonera en el norte de México y que ahora ella explora en su más reciente novela, Autobiografía del algodón. En octubre pasado, recibió la MacArthur Fellowship 2020, una suerte de bautizo en el mundo literario anglosajón.
Para los rarámuri, y otros pueblos vecinos de la Sierra Tarahumara, las enfermedades se combaten con la espiritualidad, pero ésta no ha sido suficiente para acabar con la desnutrición que se ha vuelto mortal en el noroeste de México. La pandemia de Covid-19 llegó a esta región acompañada de una terrible sequía que amenaza con ensanchar aún más la brecha de marginación social y privar de servicios básicos a una zona históricamente violenta.
Desde el 4 de septiembre, cuando el edificio de la CNDH quedó oficialmente tomado, la fotoperiodista Andrea Murcia ha pasado ahí todos los días para documentar lo que interpreta como una señal de que las mujeres están recuperando su lugar en la historia, por ellas y por las que ya no están.
Greta Thunberg provocó un huracán en América Latina, cuando cientos de jóvenes se movilizaron para exigir que empresas y gobiernos detuvieran el cambio climático. Ahora, en medio de la pandemia, nada detiene su resistencia enmarcada por el movimiento Jóvenes por el Clima. En medio de los incendios y de la contaminación más brutal, estos estudiantes se han convertido en interlocutores para el poder político en sus respectivos países, a la vez que claman por un mejor planeta.
Más de un millón de mujeres mexicanas ha dado a luz durante la crisis sanitaria. Los especialistas del Instituto Nacional de Perinatología, en la Ciudad de México, han hecho grandes esfuerzos para conocer mejor a su enemigo y descubrir cuáles podrán ser las consecuencias en los fetos y en los recién nacidos que se infectaron. Hoy se sabe que la enfermedad que provoca el SARS-CoV-2 es la primera causa de muerte materna en México. En el cuarto país con más muertes por Covid-19, éste es otro hospital trastocado por la pandemia.
Cuando se convirtieron en sinónimo de peligro y contagio, las escuelas tuvieron que cerrar. Millones de niños y niñas no pudieron seguir la educación en línea y quedaron a la deriva. La pandemia vino a resaltar las viejas grietas de América Latina: las desigualdades sociales, las distancias económicas y la brecha digital. Pero hubo maestros que con ingenio y organización no dejaron solos a sus alumnos. Éstas son historias de heroicidad de quienes, a pesar de todo, siguieron ejerciendo su oficio: la enseñanza.
Crudo, sensible y honesto, este trabajo, merecedor del 1er lugar del concurso de fotografía «Historias de un mundo distinto», iluminó más que cualquier otro una de las caras más oscuras de la pandemia, la sombra en la que viven quienes, mucho antes de esto, ya sufrían discriminación, violencia y marginación. Este año vieron apagarse su única de fuente de ingresos para quedar en un completo abandono.
Rodrigo Londoño se ufana de varias cosas: de entrar a la selva y poder salir con una sola brújula, de saber prender fuego sin que el humo llegue al cielo y de hacerlo con madera verde y mojada. Pasó a la historia como el hombre que firmó la paz colombiana, el acuerdo con el que la guerrilla más vieja de América Latina entregó las armas. Entrevistado en su casa, el último líder de una guerrilla, pide perdón pero no lo espera.
En septiembre se reanudó el transporte intermunicipal de Colombia. Los recolectores de café pudieron regresar a perseguir las cosechas, con la diferencia de que ahora deben usar un tapabocas para que la policía no les detenga el paso. Ellos son una mano de obra vulnerable, hombres mayores de 70 años con largas jornadas de trabajo. A la fecha, hay 230 veredas productoras colombianas de café con contagios de Covid-19.
La escasez de oxígeno y la extrema humedad en La Rinconada hacen que las jornadas de trabajo sean extenuantes; además, las vidas de los mineros están en peligro en todo momento por el riesgo de derrumbes, intoxicación por gases o metales pesados, y explosiones de dinamita.
Facundo Jones Huala cumple una condena en una prisión de Chile. Es el rostro de un conflicto que va más allá de la defensa por la propiedad de la tierra en la Patagonia, y que ha provocado el resurgimiento de la resistencia mapuche. Dice que la cárcel no detendrá el despertar de su pueblo, y que los gobiernos argentino y chileno son sus verdugos. Que si no resisten, los mapuches mueren.
Le teme a las alturas pero no a la muerte, habla de sí mismo en tercera persona y no sabe nadar. Es economista, exsenador, exguerrillero, exalcalde de Bogotá y un político que espanta y enfurece a la clase dominante de la única nación sudamericana que nunca ha tenido un gobierno de izquierda. Gustavo Petro está muy cerca de convertirse en presidente de Colombia, pero tendrá que derrotar primero a los poderes más enraizados del país y a su propio ego.
Resulta un tanto paradójico que el sargazo despliegue un panorama tan lúgubre en las costas, cuando en aguas profundas juega exactamente el papel contrario. Esas algas que al tapizar las playas llegan a impedir el nacimiento de las tortugas marinas o a bloquear su avance desde el nido hacia el mar son las mismas que les dan protección y sustento a las crías que consiguen superar la franja continental.
No es un sueño romántico. A la par que se expande el modelo de agroquímicos, la resistencia también. Familias campesinas, de pequeños y medianos productores, estrechan lazos para recuperar el campo en el gran cinturón frutihortícola del Cono Sur. Esta es la historia de dos colectivos de agricultores que se oponen al arado intensivo, a los transgénicos y químicos, que queman el suelo, matan la vida. Y lo hacen a través de la agroecología, para recuperar los suelos, para defender los territorios.
Enclavada en el sur de la Riviera Maya, donde se levantan complejos hoteleros de cinco estrellas entre selvas tupidas y playas de arena blanca, se encuentra Chemuyil. Aquí el furor turístico avanza de manera descomunal: desplaza a los habitantes originarios y vuelve privadas sus playas. Actualmente diez desarrollos podrían extenderse sobre más de 400 hectáreas de áreas naturales. Por eso los mayas se organizan para preservar estos ecosistemas, cruciales en la lucha contra el cambio climático.
Un gran botín: la base de datos con información genética que resguarda la FGR. Un sospechoso: el excomisionado Nacional de Búsqueda, Roberto Cabrera Alfaro, acusado de robar datos para entregarlos a un laboratorio privado. Y un país con morgues y panteones que desbordan cuerpos sin identificar. Ésta es una crónica de cómo se lucra con el dolor en un país que duplicó en tres años el número oficial de desaparecidos; una historia de convenios opacos y laboratorios privados que buscan hacer negocio y de un Estado, incapaz y corrupto, que les abre esa puerta.
Le pusieron un nombre colonizado, le cortaron el pelo al estilo colonizado y le enseñaron a hablar español en lugar de kichwa. Pero Yaku Pérez Guartambel se cambió el nombre y se hizo una carrera política. Recorrió las calles en bicicleta de bambú, promovió la entrega de canastas agroecológicas y sumó a su discurso la lucha feminista, las diversidades sexuales y los pueblos indígenas. Este defensor ambiental, que pide radicalmente un Ecuador libre de minería, podría seguir siendo un portavoz para los pueblos originarios de su país.
Salamanca es una comunidad aislada del mundo. Sus habitantes no cuentan con televisión ni radio mediante los cuales puedan informarse sobre el cambio climático y los únicos libros que leen son ediciones del Nuevo Testamento. Todo aquí ha sido forjado con sus propias manos, para ellos el trabajo físico es lo más preciado, sobre todo, el trabajo en el campo. Esta visión del mundo no solamente los ha hecho grandes agricultores; también los ha vuelto partícipes del deterioro ambiental.
La comunidad haitiana que comenzó a formarse hace cinco años en Tijuana, en la frontera norte de México, y que parecía haberse asentado, ahora se disuelve. Su objetivo sigue vigente: cruzar la frontera y pedir asilo a la nación de Joe Biden. Luego de la inestabilidad política de Haití, el asesinato de su presidente y los desastres naturales que han azotado la isla caribeña, las nuevas olas de haitianos continúan llegando. Y aunque ahora se enfrentan a cambios en las políticas migratorias, el anhelo sigue siendo el mismo.
El “programa milagro” del gobierno mexicano para apoyar el campo ha devastado miles de hectáreas de bosque y selva y avanza gastando millones de pesos sin ofrecer un futuro viable a la población campesina más pobre. Como toda burbuja, corre el riesgo de romperse al final del sexenio. En Chiapas, uno de los estados a los que se han destinado más recursos del programa, la gente está sembrando en la Reserva de la Biósfera Montes Azules sin que nada frene la devastación.
En Venezuela, donde no hay espacio para la disidencia, los medios sortean todo tipo de restricciones y censura. En plena pandemia sobreviven diecinueve diarios impresos de los 130 que circulaban hace siete años. Así aparece El Bus TV, un grupo de periodistas que, con un altoparlante, en autobuses o desde los balcones de los barrios más precarios, llevan a la gente las noticias que escapan del discurso oficial.
Llegar a la cima de la política salvadoreña le tomó diez años. Nayib Bukele comenzó como publicista de un partido de izquierdas, se convirtió en alcalde y a partir de ahí rompió las reglas de la corrección política. Quizás nadie habría imaginado que aquel muchacho que comenzó a gobernar un país a los 38 años, que se tomaba selfies, que prometía modernidad, dos años después lo compararían con Hugo Chávez o Daniel Ortega. Bukele está a punto de romper una democracia.
El delta del Paraná es uno de los ecosistemas más biodiversos de América Latina y el río es, además, una vía comercial importante para varios países. Hoy enfrenta la más prolongada bajante de su historia.
El Tren Maya, que se vende como una gran vía de desarrollo para el sur de México, le cambiará el rostro a la península de Yucatán atravesando nueve áreas naturales protegidas e ignorando por completo la voz de miles de mayas que están cansados de ver su patrimonio cultural y natural ser utilizado como moneda de cambio.
La fotógrafa Mariceu Erthal visitó a una pareja de cubanos cuya hija, Iriana, migró a Europa en busca de mejores oportunidades de vida. Este foto ensayo recoge las preciosas experiencias que intercambiaron.
En Teapa, Tabasco, el mayor productor de plátano en México, se perdieron enormes extensiones de este fruto con las lluvias torrenciales de 2020. Meses después, cerca de 20 mil personas continúan viviendo de él. Un monocultivo que además se ha convertido en paradoja: es el principal sustento económico para los agricultores y, a la vez, uno de los factores que ha vuelto las inundaciones más frecuentes.
En la Central de Abasto donde laboran poco más de 90 mil trabajadores, se produce la mayor cantidad de desperdicio de alimentos de toda la capital mexicana: 561 toneladas. Por eso, aquí todos los días decenas de personas en la pobreza llegan a buscar en los basureros algún alimento que llevar a su mesa.
Sin órdenes de aprehensión ni apego a los derechos humanos, hace 18 años detuvieron a seis hombres inocentes bajo la acusación de secuestro, delitos contra la salud y delincuencia organizada. Su detención se presentó como un éxito de la procuración de justicia en México. En un sistema judicial fallido, su suerte estaba echada. La batalla judicial de los presuntos Kempes sigue en curso. Sus familiares ya no solo claman por la libertad, sino porque se haga justicia.
Aunque lleva 30 años fuera de México, Cristina Rivera Garza nunca lo ha abandonado. Siempre vuelve a él en la obra literaria que ha construido. Su historia familiar es una de migración y fronteras, que se remonta a la antigua región algodonera en el norte de México y que ahora ella explora en su más reciente novela, Autobiografía del algodón. En octubre pasado, recibió la MacArthur Fellowship 2020, una suerte de bautizo en el mundo literario anglosajón.
Para los rarámuri, y otros pueblos vecinos de la Sierra Tarahumara, las enfermedades se combaten con la espiritualidad, pero ésta no ha sido suficiente para acabar con la desnutrición que se ha vuelto mortal en el noroeste de México. La pandemia de Covid-19 llegó a esta región acompañada de una terrible sequía que amenaza con ensanchar aún más la brecha de marginación social y privar de servicios básicos a una zona históricamente violenta.
Desde el 4 de septiembre, cuando el edificio de la CNDH quedó oficialmente tomado, la fotoperiodista Andrea Murcia ha pasado ahí todos los días para documentar lo que interpreta como una señal de que las mujeres están recuperando su lugar en la historia, por ellas y por las que ya no están.
Greta Thunberg provocó un huracán en América Latina, cuando cientos de jóvenes se movilizaron para exigir que empresas y gobiernos detuvieran el cambio climático. Ahora, en medio de la pandemia, nada detiene su resistencia enmarcada por el movimiento Jóvenes por el Clima. En medio de los incendios y de la contaminación más brutal, estos estudiantes se han convertido en interlocutores para el poder político en sus respectivos países, a la vez que claman por un mejor planeta.
Más de un millón de mujeres mexicanas ha dado a luz durante la crisis sanitaria. Los especialistas del Instituto Nacional de Perinatología, en la Ciudad de México, han hecho grandes esfuerzos para conocer mejor a su enemigo y descubrir cuáles podrán ser las consecuencias en los fetos y en los recién nacidos que se infectaron. Hoy se sabe que la enfermedad que provoca el SARS-CoV-2 es la primera causa de muerte materna en México. En el cuarto país con más muertes por Covid-19, éste es otro hospital trastocado por la pandemia.
Cuando se convirtieron en sinónimo de peligro y contagio, las escuelas tuvieron que cerrar. Millones de niños y niñas no pudieron seguir la educación en línea y quedaron a la deriva. La pandemia vino a resaltar las viejas grietas de América Latina: las desigualdades sociales, las distancias económicas y la brecha digital. Pero hubo maestros que con ingenio y organización no dejaron solos a sus alumnos. Éstas son historias de heroicidad de quienes, a pesar de todo, siguieron ejerciendo su oficio: la enseñanza.
Crudo, sensible y honesto, este trabajo, merecedor del 1er lugar del concurso de fotografía «Historias de un mundo distinto», iluminó más que cualquier otro una de las caras más oscuras de la pandemia, la sombra en la que viven quienes, mucho antes de esto, ya sufrían discriminación, violencia y marginación. Este año vieron apagarse su única de fuente de ingresos para quedar en un completo abandono.
Rodrigo Londoño se ufana de varias cosas: de entrar a la selva y poder salir con una sola brújula, de saber prender fuego sin que el humo llegue al cielo y de hacerlo con madera verde y mojada. Pasó a la historia como el hombre que firmó la paz colombiana, el acuerdo con el que la guerrilla más vieja de América Latina entregó las armas. Entrevistado en su casa, el último líder de una guerrilla, pide perdón pero no lo espera.
En septiembre se reanudó el transporte intermunicipal de Colombia. Los recolectores de café pudieron regresar a perseguir las cosechas, con la diferencia de que ahora deben usar un tapabocas para que la policía no les detenga el paso. Ellos son una mano de obra vulnerable, hombres mayores de 70 años con largas jornadas de trabajo. A la fecha, hay 230 veredas productoras colombianas de café con contagios de Covid-19.
La escasez de oxígeno y la extrema humedad en La Rinconada hacen que las jornadas de trabajo sean extenuantes; además, las vidas de los mineros están en peligro en todo momento por el riesgo de derrumbes, intoxicación por gases o metales pesados, y explosiones de dinamita.
Facundo Jones Huala cumple una condena en una prisión de Chile. Es el rostro de un conflicto que va más allá de la defensa por la propiedad de la tierra en la Patagonia, y que ha provocado el resurgimiento de la resistencia mapuche. Dice que la cárcel no detendrá el despertar de su pueblo, y que los gobiernos argentino y chileno son sus verdugos. Que si no resisten, los mapuches mueren.