Este es uno de los municipios del país que han crecido de manera vertiginosa; lo apodaron “Pescorea” por la comunidad coreana que llegó cuando Kia Motors levantó una planta en su territorio. ¿Qué ha pasado con esa comunidad migrante y cómo ha cambiado realmente esta pequeña ciudad del norte mexicano?
Santa Fe es una de las zonas urbanas más conflictivas. Diseñada para recorrerla en auto y no salir de ella. Creada conforme la Ciudad de México iba expandiéndose, cubrió cumbres, barrancas y autopistas federales. Atrajo corporativos, colegios privados y boyantes proyectos inmobiliarios. Esta es una mirada a Santa Fe y sus contrastes. Una crónica que observa este distrito amurallado, no por concreto, sino por fronteras socioeconómicas.
En 2012, un evento en Facebook dio origen a las “batallas de gallos”, competencias de rap improvisado que llevaron a miles de jóvenes a tomar las plazas públicas, dispuestos a demostrar sus habilidades de improvisación, hip hop y rima. Las competencias se grabaron, se colgaron en internet y se volvieron virales. Este movimiento underground congrega a jóvenes que sueñan con hacer rap y saltar a la fama. Las plazas se convierten en espacios de práctica y visibilidad, de catapulta. Para ellos, la plaza es el futuro.
El ozono es bueno mientras se mantenga lejos de la vida humana y de su entorno. Allá arriba, a 32 000 metros de altura, se regenera a una tasa de cuatrocientos millones de toneladas métricas diariamente, sin molestar a nadie. Sin embargo, en nuestras ciudades se ha convertido en el principal contaminante que respiramos.
Ricardo Hernández consiguió el Premio Nacional de Periodismo 2022, en la categoría de Periodismo Narrativo, por esta crónica que visualiza la cara oculta de Cancún: barrios grises, núcleos de población sobre propiedad privada, pública o ejidal que ha sido ocupada sin permisos ni servicios. Quienes habitan estos espacios sostienen la base más baja de la pirámide económica de esta ciudad.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano pretende levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Para ambas partes, los vientos tendrán que enunciarse desde otros saberes.
La migración haitiana genera tensiones en República Dominicana, donde se calculan cerca de quinientos mil migrantes. Gran parte de sus vecinos cree que ellos son uno de los problemas más graves que tienen, por el constante flujo de migración y porque los desplazan en empleos. Durante el apogeo de la industria azucarera, miles de haitianos llegaron aquí para cortar caña y se establecieron en comunidades donde hoy viven hacinados, sin pensiones ni papeles.
Le teme a las alturas pero no a la muerte, habla de sí mismo en tercera persona y no sabe nadar. Es economista, exsenador, exguerrillero, exalcalde de Bogotá y un político que espanta y enfurece a la clase dominante de la única nación sudamericana que nunca ha tenido un gobierno de izquierda. Gustavo Petro está muy cerca de convertirse en presidente de Colombia, pero tendrá que derrotar primero a los poderes más enraizados del país y a su propio ego.
Lejos de las grandes ciudades, en el caribe mexicano, las mujeres indígenas reconocen que la violencia machista las atraviesa por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, llevan tiempo emprendiendo otra lucha: la del reconocimiento de su identidad. Un grupo decidió unirse para visibilizar la discriminación y la violencia de género. Fundaron la Coordinadora de Mujeres Mayas de Quintana Roo para dar apoyo y acompañamiento legal a otras mujeres indígenas, así como talleres, asesoría y hasta servicio de intérpretes.
Resulta un tanto paradójico que el sargazo despliegue un panorama tan lúgubre en las costas, cuando en aguas profundas juega exactamente el papel contrario. Esas algas que al tapizar las playas llegan a impedir el nacimiento de las tortugas marinas o a bloquear su avance desde el nido hacia el mar son las mismas que les dan protección y sustento a las crías que consiguen superar la franja continental.
Podría decirse que los cubanos han vivido permanentemente en crisis. En los últimos años, además, se han enfrentado a una de las oleadas migratorias más alarmantes de su historia. En un contexto de represión, escasez y violaciones a los derechos humanos y a la libertad de expresión, la falta de una alternativa política al régimen comunista ha hecho que periodistas, artistas y activistas tengan que elegir entre el exilio o la cárcel. En el caso cubano, el exilio es un privilegio, fundamentalmente blanco, instruido, intelectual.
La serotonina es la moneda de cambio de la alegría. Casi podemos comprarla, imaginamos, con un par de zapatos, un lindo recuerdo, una pastilla (legal o ilegal). Nos dicen que es la hormona de la felicidad, de la amistad y de la sensación de bienestar. Pero aquí está la cosa: en la economía de la serotonina, la fábrica de billetes somos nosotros.
Una mirada al mundo del box semiprofesional y amateur. Ésta es la crónica de un gimnasio municipal en el norte mexicano, en Saltillo, Coahuila, donde se practica la vocación inquebrantable de controlarse a sí mismo y dominar al otro. Un territorio quizás oscuro, el de la mente, de personas con depresión, adicciones y estrés postraumático, entre otros trastornos, que utilizan la disciplina para superar una herida más allá del dolor físico.
Los estudios clínicos con psilocibina y otros psicodélicos que se realizan en universidades extranjeras generan entusiasmo por su potencial para aliviar una variedad de trastornos mentales. En México las personas se acercan a estas alternativas a través de rituales tradicionales indígenas, ceremonias contemporáneas o sesiones con terapeutas que trabajan a la sombra de la prohibición.
Uruguay encabeza todos los índices de calidad de vida. Persigue el ideal de una sociedad igualitaria, tiene un alto ingreso per cápita y sus niveles de pobreza son tan bajos que suelen llamarle “la Suiza de América”. Sin embargo, también lidera la tasa de suicidios de la región. Algo sucede dentro de estas fronteras que lo distingue de otros países y cuya consecuencia es que un número alarmante de habitantes quiera dejar de existir.
Los bosques de luciérnagas se están apagando. Las causas se encuentran en muchos lados: el turismo sin regulación, las sequías, los incendios, la agricultura y la contaminación lumínica de las ciudades. Lo que ocurre en Tlaxcala es un fenómeno conocido como “extinción local”. Detrás está el cambio climático: el aumento del calor está siendo catastrófico para una especie pequeña que depende de la humedad y la oscuridad para sobrevivir.
Las altas temperaturas están detrás los últimos desastres naturales en América Latina: incendios forestales, vendavales, inundaciones y deslizamientos. Eventos como el del huracán Iota se han vuelto cada vez más fuertes y frecuentes. En Colombia, por ejemplo, ninguna dependencia gubernamental está contabilizando a los refugiados climáticos. Es un fenómeno invisible. Para 2050 se estima que cerca de 216 millones de personas en el mundo tendrán que abandonar sus tierras por cuenta del clima.
El enfriamiento del planeta ocasionó, hace 305 millones de años, lo que ahora conocemos como el colapso de las selvas tropicales del Carbonífero, un evento de extinción masiva.
No es un sueño romántico. A la par que se expande el modelo de agroquímicos, la resistencia también. Familias campesinas, de pequeños y medianos productores, estrechan lazos para recuperar el campo en el gran cinturón frutihortícola del Cono Sur. Esta es la historia de dos colectivos de agricultores que se oponen al arado intensivo, a los transgénicos y químicos, que queman el suelo, matan la vida. Y lo hacen a través de la agroecología, para recuperar los suelos, para defender los territorios.
Enclavada en el sur de la Riviera Maya, donde se levantan complejos hoteleros de cinco estrellas entre selvas tupidas y playas de arena blanca, se encuentra Chemuyil. Aquí el furor turístico avanza de manera descomunal: desplaza a los habitantes originarios y vuelve privadas sus playas. Actualmente diez desarrollos podrían extenderse sobre más de 400 hectáreas de áreas naturales. Por eso los mayas se organizan para preservar estos ecosistemas, cruciales en la lucha contra el cambio climático.
Desde el exterior se percibe esta imagen perfecta del también conocido como mar de Cortés. El refugio del lobo marino, el tiburón ballena o la ballena jorobada. Romantizado como ejemplo de conservación, ha provocado que lleguen aquí más visitantes e intereses de afuera. Las rachas de calor en el océano, la sobrepesca que irrumpe la cadena trófica y el acoso de las inmobiliarias a los humedales son factores que, en conjunto, vulneran estos litorales que antes fueran dignos de tramas aventureras.
Lloraron la caída de Evo Morales. Protestaron. Las desalojaron de las plazas públicas. Nada pudo silenciarlas. Con las revueltas populares y las políticas de inclusión de los últimos años, las mujeres indígenas y mestizas de la zona andina ganaron un protagonismo inédito. No han logrado erradicar, sin embargo, la discriminación histórica, a lo mucho la han neutralizado o vuelto menos pública. En torno a la pollera —la falda definitiva de la chola boliviana— gira hoy una galopante industria cultural.
La forma masculina es un fotoensayo del uruguayo Santiago Barreiro donde construye un perfil sobre la masculinidad en la danza latinoamericana. Esta cobertura, iniciada en las academias de La Habana en 2018, se extendió por un lapso de dos años y cruzó cuatro países —México, Colombia, Perú y Cuba—. Se desarrolló en la confidencia con los bailarines, quienes, desde pequeños y frente a sus familias, tuvieron —aún tienen— que justificar su elección de dedicarse a esta disciplina. Ante la cámara, ellos revelan su vida íntima, fraterna y comunitaria en los salones de danza.
Un gran botín: la base de datos con información genética que resguarda la FGR. Un sospechoso: el excomisionado Nacional de Búsqueda, Roberto Cabrera Alfaro, acusado de robar datos para entregarlos a un laboratorio privado. Y un país con morgues y panteones que desbordan cuerpos sin identificar. Ésta es una crónica de cómo se lucra con el dolor en un país que duplicó en tres años el número oficial de desaparecidos; una historia de convenios opacos y laboratorios privados que buscan hacer negocio y de un Estado, incapaz y corrupto, que les abre esa puerta.
En el imaginario colectivo, el ADN parece tener un carácter inmutable. Pretendemos justificar muchos comportamientos o costumbres diciendo “es que está en mis genes”, como si la doble hélice fuera una sentencia dictada en el momento de nuestra concepción. Pero nuestro ADN cambia.
Le pusieron un nombre colonizado, le cortaron el pelo al estilo colonizado y le enseñaron a hablar español en lugar de kichwa. Pero Yaku Pérez Guartambel se cambió el nombre y se hizo una carrera política. Recorrió las calles en bicicleta de bambú, promovió la entrega de canastas agroecológicas y sumó a su discurso la lucha feminista, las diversidades sexuales y los pueblos indígenas. Este defensor ambiental, que pide radicalmente un Ecuador libre de minería, podría seguir siendo un portavoz para los pueblos originarios de su país.
Irma Pineda empezó su vida escuchando los poemas en español que le leía su padre y nutriéndose del idioma diidxazá que oía de su madre. Todo cambió el día en que el ejército irrumpió en Juchitán y se llevó a su padre para siempre. La poeta zapoteca es heredera de una tradición combativa, de protesta y de organización política y social; tanto su cultura como su militancia le han permitido hacerse de un lugar digno en el mundo. Hoy representa a los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe ante la ONU.
Seis décadas atrapados en el sótano de una industria multimillonaria, los jugadores del equipo Centro Español podrían ser los más desventurados de Argentina. Nunca han subido de categoría ni generan el dinero que convoca a los carroñeros del fútbol, pero ellos no pierden la esperanza. Esta es la historia de un equipo acostumbrado a jugar en las penumbras del país que alumbró a Diego Maradona y Lionel Messi, donde sólo 2% de los futbolistas que arrancan en categorías menores logran ser profesionales.
Este es uno de los municipios del país que han crecido de manera vertiginosa; lo apodaron “Pescorea” por la comunidad coreana que llegó cuando Kia Motors levantó una planta en su territorio. ¿Qué ha pasado con esa comunidad migrante y cómo ha cambiado realmente esta pequeña ciudad del norte mexicano?
Santa Fe es una de las zonas urbanas más conflictivas. Diseñada para recorrerla en auto y no salir de ella. Creada conforme la Ciudad de México iba expandiéndose, cubrió cumbres, barrancas y autopistas federales. Atrajo corporativos, colegios privados y boyantes proyectos inmobiliarios. Esta es una mirada a Santa Fe y sus contrastes. Una crónica que observa este distrito amurallado, no por concreto, sino por fronteras socioeconómicas.
En 2012, un evento en Facebook dio origen a las “batallas de gallos”, competencias de rap improvisado que llevaron a miles de jóvenes a tomar las plazas públicas, dispuestos a demostrar sus habilidades de improvisación, hip hop y rima. Las competencias se grabaron, se colgaron en internet y se volvieron virales. Este movimiento underground congrega a jóvenes que sueñan con hacer rap y saltar a la fama. Las plazas se convierten en espacios de práctica y visibilidad, de catapulta. Para ellos, la plaza es el futuro.
El ozono es bueno mientras se mantenga lejos de la vida humana y de su entorno. Allá arriba, a 32 000 metros de altura, se regenera a una tasa de cuatrocientos millones de toneladas métricas diariamente, sin molestar a nadie. Sin embargo, en nuestras ciudades se ha convertido en el principal contaminante que respiramos.
Ricardo Hernández consiguió el Premio Nacional de Periodismo 2022, en la categoría de Periodismo Narrativo, por esta crónica que visualiza la cara oculta de Cancún: barrios grises, núcleos de población sobre propiedad privada, pública o ejidal que ha sido ocupada sin permisos ni servicios. Quienes habitan estos espacios sostienen la base más baja de la pirámide económica de esta ciudad.
En busca de la puerta de entrada a las energías renovables, el gobierno colombiano pretende levantar dieciséis parques eólicos en el departamento indígena de La Guajira, Colombia. Un territorio cuyos habitantes, los wayuu, distinguen varios tipos de viento como parte de su cosmogonía. Estos proyectos han provocado un choque cultural, el encuentro de dos lenguajes que no logran aproximarse entre sí. Para ambas partes, los vientos tendrán que enunciarse desde otros saberes.
La migración haitiana genera tensiones en República Dominicana, donde se calculan cerca de quinientos mil migrantes. Gran parte de sus vecinos cree que ellos son uno de los problemas más graves que tienen, por el constante flujo de migración y porque los desplazan en empleos. Durante el apogeo de la industria azucarera, miles de haitianos llegaron aquí para cortar caña y se establecieron en comunidades donde hoy viven hacinados, sin pensiones ni papeles.
Le teme a las alturas pero no a la muerte, habla de sí mismo en tercera persona y no sabe nadar. Es economista, exsenador, exguerrillero, exalcalde de Bogotá y un político que espanta y enfurece a la clase dominante de la única nación sudamericana que nunca ha tenido un gobierno de izquierda. Gustavo Petro está muy cerca de convertirse en presidente de Colombia, pero tendrá que derrotar primero a los poderes más enraizados del país y a su propio ego.
Lejos de las grandes ciudades, en el caribe mexicano, las mujeres indígenas reconocen que la violencia machista las atraviesa por el hecho de ser mujeres. Sin embargo, llevan tiempo emprendiendo otra lucha: la del reconocimiento de su identidad. Un grupo decidió unirse para visibilizar la discriminación y la violencia de género. Fundaron la Coordinadora de Mujeres Mayas de Quintana Roo para dar apoyo y acompañamiento legal a otras mujeres indígenas, así como talleres, asesoría y hasta servicio de intérpretes.
Resulta un tanto paradójico que el sargazo despliegue un panorama tan lúgubre en las costas, cuando en aguas profundas juega exactamente el papel contrario. Esas algas que al tapizar las playas llegan a impedir el nacimiento de las tortugas marinas o a bloquear su avance desde el nido hacia el mar son las mismas que les dan protección y sustento a las crías que consiguen superar la franja continental.
Podría decirse que los cubanos han vivido permanentemente en crisis. En los últimos años, además, se han enfrentado a una de las oleadas migratorias más alarmantes de su historia. En un contexto de represión, escasez y violaciones a los derechos humanos y a la libertad de expresión, la falta de una alternativa política al régimen comunista ha hecho que periodistas, artistas y activistas tengan que elegir entre el exilio o la cárcel. En el caso cubano, el exilio es un privilegio, fundamentalmente blanco, instruido, intelectual.
La serotonina es la moneda de cambio de la alegría. Casi podemos comprarla, imaginamos, con un par de zapatos, un lindo recuerdo, una pastilla (legal o ilegal). Nos dicen que es la hormona de la felicidad, de la amistad y de la sensación de bienestar. Pero aquí está la cosa: en la economía de la serotonina, la fábrica de billetes somos nosotros.
Una mirada al mundo del box semiprofesional y amateur. Ésta es la crónica de un gimnasio municipal en el norte mexicano, en Saltillo, Coahuila, donde se practica la vocación inquebrantable de controlarse a sí mismo y dominar al otro. Un territorio quizás oscuro, el de la mente, de personas con depresión, adicciones y estrés postraumático, entre otros trastornos, que utilizan la disciplina para superar una herida más allá del dolor físico.
Los estudios clínicos con psilocibina y otros psicodélicos que se realizan en universidades extranjeras generan entusiasmo por su potencial para aliviar una variedad de trastornos mentales. En México las personas se acercan a estas alternativas a través de rituales tradicionales indígenas, ceremonias contemporáneas o sesiones con terapeutas que trabajan a la sombra de la prohibición.
Uruguay encabeza todos los índices de calidad de vida. Persigue el ideal de una sociedad igualitaria, tiene un alto ingreso per cápita y sus niveles de pobreza son tan bajos que suelen llamarle “la Suiza de América”. Sin embargo, también lidera la tasa de suicidios de la región. Algo sucede dentro de estas fronteras que lo distingue de otros países y cuya consecuencia es que un número alarmante de habitantes quiera dejar de existir.
Los bosques de luciérnagas se están apagando. Las causas se encuentran en muchos lados: el turismo sin regulación, las sequías, los incendios, la agricultura y la contaminación lumínica de las ciudades. Lo que ocurre en Tlaxcala es un fenómeno conocido como “extinción local”. Detrás está el cambio climático: el aumento del calor está siendo catastrófico para una especie pequeña que depende de la humedad y la oscuridad para sobrevivir.
Las altas temperaturas están detrás los últimos desastres naturales en América Latina: incendios forestales, vendavales, inundaciones y deslizamientos. Eventos como el del huracán Iota se han vuelto cada vez más fuertes y frecuentes. En Colombia, por ejemplo, ninguna dependencia gubernamental está contabilizando a los refugiados climáticos. Es un fenómeno invisible. Para 2050 se estima que cerca de 216 millones de personas en el mundo tendrán que abandonar sus tierras por cuenta del clima.
El enfriamiento del planeta ocasionó, hace 305 millones de años, lo que ahora conocemos como el colapso de las selvas tropicales del Carbonífero, un evento de extinción masiva.
No es un sueño romántico. A la par que se expande el modelo de agroquímicos, la resistencia también. Familias campesinas, de pequeños y medianos productores, estrechan lazos para recuperar el campo en el gran cinturón frutihortícola del Cono Sur. Esta es la historia de dos colectivos de agricultores que se oponen al arado intensivo, a los transgénicos y químicos, que queman el suelo, matan la vida. Y lo hacen a través de la agroecología, para recuperar los suelos, para defender los territorios.
Enclavada en el sur de la Riviera Maya, donde se levantan complejos hoteleros de cinco estrellas entre selvas tupidas y playas de arena blanca, se encuentra Chemuyil. Aquí el furor turístico avanza de manera descomunal: desplaza a los habitantes originarios y vuelve privadas sus playas. Actualmente diez desarrollos podrían extenderse sobre más de 400 hectáreas de áreas naturales. Por eso los mayas se organizan para preservar estos ecosistemas, cruciales en la lucha contra el cambio climático.
Desde el exterior se percibe esta imagen perfecta del también conocido como mar de Cortés. El refugio del lobo marino, el tiburón ballena o la ballena jorobada. Romantizado como ejemplo de conservación, ha provocado que lleguen aquí más visitantes e intereses de afuera. Las rachas de calor en el océano, la sobrepesca que irrumpe la cadena trófica y el acoso de las inmobiliarias a los humedales son factores que, en conjunto, vulneran estos litorales que antes fueran dignos de tramas aventureras.
Lloraron la caída de Evo Morales. Protestaron. Las desalojaron de las plazas públicas. Nada pudo silenciarlas. Con las revueltas populares y las políticas de inclusión de los últimos años, las mujeres indígenas y mestizas de la zona andina ganaron un protagonismo inédito. No han logrado erradicar, sin embargo, la discriminación histórica, a lo mucho la han neutralizado o vuelto menos pública. En torno a la pollera —la falda definitiva de la chola boliviana— gira hoy una galopante industria cultural.
La forma masculina es un fotoensayo del uruguayo Santiago Barreiro donde construye un perfil sobre la masculinidad en la danza latinoamericana. Esta cobertura, iniciada en las academias de La Habana en 2018, se extendió por un lapso de dos años y cruzó cuatro países —México, Colombia, Perú y Cuba—. Se desarrolló en la confidencia con los bailarines, quienes, desde pequeños y frente a sus familias, tuvieron —aún tienen— que justificar su elección de dedicarse a esta disciplina. Ante la cámara, ellos revelan su vida íntima, fraterna y comunitaria en los salones de danza.
Un gran botín: la base de datos con información genética que resguarda la FGR. Un sospechoso: el excomisionado Nacional de Búsqueda, Roberto Cabrera Alfaro, acusado de robar datos para entregarlos a un laboratorio privado. Y un país con morgues y panteones que desbordan cuerpos sin identificar. Ésta es una crónica de cómo se lucra con el dolor en un país que duplicó en tres años el número oficial de desaparecidos; una historia de convenios opacos y laboratorios privados que buscan hacer negocio y de un Estado, incapaz y corrupto, que les abre esa puerta.
En el imaginario colectivo, el ADN parece tener un carácter inmutable. Pretendemos justificar muchos comportamientos o costumbres diciendo “es que está en mis genes”, como si la doble hélice fuera una sentencia dictada en el momento de nuestra concepción. Pero nuestro ADN cambia.
Le pusieron un nombre colonizado, le cortaron el pelo al estilo colonizado y le enseñaron a hablar español en lugar de kichwa. Pero Yaku Pérez Guartambel se cambió el nombre y se hizo una carrera política. Recorrió las calles en bicicleta de bambú, promovió la entrega de canastas agroecológicas y sumó a su discurso la lucha feminista, las diversidades sexuales y los pueblos indígenas. Este defensor ambiental, que pide radicalmente un Ecuador libre de minería, podría seguir siendo un portavoz para los pueblos originarios de su país.
Irma Pineda empezó su vida escuchando los poemas en español que le leía su padre y nutriéndose del idioma diidxazá que oía de su madre. Todo cambió el día en que el ejército irrumpió en Juchitán y se llevó a su padre para siempre. La poeta zapoteca es heredera de una tradición combativa, de protesta y de organización política y social; tanto su cultura como su militancia le han permitido hacerse de un lugar digno en el mundo. Hoy representa a los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe ante la ONU.
Seis décadas atrapados en el sótano de una industria multimillonaria, los jugadores del equipo Centro Español podrían ser los más desventurados de Argentina. Nunca han subido de categoría ni generan el dinero que convoca a los carroñeros del fútbol, pero ellos no pierden la esperanza. Esta es la historia de un equipo acostumbrado a jugar en las penumbras del país que alumbró a Diego Maradona y Lionel Messi, donde sólo 2% de los futbolistas que arrancan en categorías menores logran ser profesionales.